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Tartaletas de limón y merengue

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Ya sé que estamos en tiempo de torrijas y prometo hacerlas en breve, como las hace mi madre, como las hemos comido en casa siempre... Estamos en tiempo de pestiños, buñuelos, monas de Pascua, bollus...

Pero es que esta receta es tan sencilla y tan buena que no puedo dejar de compartirla con vosotros. Masa quebrada, crema de limón y merengue con un toque de lima rallada para decorar y el éxito asegurado allá donde las saquéis.



Para las tartaletas tenéis muchas opciones según el tiempo y las prisas o las ganas que tengáis:

  • Una masa sablé como la de mis tartaletas de fresas de esta receta.
  • Unas tartaletas compradas ya horneadas y listas para rellenar como las que yo he usado.
  • Una masa de galleta y mantequilla horneada como la de los cheesecakes.
  • Las obleas de empanadillas de esta otra receta
  • O estas graciosísimas cucharitas que encontré en el supermercado de El Corte Inglés y que son una opción perfecta para mesas dulces o meriendas tipo bufé.


CREMA DE LIMÓN

100 gr. de zumo colado de limón
ralladura finita de dos limones medianos
150 gr. de agua
90 gr. de azúcar
1 yema de huevo 
20 gr. Maizena

Ponemos en un cazo al fuego el agua (menos dos deditos para diluir la Maizena y la yema), el azúcar, el zumo y la ralladura.

En el agua reservada disolvemos la Maizena y la yema de huevo, y lo añadimos al cazo cunado empiece todo a hervir. Bajamos el fuego al mínimo y con ayuda de unas varillas removemos sin parar un par de minutos mientras va engordando la crema de limón. Reservamos.




MERENGUE FRANCÉS

una clara de huevo
5o gr. azúcar

Ponemos en un bol bien limpio de cualquier resto de grasa la clara de huevo y comenzamos a montarlas. Cuando las claras empiecen a espumar, iremos añadiendo poco a poco el azúcar, hasta que tengamos un merengue con picos duros y firmes y de aspecto denso y brillante (una maravilla de la naturaleza, vamos!).

Podemos darle algo de tono al merengue como he hecho yo en las tartaletas y añadir unas gotitas de colorante amarillo o dejar el merengue blanco inmaculado como el de las cucharitas.

Para montar las tartaletas ya podéis imaginarlo: rellenamos la tartaleta escogida con la crema, metemos el merengue en una manga pastelera provista de una boquilla bien bonita y decoramos.



Si tenéis un soplete quemad un poquito el merengue como he hecho yo y rematad el dulce con un poco de lima rallada y algunas hojitas verdes de menta o de lo que tengáis por casa.

En menos de un mes las he hecho ya tres veces, es un postre muy lucido y no demasiado pesado y lo podéis preparar la noche antes, el merengue en la nevera y quemado aguantará perfectamente y la crema de limón estará más rica aún que recién hecha.

Y ¿qué hacemos si nos sobra merengue?

Jajajajajaja!! Hoy me siento generosa y ahí va LA RECETA con las sobras del merengue, porque aquí no se tira nada, nada, nada!!!






Merengue, merengue!!!!

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¿Dos recetas en un día? Sí, hoy estoy de un trabajador que asusto.

Pero a lo que íbamos, con el merengue que nos ha sobrado de hacer las tartaletas de limón y merengue vamos a hacer unos merenguitos de café o de cacao.

Recordemos la receta del merengue:


MERENGUE FRANCÉS

una clara de huevo
5o gr. azúcar



Ponemos en un bol bien limpio de cualquier resto de grasa la clara de huevo y comenzamos a montarlas. Cuando las claras empiecen a espumar, iremos añadiendo poco a poco el azúcar, hasta que tengamos un merengue con picos duros y firmes y de aspecto denso y brillante (una maravilla de la naturaleza, vamos!).



Una vez hecho el merengue, lo ponemos dentro de una manga pastelera provista de una bonita boquilla rizada. Yo los he formado sobre una lámina de teflón. Podéis aromatizar el merengue añadiéndole unas gotitas de algún buen extracto, o darle también color con unas gotas de vuestro colorante preferido.

Introducimos en el horno a unos 100º durante unos 45 minutos. Dependiendo de si os gustan los merengues más tiernos o más secos y por supuesto del tamaño.



Para rematar la presentación espolvorea los merengues con cacao en polvo o con café con la ayuda de un colador.

Bonitos ¿verdad?

Un beso muy grande y gracias por leerme hasta el final, me encanta saber que estáis ahí.


Os quiero, Belén.

Torrijas y la marmita de Obélix.

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¡Marchando una de torrijas! Casi mejor...¡marchando dos de torrijas! O tres, o cuatro...cuantas más torrijas como más me apetece seguir comiendo. A estas alturas de mi vida con #taytantos años a mis espaldas y en mis caderas, estoy segura de que las torrijas tienen algún extraño efecto en mi metabolismo y que en vez de saciarme me van  creando sensación de apetito a cada mordisco que les doy.


Las torrijas que hago y que como muchas de las cosas que comparto con vosotros las he aprendido de mi madre, no son unas torrijas pesadas, ni demasiado dulces: no llevan almíbar, ni vino, ni miel...ni siquiera las remojo con leche como la mayoría de las recetas sino con agua.

Además llevan limoncito rallado y canela en cantidades alucinantes, son cremosas, quedan blanditas por dentro pero consistentes al morder, un color dorado que quita el sentido y un sabor que hace que en mi casa no tengamos que esperar a Semana Santa para comerlas, en cuanto hay pan del día anterior ya estamos haciendo torrijas.


Para hacerlas sólo hay que tener ganas y estos sencillos ingredientes a mano en casa:

  • pan del día anterior e incluso de más días.
  • 2 huevos
  • un chorrito de leche (tres deditos de un vaso)
  • limón
  • aceite para freírlas
  • azúcar y canela
Comenzamos cortando el pan en rebanadas de aproximadamente un dedo y medio de grosor y las empapamos en agua fría poniéndolas debajo del grifo del agua. Deben quedar bien remojadas. Las dejamos reposando todas juntas en un bol o bandeja y tapadas con un trapo limpio un rato para que queden bien blandas.

