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Pastel de carne y puré de patata

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Nueva entrega de #cocinaparatorpes, porque como siempre os digo, comer bien es bien sencillo sólo con algo de interés y muy poco tiempo.

En casa es un clásico, siempre que le pregunto a mis hijos lo que quieren comer al día siguiente esta es sin duda una de sus opciones preferidas.

Algo de carne picada, yo uso picada mixta, o hamburguesas troceadas o unas salchichas nos servirán, una cebolla, vino blanco o tinto o incluso cerveza y puré instantáneo...admite de todo!!




INGREDIENTES (unas 4-5 raciones)

  • 500 gr. carne picada (mitad vacuno, mitad cerdo)
  • 5 cucharadas soperas de aceite de oliva
  • 1 cebolla picadita
  • 5 cucharadas soperas de tomate frito o de salsa de tomate
  • orégano, sal y pimienta
  • 250 ml. vino blanco
  • 1 paquete de puré de patatas instantáneo (yo uso MAGGI)
  • queso rallado (yo pongo mozzarella)
Comenzamos echando el aceite en la sartén (yo uso las maravillosas cazuelas "Efficient" de BRA) y sofriendo la cebolla hasta que quede blandita.

A continuación añadimos la carne picada y le damos unas vueltas hasta que se dore. Salpimentamos y ponemos el tomate frito. Damos a todo unas vueltas sin demasiados miramientos y regamos generosamente con el vino blanco.


Rectificamos de sal, añadimos orégano o cualquier otra especia a nuestro gusto, y dejamos que cueza hasta que se evapore todo el líquido y esté bien seco y sofrito.

Una vez hecha la carne, sólo nos queda preparar el puré de patatas tal y como nos indica el paquete. Yo le quito siempre algo del líquido recomendado para que me quede un puré más denso.

En la misma cazuela (mi cazuela es apta para horno, si la vuestra no lo es pasad la carne a una cazuela de barro o fuente refractaria) cubrimos la carne con el puré de patata, espolvoreamos con queso rallado (mozzarella) y gratinamos en el horno hasta que adquiera ese precioso tono dorado y se quede esa costra maravillosamente crujiente.


Servir en porciones generosas y prepararse para escuchar cosas como:
-¡Le has puesto más pastel de carne a él que a mi!
-¿No queda más, mamá?
Lo que sobre me lo pido yo para cenar esta noche!


Los  ingredientes son sencillos de encontrar, se hace en un periquete, no se ensucia casi nada y está riquísimo. ¿Se puede pedir más?

Estoy deseando que hagáis la receta y que me contéis en las redes los resultados.

De verdad que vale la pena dedicarle un poquito de cariño y de tiempo a comer en casa y a comer bien, así que no hay excusas.

Un beso y nos vemos en nada!

                                                       Belén.


Cheesecake de calabaza

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Ya estamos de nuevo con el naranja de las calabazas, el negro, el verde monstruo y el morado  ectoplasma inundándolo todo. Halloween está aquí y aunque no sea una fiesta que a mi especialmente me atraiga no deja de ser una buena ocasión para "estrujarse" la cabeza un poco y darle a la imaginación.

La receta de original tiene más bien poco, por no decir nada, pero es MI receta de cheesecake de calabaza y me encanta. Una textura firme, un corte limpio y un sabor impecable la definen a la perfección. Sola, o con una base de galletas tipo "Digestive" y mantequilla está de muerte, pero con un poco de merengue recubriéndola y unos macarons "jalogüineros" a modo de decoración ha sido mi apuesta de este año para la cena más terrorífica del año.


Lo ideal para que la consistencia de la tarta de queso sea la más idónea es hacerla la víspera y dejarla dentro del molde donde la hemos horneado reposando. El día que vayamos a consumirla, sólo tenemos que desmoldarla, montar el merengue y decorar.

¿Sabéis hacer macarons? ¡Pues a decorar vuestras tartas con macarons! ¿Qué todavía no habéis perdido el miedo para aprender a hacerlos? Pues eso tiene fácil arreglo: escribidme un correo a info@cupcakesagogo.es y solicitad información sobre las próximas fechas de los talleres presenciales y online que a tantos y tantos alumnos han enseñado a elaborarlos.



Bueno...que me disperso!!

INGREDIENTES (para un molde de 18 cm. de diámetro)
  • 350 gr. queso crema (tipo "Philadelphia")
  • 200 gr. de Leche evaporada
  • 3 huevos XL
  • 160 gr. azúcar
  • 4 quesitos tipo "El Caserío"
  • 50 gr. harina de maíz ("Maizena")
  • 350 gr. calabaza asada ya limpia y sin pepitas
  • canela y jengibre a vuestro gusto
Para el merengue francés:
  • 2 claras
  • 120 gr. azúcar
  • Una pizca de albúmina en polvo (opcional)


Comenzamos precalentando el horno a unos 170º y poniendo el queso crema, lo quesitos, la leche y los huevos en un bol. Batimos hasta obtener una crema homogénea y sin grumos. Añadimos los huevos, la calabaza asada, la harina de maíz y el azúcar. Si probamos la mezcla y la calabaza no ha salido demasiado dulce, una buena opción en este momento es añadir un buen chorretón de miel (prefiero añadirle miel en vez de corregir con más azúcar) . Añadimos las especias y cheesecake preparada en un minuto.

Para asegurarme un buen desmoldado ya os he comentado en más ocasiones que yo pongo en la base del molde teflón recortado exactamente con el diámetro del molde que voy a usar, en este caso una circunferencia de 18 cm. de teflón que hará que mi tarta se despegue sin el más mínimo problema.



Ponemos el teflón en el fondo del molde, vertemos la masa de nuestra maravillosa tarta de queso y horneamos unos 20 minutos a 150º. Después y para evitar que se nos cuartee bajaremos a unos 120º y hornearemos un buen rato (cerca de 1h 20min en mi caso) o hasta que al tocar la tarta la notemos firme y bien cuajada.

Dejaremos enfrriar y una vez templada la podemos meter a reposar en la nevera tapando el molde con un poco de papel de aluminio o film plástico para seguir con el montaje y decoración de la tarta al día siguiente.

Para el merengue que cubrirá la tarta, sólo tenemos que poner nuestras claras con una pizca de albúmina a montar como hicimos cuando preparamos hace unos meses los merenguitos Cuando empiece a hacer espuma (como agua con jabón) empezaremos a añadirle despacio el azúcar hasta que quede todo incorporado y hasta que consigamos un merengue estable, brillante y que forma picos duros que no se caen y se quedan "plantaditos".

Cubrimos nuestra tarta de queso con el merengue generosamente, si tenemos soplete le damos unos golpecitos para dorar el merengue y decoramos con unos macarons para rematar la cheesecake de calabaza más terroríficamente buena que habéis probado jamás (¡no tengo abuela, oiga!)

Pero como una imagen vale siempre más que mil palabras...¡Mirad qué corte!




Espero que os de tiempo a prepararla, que la disfrutéis mucho y que me digáis si os ha parecido tan rica y sabrosa como a mi.

Feliz noche de "Halloween" a todos los que la celebréis y a los que no, montones de besos y a prepararla igualmente que cualquier excusa es buena para disfrutar de buenos bocados como éste.

                                   Belén.

P.D. Por cierto mirad qué bonitos quedaron los macarons que decoran la tarta y que después he rellenado de una crema de mantequilla y almendra con mermelada de calabaza.













Valencianas de chocolate y calabaza

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Pues no, no me he lanzado al consumo indiscriminado de carne humana y no voy a comerme a unas mujeres nacidas en Valencia tras el comunicado de la OMS y de la perversa relación entre cáncer y carnes procesadas. Que dicho sea de paso: trago con que comer hamburguesas día sí y día también no sea lo que debemos entender por dieta sana, acepto no sin pesar, que no podemos estar comiendo longanizas, chorizos y morcillas a diario, vale que es mejor el pescado que la carne roja...Pero el jamón serrano que no me lo toquen, por ahí si que no paso!!!

Me voy del tema...


¿Qué no sabéis lo que son las valencianas? Pues no son más que magdalenas que por esta zona se hornean en papelillos o cápsulas alargadas y que reciben ese nombre y no me preguntéis por qué.

Mi madre acostumbraba al salir del cole a pasar por el horno que había al lado del colegio, y me compraba la merienda que día tras día yo le demandaba entre pucheritos y caiditas de ojos: valencianas y una barrita de chocolate. No había manera de que pidiera algo distinto, o eso o nada, que la niña no merendaba!

Así que tanto cupcake, tanta magdalena y bizcocho y no había en el blog una entrada que me recordara esas tardes de niñez, de barritas "Lingotín", de  manchones en el uniforme de chocolate y de miguitas de valenciana que se colaban por el escote de mi camisa color beige y que caían en el suelo del baño de casa de mis padres justo antes de meterme en la bañera.

Una receta sencilla pero con el toque del chocolate fundido y el sabor de la calabaza, que para eso estamos en otoño. Perfecta para mojar en el café de media tarde, en el té del desayuno o para llevar al cole y ser la envidia de todos los compañeros.