Mezclamos batiendo con un tenedor los dos huevos, el chorrito de leche y la ralladura de limón y vamos rebozando con cuidado de que no se rompan las rebanadas de pan remojadas.


Llenamos una sartén con abundante aceite (yo he usado de girasol) y en cuanto el aceite esté caliente empezamos a freírlas hasta que adquieran ese precioso tono dorado que las caracteriza.

Una vez fritas, pasadlas por el azúcar mezclado con la canela (sed generosos!) y esconded la fuente con las torrijas ya listas si no queréis que desaparezcan antes de  hora.

Aún recuerdo la vez que mi madre dejó hecha una bandeja entera de torrijas (unas dos docenas) y cuando volvió de trabajar quedaba sólo una...la de la vergüenza. Entre mi hermano y yo fueron sucumbiendo de una en una. Así que ya os digo que las torrijas son para mí  lo que la marmita de poción mágica para Obélix, y no puedo contenerme ni comerlas con moderación.




Momento confesión: hoy ya llevo SIETE!!!!!!

Espero que os gusten, que os animéis a hacerlas y por supuesto que descanséis estos días que tenemos de vacaciones, que nos lo merecemos.


Un beso enoooorme, Belén.


Bizcochitos de vainilla y chocolate con cognac

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Receta sencilla, rápida y además con unas proporciones ideales para no estar comiendo bizcocho días y días. Sale la cantidad de masa exacta para conseguir los dos bizcochos tipo bundt cake "minis" que he hecho con este molde de "Nordic Ware".




Esta vez la grasa de la receta en vez de aportarla la mantequilla o el aceite como en otros bizcochos, la proporciona la nata, usaremos nata de montar con mayor proporción de grasa en su composición y vais a ver qué ricos quedan. Así que no penséis que se me ha olvidado el aceite o la mantequilla que sólo llevan nata.

Es un bizcocho denso, pero húmedo (la almendra siempre da ese toque húmedo a nuestros bizcochos) y muy aromático (del aroma la culpa la tiene el cognac, y también le pega muy bien el ron).



Yo hice una masa sin cacao, sólo con vainilla y dividí en dos mitades: una la dejé tal cual para el bizcocho de vainilla y a la otra mitad le añadí una cucharada sopera de cacao. 

Si queréis hacer los dos bizcochos de cacao, deberéis añadir doble cantidad, y os aconsejo que rectifiquéis la cantidad de harina: es decir, si ponéis dos cucharadas soperas de cacao, quitad dos cucharadas soperas de harina, para que no nos quede demasiado seco ni apelmazado.

Ingredientes:

  • 2 huevos XL
  • 180 gr. azúcar
  • 180 gr. harina ¨bizcochona"
  • 100 gr. nata para montar
  • 50 gr. cognac o ron
  • un chorrito generoso de una buena vainilla
  • 40 gr. almendra molida
  • un buen puñado de nueces
  • una cucharada sopera de cacao en polvo para añadir al bizcocho de cacao.



Comenzamos  batiendo los huevos, el azúcar y la vainilla. Con unas simples varillas de mano nos quedará perfecto. Añadimos la harina (mejor siempre si la tamizamos, no me seáis perezosos que os veo!!), la almendra molida, la nata y el cognac e integramos todo bien. No hay que volverse locos batiendo, un par de "meneos" será suficiente.

Incorporamos las nueces troceadas y si queremos un bizcocho de cada color separamos la masa en dos y a una de las mitades le añadimos la cucharada de cacao sopera. 

Si queremos los dos sólo de vainilla, no separamos en dos la masa ni usamos el cacao.

Y si queremos los dos bizcochos de cacao, recordad que rectificaremos la cantidad de harina tal y como  os he explicado antes. Para potenciar el sabor del cacao podemos añadir una cucharadita de café soluble y también una pizca de sal, que ya sabéis que siempre viene bien.



Aunque estos moldes tienen un acabado de una fantástica calidad y son bastante antiadherentes, la cantidad de bordes y flilgranas que los hace tan bonitos hacen más que aconsejable que los preparéis antes de rellenarlos con la masa: o los untáis con un pincel y mantequilla derretida o aceite, o como yo los preparáis con los sprays que venden específicos para desmoldar bizcochos. De las pocas cosas que uso de la marca "Wilton" es precisamente su spray desmoldante, nunca falla!



Como siempre que hacemos bizcochos, tendremos listo  y precalentado nuestro horno a unos 170º, y hornearemos los bizcochos unos 45 minutos o hasta que al pincharlos salga el probador limpio, que no seco. Porque muchas veces cometemos el error de esperar a que el probador o aguja salgan completamente secos y lo que hacemos es secar el bizcocho horneándolo de más. Así que debe salir limpio , no seco del todo.

Si aún queremos unos bizcochos más sabrosos y húmedos probad a "emborracharlos" bien con este almíbar:


  • 100 gr. azúcar
  • 150 gr. de agua
  • una tsp de extracto de vainilla
  • unos 50 gr de ron o de cognac (lo que hayamos usado al elaborar el bizcocho)

Sólo tenemos que poner en un cazo a hervir un par de minutos todos los ingredientes menos el alcohol, retirar del fuego pasado ese par de minutillos y añadir el cognac.



Yo, si no hay niños pequeños, desde luego aconsejo el toque del almíbar, y con unas fresas y un poco de nata montada, no os podéis imaginar las sobremesas "cafeteras" que vais a pasar con los vuestros si os decidís a hacerlos!!!

¿Quién se anima? Espero vuestros bizcochitos en Facebook para que podamos todos disfrutar viendo ese ARTE que derrocháis.

Un beso grande, Belén.



P.D. Por cierto los cuadernos de "scrapbooking" que me han servido de maravilloso "atrezzo" para las fotos son de Marina del archiconocido blog Blaukitchen y buena amiga mía. Si lo conocéis perfecto, sabéis escoger blogs de referencia, y si no lo conocíais ya estáis tardando, no os va a dejar indiferentes: recetas, trucos, decoración, "scrap" todo con unas fotos maravillosas y un gusto excecpional.