INGREDIENTES (Para unas 16 unidades)


  • 2 huevos XL
  • 150 gr. azúcar
  • 230 gr. calabaza asada ya limpia y sin pepitas
  • 100 gr. chocolate fundido
  • 150 gr. harina bizcochona*
  • 60 gr. aceite de oliva
  • azúcar y canela para espolvorearlas antes de hornear
*Ya sabéis que la harina bizcochona o leudante es esa harina que lleva ya incorporado el impulsor que necesita y q la que por tanto no necesitamos añadirle levadura tipo "Royal" ni ningún otro tipo de agente impulsor. Pero si no la tenéis a mano, usad harina normal y añadidle la cantidad de levadura correspondiente.

Comenzamos fundiendo al baño maría o a golpes muy cortos de microondas para evitar que se queme el chocolate. reservamos para que se vaya templando.

Precalentamos el horno a unos 175º aproximadamente.

Batimos los huevos con el azúcar, hasta que queden bien espumosos. Añadimos el aceite de oliva (si preferís usar de girasol o de semillas no hay problema), la calabaza reducida a puré y la harina. Con unas simples varillas de mano será más que suficiente para obtener una masa ligada y homogénea. Incorporamos el chocolate ya templado, integramos con ayuda de las varillas o de una espátula, "chuperreteamos" la masa para comprobar lo rica que está y valencianas listas!

Ya solo nos queda rellenar los papelitos. Si no queréis poner todo perdido y además ensuciar los papeles, la mejor opción es verter la masa en una manga desechable y dispensar la masa con ella limpia y cómodamente.

Antes de hornear las valencianas no olvidéis espolvorearlas con azúcar y un toque de canela, ya veréis qué bocado tienen!!!

En unos 20 minutos las tendréis listas. 

Adquieren todo su aroma de un día para otro: yo las horneé ayer y comimos unas cuantas, pero hoy en el desayuno estaban muuuucho mejor.



Por cierto, creo que aún quedan unas cuantas así que os dejo antes de que mis hijos se las coman y me priven de ese momento de placer del té con leche de las cinco y mis dos valencianas.

Porque aunque yo soy mayor...me gusta merendar como cuando era niña.

Un beso grande, Belén.

Cómo hacer macarons con merengue italiano de PX y foie.

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Cuando José María BLOG HEDONISTA me sugirió hacer una receta de macarons a partir de un Pedro Ximénez, no pude (ni quise) negarme.


Primero porque me pareció una idea maravillosa y segundo porque José María y su manera de acercarme a los vinos (en una sola cena en Barcelona) me cautivaron para siempre.

Es de esas personas que tienen la capacidad de transmitirte sus pasiones en unas cuantas frases, en apenas unos minutos. Y así fue como yo, que llevaba "taytantos" años sin acercarme al mundo de los vinos, en una sola velada y de su experta mano decidí adentrarme en este mágico mundo. 

Hoy casi dos años después, sigo siendo una completa ignorante en el tema, pero consigo diferenciar sabores, acidez y empiezo a poder reconocer un buen caldo de un tetra-brick peleón.

La variedad Pedro Ximénez de uva encuentra su hábitat ideal en climas secos y calurosos en los que proporciona vinos generosos de gran finura y elevado grado alcohólico natural (fuente: http://www.pedroximenez.es/)


                                                                 (imagen: www.verema.com)

Cuando me puse a darle vueltas a la receta, enseguida me asaltaron aromas de Navidad, y no por la cercanía de las fiestas, sino porque mi madre "bañaba" el pollo trufado en PX cuando cada año preparaba el plato principal de las Nochebuenas en mi casa: capón trufado con compota de manzana y cantidades ingentes de puré de castañas y de huevo hilado.

Decidí que si me inspiraba en esos recuerdos y días, el color de los macarons debía ser de un rojo intenso, y con el RED de "Kopykake" di en el clavo.

Para los macarons usé la receta del maravilloso libro de Pierre Hermé adaptada a las cantidades que quería hacer (una bandeja o unas 40 coquilles).

Es una maravilla de libro con unas ideas de rellenos espectaculares y unas fotos...ayyyyyy qué fotos!!!


Además me gusta cómo está pensado por el gran maestro francés: cada receta de macarons la tienes explicada a partir de su elaboración con merengue francés y a partir de merengue italiano, al que él denomina "macaron intenso" (o al menos así lo han traducido).

Los macarons que os traigo son la receta básica del libro con merengue italiano.



Para unas 40 coquilles

  • 75 gr. harina de almendras
  • 75 gr. azúcar glas
  • 27 gr. clara de huevo

  • 75 gr. azúcar
  • 21 gr. agua
  • 27 gr. clara de huevo

Como os he comentado antes, la receta la he adaptado para una cantidad de macarons menor que la que está en el libro (él parte de un TPT de 300 gr. de almendra y 300 gr. de glas), así que he dividido las cantidades originales entre cuatro.

Para la elaboración  de las coquilles tenéis varias opciones: comprar el libro o uno similar o apuntaros a los maravillosos talleres online que desde hace ya casi tres años han hecho que muchos de los que ahora me leéis hayáis conseguido hacer macarons perfectos conmigo. Por cierto en breve anunciaré fechas para el 2016 en la sección TALLERES MACARONS-AGENDA.

Pero os voy a dar unas directrices básicas y sencillas.

  • Trabajamos el TPT (mezcla a partes iguales de almendra y azúcar glas) previamente tamizado, con las claras hasta formar una especie de pasta de mazapán. Le damos algo de color con el colorante escogido. Reservamos tapado con film para que no se reseque.
  • Preparamos todos los ingredientes para tenerlo todo pesado y listo y que no nos falle nada.
  • Disponemos las claras en el bol de la batidora, y comenzamos a preparar el almíbar con el azúcar y el agua.
  • Cuando el almíbar alcance aproximadamente los 110º ( lo ideal es disponer de un termómetro para controlar la temperatura del almíbar, ya que al principio nos facilitará mucho el trabajo si no conocemos bien los puntos del almíbar), comenzamos a batir las claras.
  • Cuando el almíbar alcance los 118º, bajamos la velocidad del montado de las claras e incorporamos el almíbar sin demasiadas contemplaciones sobre las claras y volvemos a batir de nuevo todo y a máxima potencia hasta que al tocar el bol con las manos lo notemos templado (unos 40º C).
  • Ahora viene el "macaronage", el momento en el que integramos la pasta de almendra con el merengue. Sin miedo y con la ayuda de una espátula iremos integrando todo hasta conseguir una masa brillante, lisa y que se mueve lentamente si inclinamos el bol o forma una cinta lenta y sinuosa al caer si cogemos algo de masa con la espátula y la soltamos.
  • Formamos o "escudillamos" nuestros macarons y los dejamos secar hasta que los macarons hagan lo que los franceses llaman "croutage": se va a formar una película que hará que al tocar los macarons suavemente con el dedo notemos que no se pegan casi al dedo.
  • Si tenéis controlado bien el horno y "sois amigos" prueba a darles un secado rápido: unos 5 minutos a unos 40º para conseguir así acelerar ese proceso tedioso del secado.
  • Hornea tus macarons durante unos 12 minutos y a unos 150º (tiempos y temperatura aproximada) y despégalos cuando una vez sacados del horno ya estén bien fríos.
  • Un golpe de congelador, o un reposo en la nevera de 24 horas hará que la textura final de nuestros macarons sea perfecta antes de rellenarlos.


Para el relleno:

  • 300 gr. de vino PX
  • un palito de canela
  • corteza de naranja
  • 4 cucharadas de postre de azúcar
  • zumo de naranja
  • 3 hojas de gelatina (de las de tamaño más pequeño que venden en "Mercadona").
  • Foie

Remojar con agua fría las hojas de gelatina y esperar hasta que se ablanden.
Ponemos en un cazo a reducir el vino, el azúcar, la canela y la corteza de naranja a fuego medio-alto durante 10 minutos.
Retiramos la canela y la naranja y completamos  hasta llegar  a los 200 gr. (habrá reducido) con zumo de naranja recién exprimido.
Una vez estén blanditas las hojas de gelatina, escurrirlas bien e incorporar a nuestro vino caliente (ya fuera del fuego) y disolver completamente.


Reservar en la nevera en un recipiente o tupper plano hasta que cuaje. Yo lo hago la noche anterior y así al día siguiente sólo tengo que rellenarlos.

Montaje de los macarons:

Cortamos en cubitos la gelatina aromatizada de PX,  disponemos los trocitos sobre nuestras coquilles y añadimos por encima unas buena cantidad de virutas o trocitos de foie.



El sabor es NAVIDAD, la textura un contraste muy delicado y el aroma...ayyyy ese aroma!!!

Gracias por supuesto a Blog Hedonista por la maravillosa idea, espero que sea la primera de otras muchas, porque eres un referente a seguir. y gracias a todos los que desde Facebook participasteis en darme ideas de rellenos para los macarons. Aunque la idea del PX ya estaba ahí, la idea de convertirlo en gelatina os la debo a uno de vosotros, Patricia Gil, que me dio el empujón final para rematar la receta.



Atreveos a combinar sabores y texturas en vuestros macarons. ¿Por qué rellenarlos siempre de los mismo cuando quedan taaaan bien con todo?

Así que Patricia ¿te vienes a hacer macarons conmigo en la próxima edición de "Macaronas al miliímetro"?

Un beso y gracias por leerme hasta el final, hoy ha sido intenso, pero creo que ha valido la pena.



                                                                     Belén. 








Macarons de chocolate con chile y pimienta y caviaroli

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Sí, sigo con receta de macarons una semana más, pero es que están tan ricos, son tan bonitos y tan fotogénicos!!

Además es ponerme a pensar en recetas que compartir con vosotros y sólo me asaltan ideas de macarons: rellenos, decoraciones, nuevos sabores, texturas...

Llevaba tiempo queriendo hacerme con una latita de Caviaroli. Me lo comentó mi queridísimo amigo (porque lo es y mucho) y compañero de La TallereríaJosé Roca, y desde entonces iba detrás de este oro líquido en esferas porque quería probarlo y lo que es más, fotografiarlo.


Caviaroli son esferas de aceite de oliva virgen extra y son una nueva forma de presentar y utilizar el aceite, por ello se puede usar en cualquier sitio donde pondría aceite en crudo. Funciona bien con todo tipo de platos, fríos y calientes. Su menbrana resiste temperaturas de hasta 60º por lo que se puede usar en múltiples preparaciones en las que usaríamos normalmente aceite en crudo.(fuente http://www.caviaroli.eu/productos/)

Las que yo he comprado tienen un toque de guindilla y al explotar en la boca es una sensación agradable y diferente que convierte preparaciones sencillas en platos con un toque extra de sofisticación y muy diferentes.


Así que llevo toda la semana pensando cómo maridar macarons y esferas de aceite, y creo que el resultado además de visualmente impactante y muy estético, os va a encantar.

Eso sí, sólo aptos para mentes inquietas que no van a poner el grito en el cielo al ver macarons con rellenos salados o macarons negros, o recetas fuera del circuito más convencional. A mi no sólo apasionan los macarons, es que me encanta jugar y experimentar con ellos y creo que hoy he ganado!

Para las coquilles usaremos nuestra receta básica preferida, ya sea a partir de merengue italiano como los míos de hoy, o de merengue francés.



En el blog tenéis recetas con ambos merengues, AQUÍ y AQUÍ.

Lo único que tenemos que hacer es añadirle colorante negro, y en ese sentido tenemos varias opciones:
  1. Usar un buen colorante (Americolor, Kopykake...) y echar bastante más cantidad de lo aconsejable y de lo habitual para teñir nuestros macarons.
  2. Partir de una receta de macarons de chocolate como ÉSTA y así tener que añadir menos cantidad de negro para darles la intensidad que queremos.
  3. O como ha hecho una alumna (Lola Torrado) del Taller avanzado de macarons #LEMUST : añadir al macaron tinta de calamar en vez de colorante. Sencillamente una opción fantástica para unos macarons diferentes y con personalidad.
Una vez hechas nuestras coquilles vamos con el relleno que no puede ser más sencillo.

PARA RELLENAR los macarons:
  • 100 gr. de chocolate 80% cacao ( bien fuerte, con ese punto amargo que luego va a funcionar tan bien con el resto de ingredientes). Yo hoy he usado la misma cantidad pero de un chocolate 60% con chile y pimienta que venden en El árbol del cacao y que me encanta.
  • 75 gr. nata para montar.
  • Caviaroli y unas hojitas de hierbabuena.
Hacemos una ganache con el chocolate y la nata. Derrite el chocolate al baño María o a golpes cortos e intermitentes de microondas. Una vez derretido añade la nata fría y ya tienes tu ganache lista para usar en el momento.

Rellena los macarons con el chocolate preparado y añade unas cuantas bolitas de aceite en el centro de la ganache, unas pocas bolitas serán más que suficiente, ya que queremos un toque de aceite y no que se nos llene la boca con éste.


Para las fotos yo he dispuesto las bolitas encima de las coquilles con una hojita de hierbabuena, y la verdad es que me he comido un par de macarons al terminar  la sesión de fotos y creo que no le va nada, pero nada mal, la hoja fresca. 

El amargo intenso del cacao 80% , el dulce del macaron, la textura y aroma del aceite encapsulada a modo de caviar son un despliegue de matices que desde luego me han sorprendido y mucho.

Hoy me siento CHEF de alta cocina!!! jajajajaja!! ¿Te animas a sentirte tú igual que yo?


Espero que os haya llamado la atención la receta y por favor, si os animáis a hacerla o preparáis vuestras propias variantes, avisadme!!! Me encantará ver vuestros macarons.

Un beso, Belén.





La Tallerería: nueva etapa y nueva ilusión.

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No recuerdo bien qué canción dice eso de que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...pero no hay nada más cierto.

Crees que coges un camino y de pronto, ella, caprichosa te planta delante una curva, un cruce de caminos o una piedra que no te deja pasar y te hace dar la vuelta, aunque tú ya hubieras decidido la ruta a seguir.

Pues hoy vengo a contaros algo que me llena de ilusión y que tenía que compartir con vosotros. Y es que la vida ha puesto en mi camino un proyecto que siempre he admirado y seguido. Primero como alumno y como seguidor, y después como profesor. Os hablo de La tallerería, esa maravillosa plataforma, pionera en formación online, que a tantos y tantos nos ha ilusionado, formado y acercado a nuestras aficiones, llegando en muchos casos a hacer que un mero "hobby" se transformara en algo más. 

Miriam y Estíbaliz las creadoras de la plataforma y del blog Mensaje en una galleta, anunciaban en octubre que dejaban el proyecto. ¡No os podéis imaginar la de correos que recibimos preguntando, lamentándose y pidiendo que no terminara La tallerería...!

Pues como vuestros deseos son órdenes para mí, hoy puedo ya deciros que La tallerería sigue, y que sigue conmigo al mando. Creemos que es de verdad una transición natural, ya que todos sabéis que llevo tiempo colaborando con La tallerería y la amistad personal y el cariño que me une a Miriam y a Estíbaliz. Un proceso que hoy comienzo llena de ilusión, con un montón de ideas y con todas esas ganas  que pongo siempre en todo lo que hago.

La tallerería, no se ha ido...sólo estaba cogiendo fuerzas y vuelve para ser "tu tallerería de siempre".

Y volvemos por la puerta grande, y como una imagen vale más que mil palabras, mirad qué maravilla de tarta hemos hecho para celebrar el comienzo de esta nueva etapa.

  

Y digo hemos, porque en La tallerería trabajamos todos los "profes" en equipo: tartas maravillosas de bordes perfectos de María Sweet little cakes, bizcochos riquísimos de Ivana Cupcakes a diario, relleno  insuperable sugerencia de nuestro Luis My european cakes, edición de la foto e ideas del profe de pintura José Roca, el gusto de Marina Blaukitchen y por supuesto mis macarons!

Y es que esta tarta es la imagen perfecta que muestra todo lo que se puede aprender con nosotros: decorar tartas perfectas, aprender repostería, pastelería navideña, fotografía y edición, macarons, bizcochos y cupcakes, pintar sobre galletas, tartas e incluso sobre macarons...



¡Y no nos paramos aquí! Seguimos buscando talleres nuevos y propuestas con las que acercaros hasta casa una formación cercana, humana y de calidad. Te lo ponemos todo. Tú solo trae tus ganas y la ilusión.

En unos días os anunciaremos las fechas de las nuevas ediciones del mes de enero, podréis estar al tanto de todo consultando por supuesto mi blog, Facebook, Instagram y en el blog de La tallereríaSuscríbete y no te pierdas nada de todo lo que pase!

Gracias a todos los que me han animado y han confiado en mí cuando yo he dudado, a mis hijos por las horas que últimamente me paso al teléfono o cara al ordenador, a mi madre por todos los días que me ve cansada y nos invita a comer a su casa, a mi padre por sus sabios consejos, a mi hermano que me acompaña a todos los sitios, a Jose por aguantar mis rollos y hacerme reír por Facetime aunque yo no tenga ganas, y por supuesto a Miriam y a Estíbaliz (tanto monta, monta tanto) por pensar en mí para seguir con esta maravilla de proyecto. 



Y por supuesto, gracias a todos vosotros que estáis ahí detrás leyéndome, apoyándome y animándome a seguir trabajando en cosas tan bonitas como nuestra tallerería.

                         Belén.


INFO cursos macarons y cupcakes para comer
cursos@latallerería.com

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Mendiants: bueno, bonito y bastante barato.

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Ya estamos otra vez con la cantinela de todos los años: ¿el postre lo traerás tú, no? Y yo, harta de encender el horno digo como siempre que sí, que ya llevaré algo.

Y luego, no sé cómo, pero acabo preparando el postre de la cena de Nochebuena horas antes de tener que salir de casa. Así que siempre al final se repite la misma escena:

-Postre rápido y mal hecho que hace surgir comentarios del tipo: "¡Qué pena, con lo bonitos que te salen en las fotos del blog!"

-Casa que se queda patas arriba y que ya no se recupera hasta después de Reyes.

-Tuppers para devolver a mi madre y mermelada de higos para el foie que se me olvidan en la entrada de casa y que hace que ya la cena empiece algo torcida con la frasecita: "¡Belén, hija qué cabeza tienes!"