Y además Marina es una de las "profes" de La Tallerería y no os podéis perder su taller de "scrapbooking". Tenéis AQUÍ toda la información para no perderos la próxima edición. 



¡Es todo taaaaaaan bonito!

Curry rojo de pollo

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Estrenamos sección con esta maravilla de receta, curry rojo de pollo. He tardado exactamente 20 minutos en prepararla y sólo he ensuciado la cazuelita donde he cocinado todo de principio a fin.

Ingredientes los que queráis. Lo que no puede faltar es la pechuga de pollo, la pasta de curry rojo y la leche de coco. Para el resto de ingredientes (verduras) todo vale.

Con las proporciones que os voy a dar salen entre 4 y 6 raciones, depende de lo comedores que sean los comensales, además serviremos el curry con arroz de guarnición lo que va a hacer que cunda mucho más.

Vamos con los ingredientes:
  • 2 pechugas de pollo en tiritas
  • 3 cucharadas colmadas de postre de pasta de curry rojo, y si os gusta más picante pues más (cualquier marca os servirá, la que yo uso la encuentro en el supermercado de El Corte Inglés, aunque la venden en muchas otras superficies).



  • 1 bote de leche de coco entero (400ml). Como éste que empleo yo siempre que necesito en una receta leche de coco.

  • Y todas las verduras que os apetezca poner. Yo para esta receta de hoy he añadido: una cebolla grande entera, dos zanahorias grandes, medio pimiento rojo y medio amarillo y unas flores de brócoli. Pero podéis añadir champiñones, mazorcas minis de maíz, coliflor, calabaza...lo que tengáis por la nevera.
  • Aceite de oliva, unas 5 cucharadas soperas, o la cantidad necesaria para untar bien de aceite el "culo" de la sartén.
En la cazuela que vayamos a emplear ponemos el aceite y dejamos que se caliente. Comenzaremos añadiendo la pechuga cortada en tiritas y dejando que se dore durante 5 minutos.

Una vez dorada la pechuga, iremos añadiendo las verduras (limpias y troceadas en tiras o en trocitos) teniendo en cuenta que añadiremos antes las que más tardan en hacerse. Yo empiezo siempre por la zanahoria y el pimiento, y lo último que pongo es el brócoli, que se hace enseguida y se deshace mucho si se cuece demasiado.

Pochamos las verduras y el pollo unos 10 minutos. Y tapamos durante este tiempo con una tapadera para que las verduras se "ahoguen" más rápido.

Una vez las verduras están en su punto (a mí me gusta dejarlas " al dente") añadimos la pasta de curry, y la mezclamos bien y al momento la leche de coco, el bote entero, que no haya pena!!!

Rectificamos de sal si fuera necesario y dejamos que hierva todo junto unos 5 minutos. 

Si queréis añadir alguna otra especia de vuestro gusto, hacedlo ahora. Y si encontráis hierba-limón añadidla al curry junto con las verduras y ya me contaréis el aroma y el sabor que deja en este plato.

Para acompañarlo un poquito de arroz Basmati hervido y listo.



Yo que no soy nada de verduras, ni os podéis imaginar los platos que me meto "entre pecho y espalda". No es que quede rico, no...lo siguiente!!!




Por ahora he cumplido con lo prometido en la presentación de la nueva sección de "Cocina para torpes": un plato rápido, sencillo y facilísimo de preparar.

¿Te animas a hacerlo y lo compartes con todos? Si lo haces cuelga tu foto y dame tu opinión en Facebook, en Instagram o en cualquiera de las otras RRSS en las que estoy compartiendo con vosotros mis peripecias ante los fogones.



Un beso, Belén.



P.D. La receta me llegó hace unos meses de mano de mi querido José Roca que además de ser un artista como la copa de un pino es un cocinero maravilloso. ¡Gracias José, por TODO!





Tarta Tatin con flores de lavanda

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Como me sobra tanto tiempo y estoy tan desocupada me he embarcado en una cosilla más: el reto que todos los meses proponen desde Cooking the chef, en el que cualquiera con blog o no, puede participar si le encanta cocinar y al mismo tiempo le apetece hacer un poquito de labor de investigación.

Cada mes nos proponen hacer y compartir una receta de un cocinero nacional o internacional, haciéndola tal cual o adaptándola un poco a nuestros gustos, y este primer mes en el que participo se trata nada más ni nada menos que del ilustre Paul Bocuse, sin duda uno de los mejores chefs de todos los tiempos y "padre" de la "Nouvelle Cuisine", un concepto de cocina moderno y transgresor para su época y que aún hoy lo mantiene en el Olympo de los más grandes.

Así que me puse manos a la obra buscando con qué receta estrenarme para el reto y que al mismo tiempo cumpliera con las expectativas que los que os acercáis a mi blog tenéis a la hora de buscar entre las recetas que os propongo: sencillez en la elaboración, facilidad para encontrar los ingredientes. productos de calidad y sin complicaciones.

Y se me encendió la bombilla!!!


Una de mis recetas preferidas y que aún no estaba en el blog: la archifamosa Tarta Tatin, pero con un toque especial...el que le dan las flores de lavanda que añadí a la receta original de Monsieur Bocuse.

Las fotos esta vez no son como este pedazo de receta merece, pero es que fue hacerla, empezar a cortar trozos para fotografiar y desaparecer a la velocidad de la luz. Muchos no querrán confesarlo y no admitirán jamás reconocerse en mis palabras, pero entre exclamaciones, lametones, y chuperreteos pude ver rodar mejilla abajo alguna lagrimilla de absoluta felicidad...

La receta la he sacado tal cual de este blog francés, lo único que he cambiado ha sido la elaboración de la masa, que he hecho "a lo loco" con mi Thermomix y la cucharadita de flores de lavanda que he incorporado.

INGREDIENTES (para una tartera de unos 22/24 cm)

Pasta Sablée:
  • 100 gr. de mantequilla
  • 1 pellizco de sal
  • 75 gr. de azúcar glass
  • 220 gr. de harina
  • 2 gr. levadura tipo "Royal"
  • 1 huevo (yo tamaño L)

He metido todos los ingredientes en la Thermomix y con la mantequilla bien fría les he dado un meneo hasta integrarlos. Recordad que es una masa que no quiere mantequilla blanda ni excesivo amasado. La he envuelto en papel film y la he dejado reposar en la nevera mientras he seguido preparando la receta.