-Pelo sin lavar, y por supuesto sin peinar. Sacar tiempo para pasarme la plancha hubiera sido una odisea.

-Vestimenta fatal, rematadamente mal. Una ducha rápida y lo primero que ha salido del armario ha sido todo lo que me ha dado tiempo  a dedicarme a mi y a mi "acicalamiento" `personal.

-Maquillaje: restos de serie de lo que me eché por la mañana y un poco de colorete por encima.

Podría seguir contando todas las desgracias y sinsabores a las que preparar el postre para esta familiar cena del año me arrastra irremediablemente año tras otro, pero no!!! ¡No voy a entrar en bucle y lo que es mejor, no voy a dejar que este año me vuelva a pasar!

Este año iré peinada, maquillada y me pondré un vestido ideal de terciopelo largo con estampado con aire japonés que me acabo de comprar. No seré el patito feo de la cena, me dejaré la casa preparada para no tener que pasarme el día de Navidad recogiendo la casa y triunfaré con el postre que les voy a llevar.

Y pensaréis ¿cómo?

Pues haciendo unos días antes unos sencillísimos mendiants.


Necesitamos 5 minutos, una tableta de un buen chocolate (negro, con leche, blanco, a nuestro gusto el que más nos guste) y frutos secos o fruta confitada variadita. También nos valen orejones, fruta deshidratada, bayas de goji, arándanos...

Derretimos el chocolate al baño María o a golpes muy cortos de microondas para evitar que se nos queme, hacemos círculos más o menos regulares con el chocolate fundido dispuesto en montoncitos sobre papel de horno o superficie antiadherente, y ponemos por encima lo que hayamos elegido.

Yo esta vez he hecho de chocolate negro con guindas, almendras, avellanas, nueces y pasas, y de chocolate blanco con naranja confitada y pistachos.


A los mendiants de chocolate negro les he añadido un toque de escamitas de sal Maldon y el resultado...El resultado es genial. Y lo mejor de todo, los tengo ya hechos y guardados en una lata y el 24 por la noche estarán perfectos y serán el remate final para una velada perfecta con la familia.


Los de chocolate blanco con pistachos y naranja confitada son mi debilidad.


Y ¿qué son los mendiants? ¿Cuáles son sus orígenes?  Pues es una preparación típica de la zona de la Provenza francesa, y se toma mucho en Navidad. Allí les llaman "Mendiants de Noel".

Parece ser  que además forman parte de los trece postres que se toman como final de la cena de Nochebuena en esta región francesa para celebrar con abundancia y generosidad el nacimiento del Niño, y representan a Jesús y a sus doce apóstoles (de ahí lo de "trece postres").

Su origen es religioso y su nombre "mendiants" se refiere a las órdenes religiosas mendicantes que surgieron en la Edad Media: franciscanos, carmelitas, dominicos y agustinos. Originariamente se hacían de chocolate y estos cuatro frutos secos: higos secos, nueces, almendras y pasas de Málaga, en referencia cada una de ellas por su color al de los hábitos que los monjes de cada una de  estas órdenes lucían.


Más adelante se fueron añadiendo otros frutos secos, y ahora podemos decorarlos y degustarlos con gran variedad de frutos, confitados, deshidratados, secos... 

Así que aquí tenéis la solución perfecta para quedar de lujo con poco tiempo y sin tener que ser un experto cocinillas.

Chocolate y frutos secos son siempre garantía de éxito y además ¿verdad que quedan bonitos?

¿Quién se anima con los "mendiants"?

Pastel de salmón

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Al final no llego a compartir con vosotros esta receta para Nochebuena, pero seguro que os saca de más de un apuro en alguna de las comidas o de las cenas que vamos a tener que preparar estos días.

Como siempre en estas cenas, me gusta acercaros recetas que resulten ricas, pero sobre todo, recetas en las que no tengáis que invertir demasiado tiempo. al fin y al cabo son fiestas para celebrar con la familia, y no para que las familia las pase junta y nosotros "los cocinillas" solos en la cocina,¿ no?

Así que allá vamos, que hoy todos vamos contrarreloj.


INGREDIENTES (unas 8 raciones generosas)
  • 1 bote de leche evaporada IDEAL (unos 400 ml)
  • 4 huevos (los míos de hoy eran XL)
  • 200 gr. salmón ahumado
  • salsa rosa
  • caviar (vamos sucedáneo...jajajajaja!)
Metemos todos los ingredientes en la batidora o accesorio para triturar que tengamos y dejamos la mezcla bien integrada y sin tropezones.

Cogemos un molde tipo puding y lo untamos con un poquito de aceite y la ayuda de un papel de cocina para conseguir que se desmolde después sin problemas.

Vertemos la mezcla en el molde preparado, y metemos a su vez el molde en otro más grande con agua para hornear nuestro pastel al baño María.

Mirad!


A unos 200º el pastel tardará en cuajarse unas hora y media larga, así que paciencia. Seguramente a mitad horneado deberéis taparlo con un poco de papel de aluminio por arriba para evitar que se nos queme. 
Una vez lo toquemos y lo notemos cuajado o lo pinchemos con un probador o brocheta y nos salga limpio, lo sacamos del horno, lo dejamos templar en el molde y una vez templado lo reservamos en la nevera hasta el momento en el que vayamos a rematarlo. Yo suelo hacerlo de un día para otro,

Desmoldamos pasando por los laterales antes un cuchillo para facilitar la operación,

Para terminar el pastel, cubrimos con una capa generosa de salsa rosa. Podemos comprarla o hacerla en casa como hago yo; mayonesa, un buen chorro de ketchup, una cucharada de cognac y una cucharada de zumo de naranja.

Decoramos con el caviar y un poco de lechuga cortadita en juliana y ¡listo!


¡Feliz Nochebuena a todos!

Galletas de mantequilla decoradas con sellos

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La de hoy no es una entrada al uso, no hay receta, bueno sí que la hay pero os mando a un link: al de las mejores galletas para decorar que yo he hecho y he probado en todos estos años.

Una galleta para decorar debe quedar lisa, sin bultos, sin rebabas...pero sobretodo debe quedar rica. Y estas quedan ricas, y mucho!

De hecho hacía tiempo que no las preparaba, y no recordaba el saborcito de mantequilla fundiéndose en la boca, ni esa textura tan agradable  mientras las acompaño con una tacita de té.

La receta no puede ser otra que la de Mensaje en una galleta, cualquiera de sus recetas de galletas son infalibles! Yo he cogido una de sus recetas básicas (insisto, cualquiera de las que podáis encontrar en su blog os va a encantar) y lo único que he hecho es ponerles una cucharadita generosa de preparado de especias para galletas tipo "Speculoos" en vez de vainilla.



Unas las he hecho grandes, lisas y redondas de unos 8 cm. de diámetro, para que me dure la galleta merendando (jajajajaja), y después he hecho una tanda de minis, de ésas que te metes y te tragas de un bocado mientras te convences a ti misma de que una galletita de semejante tamaño "no puede engordar" por mucha harina y mantequilla que lleve.

Y mientras me pongo manos a la obra con el taller de "Galletas para pintar" y me dejo enseñar por el gran José Roca que comienza el próximo 15 de febrero, he decidido decorar mis galletas con unos simples sellos.




Yo no vendo mis galletas, las comemos en casa, así que he usado un sello de caucho (no específico para uso alimentario) pero por supuesto que sólo lo uso con colorante alimentario. Si vais a venderlas lo suyo es que busquéis sellos aptos para uso alimentario.

Lo he mojado con una servilleta de cocina empapada en colorante Kopykake negro, y con la galleta formada, recortada y muy fría (si podéis incluso darle un golpe a la masa estirada de congelador), he estampado el sello en la galleta ANTES de hornear.

El resultado: unas galletas riquísimas y que se hacen en un momento y que podéis personalizar con las iniciales, nombres o dibujos que representen el hobby preferido de la persona a la que queréis sorprender o agasajar.



Navegar por Pinterest, es para mi un vicio incontrolable y una fuente de inspiración para traeros monerías como ésta de hoy. 

¿Todavía no me seguís allí? Os dejo mi cuenta de Pinterest por si queréis saber las cosas que veo y que me rondan por la cabeza .

Y mientras espero a convertirme en una artista de las galletas pintadas de la mano de La tallerería y del genial José Roca, me conformaré con estampar sellos en mis galletas.



¿Cómo? ¿Qué todavía no os habéis enterado de lo que podemos pintar sobre galletas glaseadas o directamente sobre galleta? Pues para muestra...varios botones.



Si te animas, puedes conseguir YA tu plaza AQUÍ y te aseguro un mes fantástico entre galletas, glasa, colores y muuuuuchos pinceles aprendiendo técnicas de dibujo y pintura de la mano de un pintor profesional. 

Un besazo, Belén!

Recetas para San Valentín que no te van a fallar

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Ya estamos otra vez con Cupido y el color rojo inundándolo todo.

Cupido en la antigua Grecia era conocido como Eros, el hijo joven de Afrodita la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Para los romanos Cupido es el dios del amor hijo de Venus y de Marte, dios de la guerra.