Para el caramelo:
  • 200 gr. de azúcar
  • 100 gr. de mantequilla en trocitos
  • flores de lavanda (yo las compro en el herbolario y además de usarlas en muchas recetas hacen una infusión riquísima y muy aromática ideal para dormir y con propiedades analgésicas).

Sólo tenemos que poner el azúcar a fuego suave en una cazuela o sartén y sin moverlo, dejar que se vaya haciendo. Cuando comience a fundirse ayudaremos removiendo con una cuchara de madera hasta obtener un caramelo dorado y líquido con cuidado de no quemarlo. Una vez tengamos nuestro caramelo añadiremos ya fuera del fuego la mantequilla hasta que se derrita por completo.

Dispondremos el caramelo en el fondo de la tartera escogida y por encima añadiremos las flores de lavanda. Con un par de cucharaditas es más que suficiente porque dan mucho sabor.

En la receta original, lo que se pone encima del caramelo son unas vainas de vainilla, pero el toque de las flores es la pequeña licencia que me he permitido y que visto el resultado pienso repetir.

Una vez dispuesto el caramelo en el fondo, sólo nos queda poner las 5 o 6 manzanas peladas y cortadas en cuartos con la parte lisa hacia el caramelo y sacar la pasta de la nevera, estirar y cubrir las manzanas. Es importante que las manzanas queden bien juntas y apretadas porque luego en el horno encogen un poco.

Tendremos especial cuidado para que no se rompa la masa al cubrir las manzanas y procuraremos que quede el borde bien metido hacia los laterales de la tartera.

Precalentar el horno a unos 200º y hornear con calor arriba y abajo durante unos 30 minutos, o hasta que la masa sablée adquiera un bonito tono dorado.


Dejaremos templar un poco la tarta y con cuidado y con la ayuda de un plato como cuando le damos la vuelta a la tortilla sacaremos la Tarte Tatin del molde.

Para acompañarla el remate final para mí es un poco de nata montada, poco más le hace falta a esta maravilla de tarta.

Espero que le deis ese toque de lavanda y que me contéis que os ha parecido si os animáis a hacerla.

Un beso grande, Belén.

Mermelada de fresas en 5 minutos...y en 3 también!!!

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Pues ya estoy aquí para desvelar el secreto de la mermelada con la que os llevo días martirizando en las RRSS.

A muchos, como me pasó a mí os va a sonar a chino y a otros no os voy a descubrir nada nuevo, pero a mí me ha enganchado este truco por dos razones:

-La primera porque al estar la fruta cociendo tan poco tiempo conserva mucho más el color y el aroma.
-Y la segunda porque lleva muchísima menos cantidad de azúcar, lo cual y más con el verano a las puertas, es de agradecer y además hace que el sabor de las fresas "brille" mucho más.

El secretillo no es otro que usar azúcar gelificante, que no es otra cosa que azúcar mezclado con pectina y ácido cítrico.

Al igual que en las recetas tradicionales de mermelada se nos aconseja añadir unas mondas de manzana o el corazón de la misma y un chorrito de limón, el azúcar gelificante hace esta función pero cómo decirlo..."más a lo bestia".

Así en tan sólo 5 minutos desde que rompe el hervor tendremos listas sabrosísimas mermeladas, que si bien no superarán nunca el chupchup lento y tradicional de las mermeladas de siempre, nos van a enganchar por su rapidez y comodidad a los que como yo vamos siempre con mil cosas que hacer en la cabeza y no nos sobra el tiempo.

Este es el azúcar que yo he usado.


Si por vuestra zona está la cadena de supermercados SUPERSOL estáis de suerte, porque de ahí lo he sacado yo. Tengo un amigo en Málaga que de vez en cuando me hace envíos de productos que cree que me pueden interesar, y en esta ocasión le ha tocado el turno al azúcar especial para mermeladas.

Si no tenéis cerca esta cadena de alimentación, me han dicho que está también en algunos Carrefour, y yo ON LINE lo tengo localizado aquí. No es demasiado caro, sale a 2.79 euros el kilo, así que no supone un gran desembolso para lo bien que funciona.

Para la receta de mermelada de fresas que yo he preparado y que está consiguiendo echar por tierra mis dos semanas de dieta he empleado:

  • 7oo gr. de fresas ya lavadas y cortadas
  • 250 gr. de GELIER ZUCKER (el azúcar en cuestión, vamos)
  • un chorrito de limón
  • hojitas de albahaca frescas (opcional)


Si os fijáis en las proporciones os daréis cuenta que mientras que en las mermeladas "de la abuela" la proporción de azúcar/fruta es de 1/1 (es decir misma cantidad de azúcar que de fruta), aquí el peso del azúcar es prácticamente la tercera parte del peso de las fresas. Si bien el fabricante aconseja una proporción de 2/1, como a mí me gusta la mermelada más líquida he aumentado la proporción de fresas en la receta. Si os gusta espesa respetad la proporción sugerida en las instrucciones, es decir 250 gr. de azúcar y 500 gr. de fresas.



Lo ideal es poner las fresas a macerar un par de horitas con el azúcar y el chorrito de limón (paso que evidentemente yo, poseída por el ansia viva que me caracteriza he obviado) para después poner la mezcla a fuego suave. Nada más comience a hervir contaremos 3 minutos, aunque yo como no tenía mucha fe en el resultado tuve la mezcla 5 minutos. Pasado el tiempo sólo hay que retirar del fuego y si preferís la fruta algo más triturada pasarla por la batidora hasta dejarla con la textura que más os guste.

Os aseguro que los desayunos no son lo mismo con una mermelada casera presidiendo la mesa.


Ahora ya no tenéis excusa para no hacer mermeladas en casa porque lo de "es que no tengo tiempo" ya no es verdad. Haceros con un par de kilos de azúcar gelificante y lanzaros al maravilloso mundo de las mermeladas caseras, y si tenéis tiempo, no dudéis en consultar el blog de mi querida Gaby donde el buen hacer de las mermeladas de siempre cobra una dimensión casi divina.

Un beso enorme y todos a hacer mermelada!!!



                                                              Belén.




Pannacotta

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Este postre lleva intrigándome desde hace mucho tiempo, me encanta cocinar desde pequeña pero hoy y ahora que no me oye casi nadie, confesaré que soy algo "tiquismiquis" para comer.

Los lácteos no son santo de mi devoción, las texturas blandas, y las gelatinosas se me hacen cuesta arriba, así que con estas premisas lanzarme a investigar sobre la pannacotta se me hacía bola, la verdad.

Pero con el pedazo de mermelada que hice el otro día pensé que era el momento de probar uno de los postres más típicos de Italia y probarlo de una vez por todas.

Y es que a veces me confieso algo "niña" para comer, o mejor dicho para no comer, y discrimino alimentos o comidas sin siquiera darles una oportunidad, pero "el discriminar se va a acabar". Me estoy haciendo mayor y ya pruebo el queso, hago catas de vino y cerveza (antes cosas impensables), como verduras crudas y me estoy animando con las texturas imposibles.

Literalmente "nata cocida" su origen es piamontés, si bien hoy su consumo está generalizado en todo el país. Es un postre delicado, suave y con una textura similar al flan, algo más endeble quizás, de hecho para darle mayor cuerpo en muchas recetas se abusa del uso de la gelatina, restándole a la receta una de sus caraterísticas principales.

En la mayoría de las recetas que he consultado usan nata y leche en diferentes proporciones, yo en esta ocasión me he guiado a ciegas por lo que sobre la pannacotta cuentan en el maravilloso blog italiano Giallo Zafferano, si os gusta la cocina italiana no os lo podéis perder y vamos a hacerla sólo con nata.

Mi única licencia ha sido añadirle mi receta de mermelada de fresas en 3 minutos.

Vais a ver qué sencillo y rápido se hace!!!

  • 6 gr. de cola de pescado
  • 150 gr. azúcar glass
  • 500 ml. nata para montar
  • vainilla


Comenzamos poniendo a remojo en agua fría las hojas de gelatina, unos 10 minutos serán suficiente para que se queden bien blanditas.

Mientras, ponemos en un cazo al fuego la nata, el azúcar y la vainilla ( una vaina con un corte a lo largo o como yo, una tsp de vainilla de Madagascar)

A fuego lento integramos todo bien, removiendo de vez en cuando hasta que el azúcar se disuelva por completo. En ese momento  y sin dejar que la nata rompa a hervir, añadimos la gelatina ya hidratada y removemos bien hasta su completa disolución.


Pasamos la nata por un colador y rellenamos las copas o los vasitos elegidos. Es un postre muy visual, escoged copas, vasitos de yogurt, copas de helado... Y los botes con su tapa como el de las fotos es una idea fantástica si pensáis llevarlos de postre a casa de algún amigo o familiar.

En unas 5 o 6 horas en la nevera tendremos el postre listo, aunque una opción perfecta es prepararla el día de antes y decorar con la mermelada o la fruta fresca en el momento de ir a consumirla.



Rematad el postre con mermelada, fruta fresca, caramelo, miel, coulis...

Y si os gusta investigad un poquito porque las posibilidades que ofrece la pannacotta son enormes.

Por cierto, me ha encantado!!!

Un beso o mejor un bacio, como dirían en Italia, 

                                                                Belén.



Tartaletas de tarta de queso y frutillas

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Por votación popular en Facebook hoy os traigo estas tartaletas sencillas a más no poder que hice esta semana pasada.



Se hacen en un "asalto", con ingredientes que todos tenemos a mano y además podemos prepararlas en versión "Cocina para torpes" o algo más elaborada si tenéis tiempo y os gusta incordiar en la cocina.

Las tartaletas si sois de los torpes, o sencillamente queréis hacer algo rápido y sin complicaciones son de esas ya hechas que se encuentran en cualquier superficie de alimentación o pastelería, y si os animáis a prepararlas vosotros mismos echadle un ojo a esta receta de aquí.



Una vez tengamos las tartaletas hechas o compradas, haremos el relleno que en esta ocasión no tiene diferencias entre torpes (juasjuasjuas!!) y "ppppofesionales".

TARTA DE QUESO (para 4 tartaletas)

  • 70 gr. queso crema tipo "Philadelphia"
  • 2 quesitos tipo "La vaca que ríe"
  • 1 huevo
  • 50 gr. azúcar glass
  • una cucharadita de una buena vainilla
  • un chorrito de limón
Solo tenemos que mezclar todos los ingredientes con nuestra batidora o con un simple tenedor, si queda algún grumito ni os preocupéis porque se desharán en el horno.

Rellenamos las tartaletas y horneamos con el horno previamente precalentado a 170º unos 40 minutos o hasta que veamos que están cuajadas.

Sacamos del horno, dejamos enfriar y cubrimos con mermelada de fresa, de frambuesa...o con mermelada casera como ésta  si es que  hemos optado por complicarnos la vida un poquito más elaborando nuestra receta.



Para finalizar escoge tu fruta de temporada preferida y disponla lavada y troceada encima de las tartaletas: melocotón, mango, fresas, moras, cerezas...van a quedar ricas con lo que sea!!!

Más fáciles no pueden ser, ni más rápidas, ni más resultonas, así que si no os ponéis manos a la obra es porque estáis de un perezoso que no es normal, y es que la primavera y estos primeros calores nos tienen a todos un poco "plof", ¿verdad?


Un beso gordo, Belén!!!

Macarons de aguacate

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Acabo de terminar la última edición del taller de Macarons al milímetro y me doy cuenta de que no puedo pasar sin ellos mucho tiempo. Necesito verlos, hacerlos, corregirlos, comerlos...cualquier verbo que tenga que ver con estos endiablados pastelillos me sirve para satisfacer mi macadicción. ¡Hola, me llamo Belén y soy macadicta!


Así que hoy os traigo una receta que a mi me sorprendió y maravilló a partes iguales: macarons rellenos de crema de aguacate.