¿Sabíais que no sólo disparaba con su arco flechas de amor? A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia.
Consciente del poder que tenía, a veces rechazaba las peticiones de su madre y los demás dioses de interferir en el curso de la vida de algunos mortales provocando situaciones de lo más pintorescas. ¡Este Cupido era una pieza!

Pues os hayan alcanzado con las flechas de pluma de paloma o con las de plomo  de búho, lo que está claro es que es una ocasión perfecta para disfrutar de todo el repertorio de recetas "sanvalentineras" que desde hace días inundan las redes.

Yo estoy preparando alguna cosita rápida, vistosa y especial para el 14 de febrero. Pero mientras os dejo con este recopilatorio, que creo que os puede ayudar a la hora de decidir con qué sorprender a vuestra pareja si es que sois de los que seguís con la pluma dorada clavada en la espalda y pensáis celebrar el día de los enamorados.

Al fin y  al cabo ¿hay algo mejor que sentirse enamorado?

Espero que os gusten, Belén #inlove

Haz click en el nombre de cada receta para consultarla.

















TARTA DE FRUTOS ROJOS, AMAPOLA Y CAVA



















Pizza de queso brie y frutos rojos (especial San Valentín)

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Son muchas las veces que os digo que por supuesto que busco inspiración en otras fuentes, en otros estilistas, bloggers, fotógrafos...Y me atrevo a decir que quien diga que no lo hace o miente como un bellaco o tiene el don de la inspiración divina que yo no poseo. 

Últimamente me llaman mucho la atención esas fotos cenitales en la que todos los elementos parecen estar dispuestos con precisión milimétrica, llenas de luz, frescas... me resultan de lo más evocadoras.



Fácil al menos a mí, no me resulta hacerlas: encaramada a una escalera mientras en el suelo tienes todo listo (o eso es lo que uno se cree) para fotografiar y de pronto, ya con el disparador en la mano te das cuenta de que hay una hoja de eucalipto que parece que "te mira mal". Baja de la escalera, agáchate, coloca bien (supuestamente) la hoja dichosa y vuelta a subir a la escalera. Te asomas a la plantalla de LCD de tu réflex, y bien...la hoja  está en su sitio, pero has tropezado un poco con la sábana y las dos copas ahora están demasiado juntas. Baja de la escalera, con las manos en los riñones que una ya va teniendo una edad, agáchate a colocar las copas, haz equilibrios para pasar por encima de todo el escenario sin rozarlo, no respires por si se vuela alguna hojita de sitio, vuelve a subir, mira el LCD... ¿Y ahora qué?

Vamos que lo que normalmente hago en una media hora, hoy me ha llevado algo más de una, por no hablar del dolor de espalda que se me ha quedado de tanto subir y bajar la escalera. Por ahora descansaré unas semanitas antes de volver a enfrentarme con la fotografía cenital, se la dejo tooooda a los maravillosos fotógrafos escandinavos que la bordan!

La receta de hoy puede que os sorprenda a muchos, pero el resultado es delicioso.


Un brunch perfecto para compartir con tu pareja el dia 14, el postre de la cena más romántica del año, o uno de los platos que sacar a la mesa para celebrar el día más amoroso del año. Nos encaja para cualquier hora, como salado, como dulce, como entrante, como postre...

Una base de vuestra masa de pizza preferida. Yo  hago la de thermomix si voy con prisas, y últimamente he descubierto esta maravillosa receta de pizza a la sartén de Canal Cocina, que es la que he usado para la receta por varios motivos: primero porque no resulta salada en exceso, lleva azúcar y una pizca de sal en la masa y me acopla perfectamente a la idea de receta que quiero preparar, ni dulce ni salada. Además no quiero que las frutas estén demasiado tiempo en el horno para evitar que  pierdan demasiada textura o intensidad en el color. Así que hacerla unos minutos primero en una sartén, para que se haga crujiente por la base y después pasarla a gratinar al horno durante tres o cuatro minutos es una opción perfecta para este tipo de pizza con este tipo de ingredientes tan delicados.

INGREDIENTES:
  • Masa de pizza.
  • mermelada de fresas.
  • queso brie u otro queso "pasta" que os guste.
  • fresas, frambuesas, arándanos o la fruta roja que os resulte más rica.
  • nueces y unas hojitas de menta fresca.
  • miel (opción extra para "súper golosos")

Disponemos una capa muy fina de mermelada sobre nuestra base de pizza, sólo para que no se vea el blanco de la masa. Repartimos los trozos de queso, las fresas lavadas y cortadas en cuartos o la fruta escogida y volvemos a poner, esta vez de un modo más generoso, más mermelada por encima.

Horneamos la pizza del modo tradicional o tal y como nos explican en la receta de pizza a la sartén nuestros amigos de Canal Cocina y listo!!

Ya sólo nos queda decorar con unas nueces y unas hojas de menta fresca, y si somos muy de dulce, podemos darle un toque con un chorrito de miel.

Dos copas de un buen Chianti fresquito, música de fondo, unas velas, mantel en el suelo a modo de picnic y esa compañía que nos hace sentir que el tiempo se para a nuestro lado. 



¿Se puede pedir más? #whatelse

Feliz día a todos los enamorados!

Belén #inlove









Bizcocho para desayunos en molde de bundt

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Hoy una entrada rápida, pero no por ello menos interesante. De hecho es uno de los bizcochos que más hago últimamente desde que lo probé este verano.

Y digo lo de entrada rápida porque no me he currado la receta, es de Raquel Carmona, autora del maravilloso blog Los tragaldabas. Si hacéis click en el link tendréis a mano la receta.

Yo la hago tal cual, en la thermomix, lo único que cambio porque siempre voy con prisas y le he cogido el "gustillo" es el tema de la harina bizcochona.

Es la que yo uso para este tipo de bizcochos de diario y me resulta cómodo y fácil. Así que al poner harina bizcochona o leudante no le pongo ni el bicarbonato ni la levadura química que indica la receta. También sustituyo la ralladura de limón por la de naranja, por eso de que "la tierra tira" y me gusta ponerle mitad de girasol y mitad de un aceite de oliva suave. 

Es una receta infalible a la que sólo le veo un "pero" y según cómo se mire, claro: sale muuuucha cantidad. Así que si no quieres un bizcocho enorme  divide la cantidad por la mitad.

Para que os hagáis una idea: con las cantidades de la receta original me ha salido esta maravilla de bizcocho que he hecho en el molde "autumn wreath" de Nordic Ware de su línea de moldes para bundts y otro bizcocho de 12 cm. de diámetro y unos 8 cm. de alto.


El molde es una maravilla y se desmolda, como todos los de la misma marca y si respetamos las típicas indicaciones, sin problema, consiguiendo un bizcocho que sorprende a todos, lleno de hojas de otoño y bellotas que rodean la corona perfectamente definidas.





Lo he horneado a 170º  y cerca de una hora, aunque ya sabéis que lo ideal es no quitarle ojo y pincharlo para saber con seguridad si ya está bien horneado por dentro. Recordad que con este tipo de "moldes corona" es aconsejable respetar varias cosas:

  • Hornearlo sobre la rejilla y no sobre bandeja para conseguir una óptima circulación del aire y del calor.
  • Engrasar bien el el molde haciendo especial hincapié en todas las aristas y recovecos.
  • Desmoldar pasados unos 10 minutos o hasta que veamos que los bordes del bizcocho comienzan a despegarse de las paredes del molde.
Mi lucha con los bundts y con este tipo de moldes fue épica, puedes verla AQUÍ y reírte un poco de mis peripecias tras el bundt perfecto. Pero si respetas esos trucos salen solos!


Un bizcocho jugoso, que aguanta tierno días y días. Para el desayuno en casa, solemos acompañarlo de un poco de mermelada. Si tengo por la nevera, yo desde luego con mi mermelada casera de fresa,  y mi hijo mayor con una rica mermelada de naranja amarga. Aunque es raro que dure tanto...siempre hay voluntarios para coger un trozo!



 ¿Te animas?

Un beso, Belén.

Taller de macaarons online avanzado "le must"

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Porque lo que más me gusta de todo es enseñar lo que a mi tanto me ha costado.
Porque cuando vosotros lo conseguís, yo lo consigo.
Porque vuestro éxito al aprender a hacer macarons es el mío.
Y porque quiero crear un ejército de #macaronsadictos...

Vuelve en abril, el taller online de macarons definitivo: el taller avanzado "Le must".

Nuevas técnicas de secado, recetas sorprendentes, técnicas de escudillado diferentes para lograr increíbles efectos, coquilles de infarto, pies de película, y sobretodo y más que nada bocados que enamoran: fundentes, llenos de sabor, inconfundibles.



Cómo conseguir el merengue perfecto con tu batidora último modelo o con una modestas varillas eléctricas, la técnica del macaronage, macarons con merengue italiano a partir de claras frescas o de albúmina, rellenos diferentes, ideas de presentación para sorprender, uso de colorantes y además la última semana de taller...¡Los pintamos!

Toda la INFO en La tallerería.

Del 4 de abril al 1 de mayo los macarons no tienen secretos...




Albóndigas en salsa

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Hola ya estoy aquí!! Sí, tenéis toda la razón del mundo, últimamente tardo en pasarme por el blog pero es que aunque a veces uno llegue a creerse con súper poderes, la realidad es muy distinta y no podemos llegar a todo.