A vuestra receta básica de macarons (aquí tenéis una receta básica y un paso a paso) añadidle este relleno tan sencillo y rápido como fresco e intenso de sabor y decidid si os gusta tanto como a mi o no. Vamos allá!!!

El bocado resultante es cremoso, denso y la combinación de queso crema  y aguacate es un despliegue de sabores en la boca muy peculiar y nada común.

INGREDIENTES:
  • medio aguacate madurito (100 gr.)
  • 50 gr. queso crema tipo Philadelphia
  • 75 gr. icing sugar
  • un chorrito de zumo de limón para rociar el aguacate
  • canela en polvo y si te animas jengibre fresco rallado
Yo lo he hecho a mano, me ha quedado con textura y con trocitos y personalmente le encuentro su gracia, pero si queréis una crema más fina hacedlo con la batidora.
Pisad el aguacate con un tenedor y rociadlo con el zumo de limón. Añadid el queso bien frío y el azúcar y la canela y trabajad un poco esa crema. Yo la he metido unos minutos en el congelador para que cogiera más cuerpo y he rellenado mis macarons como siempre.
Están frescos, sabrosos, nada dulzones, potencian el sabor del macaron…son un peligro y el que avisa no es traidor!!!!

 Un beso enooooorme, Belén.

Bizcocho de queso, almendra y cerezas

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Los que tenéis el tiempo, el interés y sobre todo el valor de seguirme sabéis que soy digamos impetuosa a la hora de meterme en la cocina...Vamos, que se me ocurre hacer algo y quiero que esté hecho AYER. 

Pues eso fue lo que me sucedió el lunes por la tarde: estaba cotilleando ese tremendo universo paralelo que es "Pinterest" cuando me encapriché de hacer algo con cerezas para fotografiarlas. Y es que si antes cocinaba y después fotografiaba ahora son muchas las ocasiones en las que imvierto el método,  y horneo o cocino para tener algo que fotografiar.  Veo una fotografía que me resulta inspiradora y a partir de la foto imagino una receta o elaboro una idea.

Bueno, pues decidí que un bizcocho de cerezas con mermelada de MÁS cerezas chorreando por encima calmarían mi sed fotográfica y dicho y hecho !!! Me lancé poseída por el espíritu de todos los premios Pullitzer de los últimos 50 años y compré  los ingredientes que se supone iba a necesitar... Se supone!!!!




Azúcar, huevos, vainilla, sal, harina, cerezas, almendra molida, aceite... ¿aceite? Arggggggg!!!

Vale, no me quedaba más que un poco de aceite  y no era bastante pero un poco de nata aportaría la grasa que mi bizcochuelo iba a necesitar. ¿Nata?

Las fuerzas cósmicas y la ley de Murphy habían decicido aliarse en mi contra, pero no contaban con que yo soy una mujer de recursos.

Le di tres vueltas a la despensa y dos a la nevera, aporreé las puertas de mis vecinos de rellano que por supuesto no estaban (o tuvieron a bien no abrirme) y  desesperada y pasando revista a la nevera ya por tercera vez encontré una cajita de queso crema...voilá!! La receta y mi sesión de fotos estaban salvadas.



Mezclé e integré ingredientes un poco por intuición y otro poco por lo que ya mi algo de experiencia me va aportando y un mucho por los ingredientes que había en casa. Reconozco que me encanta probar recetas sin saber si saldrán o no redondas. Hay veces que se acierta y otras que no pero siempre aprendo algo y me divierto. Pero esta vez, ayyyyyyy esta vez!!!! Un dulce a caballo entre el bizcocho y el pastel de queso, con un sabor maravilloso, no demasiado dulce, ligero, con el toque ácido de las cerezas en su óptimo momento de maduración y una presencia sencillamente bárbara.

Y no, no es amor de madre...es amor del BUENO!!!

INGREDIENTES:

  • 200 gr. queso crema tipo Philadelphia
  • 2 huevos
  • un buen chorrito de vainilla
  • 150 gr. azúcar
  • 120 gr. harina bizcochona
  • 50 gr- almendra molida
  • 40 gr. aceite de girasol
  • 200 gr. cerezas deshuesadas
  • una pizca de sal


 Sólo tenemos que integrar todos los ingredientes, yo lo he hecho en el orden que os voy a contar en mi Thermomix, pero en vuestra batidora o a mano es lo mismo.

Batimos queso, huevos, y vainilla. Añadimos el azúcar, la sal y la almendra. Ahora vamos con  la harina en un par de veces y terminamos de integrar con una espátula. Añadimos las cerezas deshuesadas y procuramos que queden repartidas por igual en el bizcocho.

El horno lo tendremos como siempre precalentado a unos 175º y hornearemos el bizcocho de queso alrededor de una hora o hasta que al pincharlo salga la aguja limpia. Si hace falta, podemos taparlo con papel de aluminio cuando veamos que comienza a dorarse para evitarlo.

Yo he usado un molde mediano de plumcake, untado de aceite y espolvoreado con harina para facilitar el desmoldado y en la base he puesto una lámina de teflón recortada con el tamaño exacto del molde. Tengo teflones para cada molde de los que tengo y es una maravilla darle la vuelta a los bizcochos y que salgan perfectos y sin sorpresas.

Para servirlo no dudéis en hacer un tarrito de mermelada casera de cerezas y romero o de cerezas y lavanda, las dos versiones le van al bizcocho de fábula.

MERMELADA DE CEREZAS

  • 300 gr. cerezas deshuesadas
  • 150 gr. de azúcar
  • Una ramita de romero o una cucharadita de flores secas de lavanda.
  • un chorrito de limón
Poner a macerar todos los ingredientes un par de horitas, no es estrictamente necesario pero si aconsejable. Llevarlos a ebullición a fuego suave y contar unos 20 minutos a partir de que empiece a hervir.



Poco más que decir creo, porque las fotos hablan pos sí solas y la báscula y también.

Ya sé que siempre os digo que os animéis a hacer las recetas que os propongo, pero esta vez y sin que sirva de precedente casi casi os lo ruego!!! Quiero veros sonreír cuando lo probéis y quiero que ese ratito de felicidad sea gracias a mí. Porque al fin y al cabo la vida son esos ratitos buenos...

Os quiero mucho, Belén.



Macarons, mojitos y un verano raro raro raro...

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El mes de Junio ha pasado, hemos entrado ya en Julio y no,  NO me he olvidado del blog ni de vosotros, es sólo que a veces nos toca tomar decisiones de las que "pican", de las que convierten tu vida en algo completamente diferente a lo que te habías imaginado, decisiones que rompen esquemas, que provocan daños colaterales a las personas que más quieres...decisiones que no por meditadas duelen menos.

Sí, ya sé que muchos me seguís porque os contagio alegría, energía positiva o "buen rollo" y que no estáis acostumbrados a leerme en este tono, pero prometo que hoy es la primera y espero que sea la última vez que me tome esta licencia y me descargue en mi blog, mi refugio durante horas, mi vía de escape, mi realidad paralela, mi otra casa.

El verano se me ha echado encima y sé que será un verano raro, pero lo necesito, realmente necesito del verano más que nunca: el sol, el mar, las largas siestas a la sombra en el pueblo, la horchata y los granizados de limón, los amigos... 

¡Ayyyyy los amigos! ¡Cuántos y qué buenos los que tengo! Me siento arropada y afortunada por tenerlos y me siento muy querida. Por los de toda la vida, los de la infancia, los que conocen mis debilidades y mis miedos, los que me han visto crecer, equivocarme, rehacerme, acertar, volver a equivocarme. Querida por los recientes, los virtuales, los que no puedo abrazar ni tocar pero  que me envuelven con su cariño y sus palabras a través de un chat de móvil o de una pantalla de ordenador. Os quiero, os necesito, os siento cerca de verdad, y me habéis sostenido TODOS en muchos momentos.

Quería para inaugurar el verano en el blog ( y ya sé que llego con retraso) una entrada veraniega, que transmitiera frescura, ruido de olas, olor a crema bronceadora y puestas de sol con música reggae de fondo. Pero mi cabeza anda algo bloqueada y las fuerzas que siempre derrocho flaquean a la espera de que un complejo vitamínico según dicen milagroso, haga sus efectos y me devuelva la energía de siempre y las ganas de comerme el mundo que siempre me acompañan. Y las ideas no llegaron hasta ayer mismo...

Este es el verano de los cambios, y el verano del mojito!! A mis "taytantos" lo he descubierto y he decidido que al menos me acompañará durante un tiempo. Refrescante, aromático, atractivo, con ese olor y sabor a lima y hierbabuena...

Pero internet está lleno de recetas de mojitos y no creo que los míos sean como para dedicarles un post por ricos que a mi me sepan.

¿Mojitos? Y algo que me tiene enamorada desde hace ya algunos años...Macarons!!!!!


Hacemos nuestros macarons como os explico en los talleres on line de un mes de duración que ya sabéis que imparto en www.latallereria.com o en las entradas dedicadas a los macarons del blog que podéis consultar AQUÍ y AQUÍ

Macarons básicos (unas 28 coquilles aproximadamente)

  • 40 gr. claras frescas
  • 40 gr. de almendra molida
  • 75 gr. azúcar glass
  • Una cucharadita de azúcar colmada para montar el merengue.


Una vez horneados y reposados nuestros macarons (a mi me gusta dejarlos reposar 24 horas metidos en un "tupper" en la nevera antes de rellenarlos para que adquieran su textura ideal) vamos a darle el toque "mojitero".


Sólo tenemos que hacer un poquito de ganache de chocolate negro. El doble de chocolate que de nata. Para rellenar nuestros macarons con 100 gr. de chocolate y 50 gr. de nata será más que suficiente.

Ponemos el chocolate en un cazo a fuego muy suave a fundir, cuando esté casi casi fundido retiramos del fuego para que termine de derretirse con el calor residual, añadimos la nata bien fría y listo!!! Al añadir la nata fría (en vez de derretir el chocolate en nata caliente) acortamos sustancialmente el tiempo de enfriado de nuestra ganache y si le damos un golpe de frío en minutos la tendremos perfecta para usar como relleno de los macarons.

Ya sólo nos queda coger unas hojitas de hierbabuena y con unas tijeritas cortar trocitos bien menudos que añadiremos a la ganache ya fría. No necesitamos aromas, ni pastas para darles un toque extra!!!

Decorad los macarons con un brochazo del colorante que hayáis usado para dar color a los macarons pero de un tono más subido y con  unas hojitas más de hierbabuena, y disfrutad del sabor de los macarons y de su textura con el toque fresco de la hierbabuena. Si además os preparáis un mojito para acompañarlos ya será "el acabose".



 Gracias por leerme, aguantarme y por aún sin saberlo ayudarme y mucho. Se os quiere!!!

¡Feliz verano! #raroraroraro

                                   Belén





Brownie...con helado por favor!!!

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Ayer justo después de comer, cuando el calor, el sueño y la digestión se confabulan contra ti para dejarte en estado "semicomatoso", mi hijo Alejandro con su "caidita" de ojos infalible me pidió que le hiciera algo para merendar porque venían dos amigos a casa a pasar la tarde.

Por un momento mi instinto de supervivencia (encender el horno estos días es tarea casi suicida) estuvo a punto de decirle que ya le daría dinero para que se compraran cualquier marranada industrial, pero el instinto de #supermami que es mucho más poderoso y convincente se adueñó de mí y de mi voluntad, que no era otra que pegarme una siesta, y me puse a prepararle esta receta que os traigo.

Tenía que ser algo de chocolate, rápido y con ingredientes básicos que estuvieran en mi despensa y no me obligaran a tener que bajar al súper con la que estaba cayendo. Algo que además les alimentara y llenara (porque estos "aborrescentes" no meriendan cualquier cosa) y que a poder ser paliara un poquito el asfixiante calor que nos persigue 
incansable estos días.

Pues dicho y hecho: ingredientes que todos tenemos a mano, horneado rápido, elaboración sencilla y combinado con un rico helado de vainilla es la merienda perfecta: BROWNIE!!!!



La receta original la vi en un programa de televisión y yo lo único que he hecho es dividirla por la mitad para que acoplara a un molde cuadrado que tenía por casa y añadirle algo más de huevo y quitarle azúcar.