Así que puede que tenga que cambiar la periodicidad de mis publicaciones en el blog para no entrar en pánico o desarrollar una crisis de ansiedad, y lo mejor sea que mi cita con vosotros desde el blog sea mensual. Yo lo voy a agradecer y a lo mejor vosotros también, por no tener que aguantarme tanto! jajajaja!

Para resarciros del tiempo sin aparecer...hoy receta de #cocinaparatorpes y además con videoreceta, que no se diga!


La receta como siempre rápida y sencilla, es la receta de albóndigas que se ha hecho siempre en casa, variando eso sí las verduras según la temporada, los gustos o lo que mi madre encontrara por la nevera.

La calidad de los ingredientes influye SIEMPRE así que os doy opciones:

-En la opción rápida y de ir por casa y con prisas, podéis optar por las verduras ya troceadas y congeladas. Yo las uso frecuentemente porque las tengo siempre a mano en el congelador y porque me ahorran tiempo. Un vino blanco baratito nos sacará del apuro, como el del vídeo,  y un colorante alimentario en vez de azafrán. Las albóndigas, podéis comprarlas ya hechas en vuestra carnicería de confianza o pasaros a la opción "de luxe".

-Opción "de luxe"(juasjuasjuas!): haremos nosotros las albódigas con 300 gr. de carne picada, un huevo crudo o una yema "viuda" que tengamos por la nevera, pan rallado, ajito picado, sal, pimienta y perejil. Sólo tenemos que integrar los ingredientes y añadir un poco de pan rallado a ojo para que liguen las albóndigas.
Además las verduras si son frescas y de calidad ayudarán junto con un vino de mayor calidad y unas hebras de azafrán a darle un pellizco diferente al  de la versión rápida.

¿Empezamos?

INGREDIENTES (para unas 12-15 albóndigas)

Una vez hechas las albóndigas (o compradas) comenzamos poniendo en una cazuela 4 cucharadas soperas de aceite de oliva.
Añadimos una cebolla bien picadita y rehogamos mientras pasamos por harina las albóndigas.

Echamos las albóndigas junto a la cebolla y freímos hasta que queden bien doraditas, éste es sin duda uno de los trucos: que queden doradas y con una costra crujiente.

Incorporamos las verduras elegidas, podéis variarlas en función de vuestros gustos, y les damos unas vueltas antes de añadir la sal y la cucharadita de pimentón dulce. Ya sabéis que en cuanto ponemos el pimentón, debemos añadir rápidamente el agua o el líquido para evitar que se queme y después amargue.

Así que después del pimentón rápidamente añadimos el vino, y a continuación la misma cantidad de agua que de vino blanco.

Rectificamos de sal si hiciera falta, añadimos el colorante o el azafrán, unas hierbas que nos gusten (yo suelo añadir orégano o romero) y chup chup!

Y si os apetece completar con unas patatas, podemos trocear una patata y añadirla ahora, o a la hora de servir el plato freír unas y añadirlas a nuestro guiso. En cualquier caso nos va a quedar un plato muy completo y riquísimo.

Si vemos que a mitad cocción se nos queda el guiso justo de caldo, podemos añadir algo de agua o algún caldo de pollo o carne que tengamos por casa.

En cuanto la salsa esté "cogida", las patatas cocidas y las albóndihas hechas, tendremos nuestro plato listo para emplatar y comer.

Y ahora para que lo veáis mejor aún...VÍDEORECETA!!!

                               






Macarons de OREO

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Pues hoy me he liado la manta a la cabeza y como soy más inestable que una mesa coja pese a haberos dicho en el post anterior que aparecería menos por aquí, estoy lista y sentada delante del ordenador para escribir una receta que muchos me habéis estado pidiendo por las RRSS.

En un principio pensaba incluirla dentro del temario del taller online de macarons avanzado "Le must" pero sois muchos los antiguos alumnos que queréis saber recetas nuevas y que confiáis en mi y en mis trucos macaroniles. Así que he decidido que mejor publicarla aquí para poderla compartir con tantos y tantos alumnos que habéis aprendido a hacer macarons conmigo y con La tallerería, nuestra tallerería.


Que conste que los que me conocéis sabéis de sobra que en cuestión de macarons prefiero siempre optar por sabores que no enmascaren el maravilloso sabor de la almendra, pero hoy haremos una excepción y nos dejaremos llevar por el #americanwayoflife y una de sus famosas galletas.


Para hacer unos 20 macarons (40 coquilles)



  • 75 gr. almendra
  • 75 gr. azúcar glass
  • 27 gr. claras
  • 21 gr. agua
  • 75 gr. azúcar "blanquilla"
  • 27 gr. claras
  • Galletas OREO (3 tapas sin crema)


Con los tres primeros ingredientes y las galletas  OREO tamizadas junto al TPT haremos la pasta o el mazapán y con los tres siguientes el merengue italiano que después en el macaronage integraremos con el mazapán inicial.

Para elaborar macarons con merengue italiano vamos a recordar unos pasos básicos que debéis respetar sí o sí!



  • Trabajamos el TPT (mezcla a partes iguales de almendra y azúcar glas) previamente tamizado a conciencia o pasado todo junto por la Thermomix, con las claras hasta formar una especie de pasta de mazapán. Reservamos tapado con film para que no se reseque.
  • Preparamos todos los ingredientes para tenerlo todo pesado y listo y que no nos falle nada.
  • Disponemos las claras en el bol de la batidora, y comenzamos a preparar el almíbar con el azúcar y el agua.
  • Cuando el almíbar alcance aproximadamente los 110º ( lo ideal es disponer de un termómetro para controlar la temperatura del almíbar, ya que al principio nos facilitará mucho el trabajo si no conocemos bien los puntos del almíbar), comenzamos a batir las claras.
  • Cuando el almíbar alcance los 118º, bajamos la velocidad del montado de las claras e incorporamos el almíbar sin demasiadas contemplaciones sobre las claras y volvemos a batir de nuevo todo y a máxima potencia hasta que al tocar el bol con las manos lo notemos templado (unos 40º C).
  • Ahora viene el "macaronage", el momento en el que integramos la pasta de almendra con el merengue. Sin miedo y con la ayuda de una espátula iremos integrando todo hasta conseguir una masa brillante, lisa y que se mueve lentamente si inclinamos el bol o forma una cinta lenta y sinuosa al caer si cogemos algo de masa con la espátula y la soltamos.
  • Formamos o "escudillamos" nuestros macarons y los dejamos secar hasta que los macarons hagan lo que los franceses llaman "croutage": se va a formar una película que hará que al tocar los macarons suavemente con el dedo notemos que no se pegan casi al dedo.
  • Espolvoreamos con más galletas OREO picaditas por encima antes de que se sequen los macarons y de hornearlos.


  • Si tenéis controlado bien el horno y "sois amigos" prueba a darles un secado rápido: unos 5-10 minutos a unos 40º para conseguir así acelerar ese proceso tedioso del secado.
  • Hornea tus macarons durante unos 12 minutos y a unos 150º (tiempos y temperatura aproximada) y despégalos cuando una vez sacados del horno ya estén bien fríos.
  • Un golpe de congelador, o un reposo en la nevera de 24 horas hará que la textura final de nuestros macarons sea perfecta antes de rellenarlos.

¿Ya tenemos los macarons? Pues ahora a rellenarlos.

Una SMBC sencilla a la que le he restado algo de mantequilla, en vez de hacer la SMBC con una proporción 1,2,3, he puesto 1,2, 2'5 y una vez hecha le he añadido un buen chorrito de vainilla y unas 8 galletas enteras con crema incluída bien trituradas.




¿Cómo? ¿No sabes lo qué es una SMBC o no sabes hacerla?
Pásate por AQUÍ  y echa un vistazo.

El resultado muy rico, eso sí, cuesta sacarle el sabor a almendra y eso que yo he usado una almendra variedad "marcona" buenísima que compré en el mercado y con una potencia y unos matices de sabor geniales.

¿Quién se anima?


Un beso enorme, Belén.





Paulova de chocolate y fresas

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La paulova o "pavlova" es un maravilloso postre con base de merengue y generalmente decorada con frutos rojos, que se creó en Nueva Zelanda, allá por los años 20, en honor de la bailarina a la cual hace mención su nombre, la artista Anna Pavlova.

Un postre vistosísimo, rico y no demasiado engorroso de hacer pese a su mala fama si seguimos unas pautas muy sencillas.





Un merengue estable, que quede tras el horneado crujiente por fuera y cremoso por dentro, una buena crema de relleno y unas frutas frescas nos van a dar las claves del éxito.

La paulova más clásica es de merengue tal cual, como mucho aromatizado con vainilla, en mi caso voy además a añadirle algo de cacao en polvo para convertir el merengue en una delicia de merengue de chocolate, y para la crema de relleno optaré esta vez por una trufa clásica que va a quedar genial con las fresas frescas con las que remataremos el postre, aprovechando que ya se acaba la temporada de fresas...snifff!


A la hora de hacer la paulova, podéis hacerla en discos o pisos (yo haré dos bases o pisos de merengue), en un único piso más grande a modo de pastelón con un hueco en medio para disponer el relleno, o en porciones individuales. Os dejo unas ideas que he encontrado buscando por mi adorado "Pinterest".





INGREDIENTES (para dos discos de 23 cms. aprox.)


  • 3 claras de huevos frescas (recién sacadas de la nevera dicen que montan mejor, pero yo no noto la diferencia)
  • 150 gr. de azúcar (azúcar blanquilla o glass, con esta segunda opción el grano se disuelve antes)
  • 1/4 tsp de cremor tártaro
  • Una cucharadita de postre de "Maizena"
  • 20 gr. cacao en polvo (yo he usado de la marca "Barry")
  • Puedes añadirle también unas gotas de vinagre, el ácido del vinagre o del limón ayuda a estabilizar el merengue.
Comenzamos montando nuestras claras con la pizca de cremor tártaro, lo ideal es comenzar a una velocidad media-baja para que las primeras burbujas que se formen sean más pequeñas y nuestro merengue más estable. Cuando comiencen a espumar y, de cucharadita en cucharadita, iremos añadiendo el azúcar y subiremos la velocidad  al máximo, hasta que nuestro merengue quede bien duro y brillante. ¿Cuánto tiempo? Ni poco ni demasiado, ese es el problema del merengue: si lo batimos poco luego puede que se nos baje y que después con el reposo suelte líquido o "llore", pero batirlo en exceso y que se "seque" tampoco nos debe pasar.

Un merengue compacto no a pelotones, liso, brillante y bien firme es el que necesitamos.

Una vez listo añadiremos la Maizena, el vinagre y el cacao e integraremos todo despacito y con buena letra con la ayuda de una espátula hasta que nos quede una masa uniforme.

Para hornear los discos de merengue que formarán nuestra paulova yo lo que tengo son dos láminas de teflón con el contorno dibujado en rotulador indeleble del tamaño del que quiero que me queden los discos de merengue.

Con la cara del rotulador hacia abajo y guiándome con la circunferencia que se transparenta, reparto el merengue en los dos teflones y voy disponiéndolo hasta formar los discos.


Si quieres los discos más gordos, o más cantidad de pisos, deberás doblar las cantidades de esta receta.

Hecho esto ya tenemos lo más difícil conseguido, ahora toca hacer lo más aburrido pero no menos importante. Conseguir que nuestro merengue quede rico no es cuestión de un sólo intento, puede que os lleve varios intentos conseguir un exterior crujiente y un interior cremosito. En mi horno los tengo una hora y media a 110º y pasado este tiempo los dejo enfriar por completo dentro del horno ya apagado.

Para el montaje, con los discos ya fríos, haremos la trufa y limpiaremos las fresas, aunque yo en este caso he dejado las fresas enteras y sin pelar para las que decoran la parte de arriba de la paulova, y sólo he troceado las que van en el piso intermedio y no se ven...manías!




Para la TRUFA

  • 500 ml. de nata para montar 
  • 200 gr. chocolate cobertura o "f0ndant"
  • 60 gr. azúcar
Lo más importante es hacer la crema el día antes, para montarla y que nos quede una trufa perfecta cuando vayamos a montar la paulova.

Sólo debemos poner la nata y el azúcar al fuego y antes de que hierva, retiramos del fuego y añadimos el chocolate troceado que con el calor se derretirá por completo. Reservamos y dejamos en la nevera (mínimo 12 horas), para que a la hora de montar la preparación lo haga sin problema.

¡Ojo! Al montarla nos debe quedar firme pero no os paséis en el montado o se os cortará y se hará como mantequilla.



Ponemos la base de merengue, por encima con la ayuda de la espátula la trufa con trocitos "minis" de fresas, la otra base de merengue, y con una boquilla chula decoramos con el resto de la trufa y la fruta que hayamos elegido, más fresas!





NOTAS:


  • En las claras para que se monten bien no deben quedar restos de yema y el recipiente y utensilios para montarlas debe estar bien limpio y sin grasa. Para asegurarnos podemos pasar un papel de cocina humedecido con unas gotas de vinagre.
  • A la hora de montar el merengue ni mucho ni poco, esa el la "madre del cordero" en cualquier preparación que lleve merengue.
  • Horneado largo y suave, a muy baja temperatura y sin oscilaciones en ella. ¡No tengas prisa si quieres un resultado perfecto!
  • La trufa mejor prepararla de un día para el siguiente y cuidado a la hora de montarla no nos pasemos.
Un beso enorme, Belén!!!!

Arroz con pollo caldoso

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Si hay un arroz que los valencianos conocemos y cocinamos con los ojos cerrados, sin duda es éste. Yo creo que es el arroz con el que las madres (valencianas también) empezamos a introducir a los niños en una alimentación más sólida, de mayores. Esa etapa en la que se trata de compaginar los gustos de los adultos de la casa con las necesidades y avances de los "`peques" (yo ya ni me acuerdo...).

Un arroz completo, hidratos, proteínas, verdurita... de sabor suave pero lleno de matices y con una textura melosa que nos va a encandilar a todos.


En mi casa, como en la mayoría de los hogares valencianos lo de comer arroz prácticamente todos los días de la semana nos parece de lo más normal, y sin duda esta receta de hoy es de las que "caen" casi cada semana.

Hay veces que añado otras verduras, calabacín, alcachofas (¡imprescindibles siempre!), e incluso que cambio el pollo por costilla de ternera o por sepia troceada, pero la base es la misma, ya veréis que sencillo y fácil de hacer.

Además es el caldo BASE para hacer una buena paella.

Y hoy, tiramos la casa por la ventana y...VÍDEO RECETA!!!

INGREDIENTES (unas 4 personas)


  • una pechuga grande de pollo troceada 0 alguna pieza con hueso (muslos, alitas...)
  • aceite de oliva para el sofrito, unas 4 cucharadas soperas.
  • un par de dientes de ajo enteros
  • sal
  • 2 cucharadas de salsa de tomate
  • verdura especial para paella o la verdura que tengas por casa (judía plana verde, judía blanca, judiones...)
  • Opcional:una pastillita de concentrado de pollo ("Avecrem")
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • Romero fresco o seco
  • colorante alimentario o mejor aún unas hebras de azafrán
  •  300 gr. arroz
  • agua
  • Aunque en el vídeo no salen (se me olvidó comprarlas), añde 4 alcachofas cortadas al añadir el arroz, son el remate de est rico arroz.


En el vídeo lo vais a ver todo muy claro, pero por si se os escapa algo vamos con los consejos para que os quede un arroz impecable! Palabra de valenciana!

NOTAS:
  • Sofreir muy bien el pollo y que quede doradito y bien hecho es la base de este caldo.
  • Escoge alguna pieza con hueso, le da más sabor al arroz.
  • La pastilla de "Avecrem" puedes añadirla o no. He de reconocer que es una manía adquirida de mi madre, y no creo que ya a estas alturas vaya a renunciar a ella.
  • El romero si es fresco mejor, retíralo antes de que se deshaga demasiado.
  • Una vez añadas el pimentón corriendo echamos el agua, de lo contrario se nos quemará y amargará el caldo.
  • Añade agua hasta que llegues al borde de la cazuela, lo vamos a tener hirviendo una media hora y luego 20 minutos más con el arroz.así que se evaporará una cantidad importante.
  • El arroz lo echamos con el caldo hirviendo. Retira algo de caldo antes de echar el arroz (como dos o  tres tazas). Si hace falta y vemos que nos estamos quedando cortos de caldo iremos añadiendo del caldo reservado. Si una vez servidos los platos, algún comensal quiere el arroz más caldoso, también podemos añadirle de ese caldo.
  • Al echar el arroz volvemos a probar de sal y rectificamos si hace falta. Los arroces suelen quedar sosos, asi que comprueba que el caldo esté "saladito".
  • Unos 20 minutos con el agua dura de Valencia, pero lo mejor como siempre "a ojo".
  • El arroz debe quedar entero, que no os quede gordo ni empastrado.
¿Quién se anima?

Un beso enorme, Belén.

AH!!!! Y si te gusta esto de las vídeo recetas, regaladme un ME GUSTA en el vídeo y suscríbete a mi canal.


Guisado de ternera

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Estoy poco de dulces últimamente y eso evidentemente se refleja aquí en el blog. 
Dentro de nada mi hijo mayor volará, se irá de "Erasmus", luego a hacer algún máster, quizás le salga trabajo lejos de casa...y está de un "verde" culinariamente hablando que da pena. 

Así que ahora más que nunca me apetece ir completando la oferta de recetas de la sección #cocinaparatorpes con la esperanza de que cuando esté lejos la consultará y no morirá de inanición.

Hoy uno de sus platos preferidos, el guisado de carne, al que cariñosamente en casa solemos llamar "guisadito".

Fácil, es para torpes, rápido, para gente con prisas, limpio porque no ensuciamos más que una olla, rico y completo. Nosotros en casa lo solemos acompañar de un poco de arroz blanco, asi que el plato queda equilibrado en cuanto al aporte de proteínas, hidratos y las vitaminas de las verduras.

Yo soy muy de tener siempre en la nevera verduras congeladas, se recogen en su momento óptimo y si se preserva la cadena de frío sus características en cuanto a sabor, color y textura son perfectas y siempre las tenemos a mano. pero por supuesto podéis usar las verduras frescas que tengáis a mano.

INGREDIENTES (unas 4 raciones)

  • 500 gr. de carne de ternera de un corte tierno y meloso (morcillo, aleta, babilla, cadera...)
  • una cebolleta tierna
  • 50 gr. aceite de oliva
  • sal, pimentón, orégano
  • tomate frito (unas 4 cucharadas soperas)
  • 1 cucharada sopera de harina
  • verduras al gusto: yo pongo guisantes, zanahorias, patatas...
  • 1 latita de aceitunas rellenas
  • 250 ml. de vino blanco
  • 250 ml. de agua



Para hacer esta receta y para cualquier guiso o estofado de carne, yo soy "forofa" de la olla presión. Mi olla rápida WMF Perfect me acompaña desde hace muchos años y es un gustazo cómo deja la carne de tierna en unos pocos minutos. Si no tenéis olla rápida, el "chupchup" a fuego lento de toda la vida nos dará también un resultado excelente, y si es en cazuelita de barro ¡mejor!

Comenzamos poniendo el aceite en la olla y la cebolla picadita. Vamos a dorarla un poco antes de incorporar la carne cortada en tacos hermosos. 

Añadimos sal y sofreímos la carne un poquito.

Para asegurarnos de que nos va a quedar un caldo o salsa con fundamento y ligadito, añadiremos una cucharada de harina y le daremos unas vueltas a todo junto hasta que la harina se tueste y ya no se vea blanco en el guiso.

¡Esto ya casi está! Unas cucharadas de salsa de tomate, una cucharadita de postre de un buen pimentón y enseguida para que no se queme y luego amargue el guiso, incorporamos el vino blanco y la misma cantidad de agua que de vino (250 ml. de cada).

Rectificamos de sal, añadimos nuestras especias preferidas (me encanta esta receta con orégano o con estragón) y por último las verduras escogidas y la latita de aceitunas escurridas,

Yo en la olla WMF tengo el guiso 15 minutos a partir de que sale la segunda anilla y bajo el fuego pitando...aún recuerdo el día que me explotó una olla a presión, estuve 15 días despegando garbanzos, jajajajaja!!! Evidentemente si no lo hacéis en olla exprés tardaréis más tiempo en hacer el guiso y en conseguir una carne tierna y bien cocinada.

¿Para completar el plato? Un poco de arroz blanco y ¡a disfrutar se ha dicho!

Y por si algo no te ha quedado claro, vamos a repasar los pasos en este vídeo!!





Un besazo enorme, Belén.

Crema de calabaza con naranja y jengibre.

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Pues con esta crema de hoy inauguro una serie de recetas en el blog que si bien seguiremos englobando en nuestra #cocinaparatorpes su denominador común va a ser el hecho de que serán propuestas frescas, rápidas y ligeras, perfectas para la temporada de calor que ya comienza.

Muchas veces a la hora de escribir las entradas en el blog, tiro de ideas que voy viendo en otras webs, de fotografías, de libros de cocina… Siempre sabéis que me gusta poner mi toque y acercaros recetas sencillas y fáciles de hacer pero que siempre tengan mucho de mí y de mi cocina.

En otras ocasiones pruebo cosas en restaurantes que me sorprenden y resultan inspiradoras, o como en esta ocasión, son mis amigos los que me siguen sorprendiendo con sus artes culinarias.

Una crema ligera, con un color que entra por los ojos, fresca y con un punto ácido y picante: el ácido del zumo de naranja y el picante del jengibre fresco. Sin duda junto con el gazpacho y el ajo blanco, es una de mis cremas preferidas en los meses de verano.



INGREDIENTES ( unas 4 raciones)

  • 500 gr. aproximadamente de calabaza pelada, troceada y sin pepitas
  • 1 patata mediana
  • 1 cebolla tierna
  • Zumo de una naranja
  • Caldo de pollo
  • Sal y jengibre rallado fresco
Comenzamos poniendo en una cacerola la calabaza troceada y la patata y la cebolla peladas y en trozos, más o menos todos de un mismo tamaño. Cubrimos con agua, añadimos algo de sal y ponemos a hervir.

Cuando las verduras estén blanditas, las retiramos del fuego y las escurrimos bien.

Disponemos la calabaza y el resto de ingredientes en un procesador de alimentos (yo uso el Thermomix porque me gusta como deja las cremas de finitas), y añadimos el caldo de pollo, que podemos haber hecho previamente con unas carcasas de pollo y unas verduras o del comprado. Para la textura que yo quiero conseguir, suelo añadir dos vasos de caldo de pollo.

Trituramos todo y añadimos a la crema el zumo de una naranja y jengibre fresco  rallado a nuestro gusto . 

Rectificamos de nuevo de sal, y comprobamos la textura más o menos líquida que nos ha quedado así como la acidez que aporta la naranja. Si queremos una crema más fluida añadiremos caldo o zumo de naranja en función del sabor más o menos ácido que queramos proporcionarle a nuestra crema. 



Reservamos la crema bien fresquita en la nevera, y a la hora de servirla podemos acompañarla de un chorrito de "créme fraiche" o de nata.

Como ya os decía al principio es un primer plato refrescante, rápido y muy sencillo de elaborar, de los que no hay que perder de vista estos meses de verano.


Seguro que os gusta y refresca a partes iguales!!

 Un besazo, Belén.

La torta caprese perfecta

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La torta caprese es una receta típica napolitana, más en concreto de la maravillosa isla de Capri, de dónde recibe su nombre.

 Se dice que su elaboración actual es fruto como en muchas otras recetas del error, ya que entre sus ingredientes no lleva harina, al Carmine de Fiore allá por 1920, olvidó añadirla a la tarta de almendra y chocolate que estaba preparando.

Del despiste surgió esta maravillosa tarta, crujiente por fuera, húmeda y cremosa por dentro, con todo el aroma de las almendras y la untuosidad del chocolate. ¿Alguien da más?


Para elaborarla necesitamos muy pocos ingredientes y muy sencillos de encontrar.

INGREDIENTES: (torta de unos 24 cms. diámetro)

  • 200 gr. almendra cruda pelada
  • 180 gr. azúcar
  • ·3 huevos XL (pesados sin cáscara entre 200-225 gr.) 
  • 200 gr. mantequilla en pomada
  • 150 gr. chocolate fundido
Comenzamos fundiendo el chocolate al baño María o a golpes cortos de microondas, y dejándolo enfriar mientras continuamos con la receta.

Sin duda uno de los secretos para que las almendras desplieguen todo su aroma es tostarlas. Si bien podéis encontrar recetas en las que las almendras se añaden a la elaboración crudas, el darles un golpe de horno va a a cambiar el resultado de nuestra torta. Así pues dispondremos las almendras en una bandeja de horno cubierta con papel de horno y les daremos un golpe de horno de unos 10 minutos a 200º, la casa ya empezará a oler a "gloria bendita". Una vez tostadas, sacaremos las almendras doraditas del horno y las dejaremos enfriar por completo antes de triturarlas "burdamente" en nuestra picadora o procesador tipo Thermomix.

Éste es el segundo secretillo de nuestra "caprese" perfecta: no tritures las almendras por completo o desecha la idea de usar almendra ya molida, la almendra debe quedar triturada en trocitos que se identifiquen al comer la torta y que aporten textura y "gracia" a esta ya de por sí riquísima receta.

Disponemos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar y trabajamos en nuestro procesador o batidora (yo lo he hecho con la pala de la KA). Una vez esté todo bien integrado añadimos de una en una las yemas de huevo, con cuidado de no incorporar la siguiente yema hasta que la anterior esté bien integrada.

A estas alturas el chocolate que habíamos fundido en el micro estará ya templado, momento que aprovecharemos para añadirlo a la mezcla de mantequilla, azúcar y yemas.

Casi acabamos...añadimos las almendras picadas, y por último montamos las claras a punto de nieve y las incorporamos a la masa con ayuda de una espátula y con movimientos suaves y envolventes.

¡No vale meter el dedo en la masa y comenzar a relamerse! Ya sé que es complicado, pero CONTENCIÓN!!!



Precalentamos el horno a unos 170º, engrasamos nuestro molde (yo he usado spray desmoldante para luego no llevarme sorpresas) y horneamos nuestra torta durante unos 60 minutos, o como siempre hasta que al pincharla con una aguja, testador o cuchillo éste salga limpio, que no seco. Y llega el tercer y último "truco del almendruco" para triunfar con la torta: no te pases en el horneado, el interior debe quedar húmedo y fundente, denso pero con un punto húmedo que haga que se deshaga en la boca.

Se nota que me ha gustado ¿verdad? Maravillosa es poco. Yo suelo tomarla para desayunar, remojadita en mi té con leche mañanero. Pero prueba a servirla de postre con el café o para la merienda con un poco de helado de vainilla. ¡Deliciosa, da igual a la hora que la consumas!

Y recuerda que una vez fría debes ser generoso espolvoreando la torta caprese con azúcar glass, ése es el remate final.


¡Que no se resista nadie! Hay que hacerla sí o sí.

Un beso enorme con sabor a Italia, Belén.




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