INGREDIENTES

  • 225 gr. de chocolate negro ( yo he usado el Nestlé postres)
  • 170 gr. de mantequilla
  • 3 huevos L
  • 300 gr. azúcar
  • una pizca de sal
  • un chorrito generoso de una buena vainilla o en su caso las semillitas de una vaina.
  • 110 gr. de harina

Para empezar pondremos en el mismo cazo la mantequilla y el chocolate troceado a fundir. Podemos hacerlo al baño maría o a fuego lento con cuidado de que no se nos queme el chocolate. Una vez todo fundido y bien integrado, dejaremos templar fuera ya del fuego.

Por otra parte batimos bien los huevos, el azúcar, la vainilla y la pizca de sal. Añadimos la harina de golpe e integramos con la ayuda de unas varillas de mano o una simple espátula.

Vertemos el chocolate y la mantequilla derretidos y ya tempaldos sobre la masa de huevos y harina y terminamos de preparar nuestra #browniemasa en "menos que canta un gallo". 


¡Ojo!  Pues corremos el serio peligro de lanzarnos directamente y sin contemplaciones sobre la masa y emprenderla a cucharada limpia.




El horno como siempre debemos tenerlo precalentado antes de meter el brownie, esta vez a unos 180º.

Preparad el molde forrándolo con papel de horno y un poquito de mantequilla para que luego se desmolde mejor, o como hago yo poniendo en la base una lámina de teflón del tamaño del molde que os va a asegurar un desmoldado sencillo y perfecto.

Echad la masa en el molde, alisad con la espatula la superficie, y si os apetece decorad el brownie un poquito: yo he puesto almendra fileteada antes de hornear, pero podéis optar por nueces, pecanas, nueces de macadamia...Cualquier opción va a quedar deliciosa.



En unos 40 minutos debe estar en su punto, pero pinchadlo para comprobar. Debe quedar jugoso, para nada seco, denso pero húmedo, casi casi una "experiencia religiosa".



Servidlo si tenéis ocasión aún templado y rematad  el recetón con una o dos bolas de un buen helado de vainilla. Yo he escogido uno de vainilla y nueces de macadamia que quita el sentido...



¿Vas a poder negarle a tu hijo esta merienda perfecta la próxima vez que te pida que le prepares algo para él y sus amigos? No tendrás valor...

Un beso enorme y a pasar calorcito se ha dicho!!!!!


                                                Belén





Summer Cake...porque apetece fruta fresca!!!

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No voy a hablar del mes de Julio que llevamos de "calores" porque a estas alturas del mes ya lo hemos oído y sufrido todo. Yo voy a razón de unas tres o cuatro duchas al día, y no me ducho más porque a este paso voy a quedarme sin pH en la piel y tampoco es plan de comenzar a descamarme como aquellos extraterrestres que en los años 80' invadieron nuestros televisores (los de mi quinta recordaréis la serie "V").

Pero el calor no quita para que se me vayan las ganas de seguir compartiendo ideas con todos vosotros. Ideas atractivas, con colores de verano, sabores frescos y sin complicaciones, que muchos estáis ya de vacaciones y no os apetece pasar horas cara al horno.


Este fin de semana celebrábamos el santo de mi hermano, San Joaquín y Santa Ana, el 26 de Julio, y había que preparar algo que después de una comida copiosa entrara por los ojos y consiguiera seducirnos a todos.

No sé si os lo he comentado alguna vez, pero yo no soy muy buena "comedora". Por supuesto adoro los dulces y los caprichos, pero a la hora de COMER soy bastante pejiguera. Desde pequeña me he dejado guiar antes que por el gusto por otros dos sentidos: el olfato y la vista. La comida debía entrarme por la vista y antes de "atreverme" a hincarle el diente debía cumplir con unos requisitos olfativos sí o sí.

Y esta receta, ayyyyyyy!! esta receta cumple y supera las expectativas de esos dos sentidos y por supuesto del GUSTO!!!

A la vista está la pinta que tiene, el olor a limón y romero tan mediterráneo y tan nuestro te estremece y el sabor y la textura en la boca de la fruta fresca de temporada (brevas, fresas, uva morada, melocotón, kiwi...) combinada con el bizcocho aterciopelado de nata y romero y la crema pastelera convierten  esta receta en la tarta del verano 2015, o al menos a mi me lo parece.

                                
                                                                                                                     ¿Es o no es un espectáculo?

INGREDIENTES BIZCOCHO (para un molde de 23 cms)


  • 2 huevos L
  • 1 tetrabrick mini de nata para montar (190 gr.)
  • 150 gr. de azúcar
  • 170 gr. de harina bizcochona*
  • una pizca de sal
  • romero picadito fino (yo pulverizo una ramita fresca junto con el azúcar en la Thermomix)
  • 1 limón pequeño ralladito

Batimos bien los huevos con el azúcar hasta que estén bien espumosos. Añadimos la pizca de sal, la harina tamizada y la nata para montar. Sin demasiados miramientos ni contemplaciones. Incorporamos el limón y el romero (de no haberlo pulverizado junto con el azúcar) y al molde. Yo para este tipo de bizcochos ni siquiera ensucio la batidora, con unas simples varillas de mano me basta y me sobra. 

El molde que yo uso es un molde con un acabado antiadherente maravilloso, la verdad es que no se pega nada, de todos modos no está de más que preparéis un poco el molde con aceite y harina o con un spray especial "desmoldados" ( yo suelo usar el de "Wilton").


Precalentad el horno a 170º, queremos que suba el bizcocho despacito y que quede lo más plano posible, y hornead unos 40 minutos. Al no ser un bizcocho alto se hace bastante rápido, así que no quitarle OJO!!!



CREMA PASTELERA

  • 300 ml. leche
  • 2 yemas
  • 70 gr. azúcar
  • 25 gr. "Maizena" (almidón de maíz)
  • Vainilla (yo un chorrito de "Nielsen Massey")

Ponemos a hervir la leche (menos un dedito que reservaremos para diluir en ella la Maizena y las yemas) con al azúcar y la vainilla. Cuando rompa a hervir bajaremos el fuego al mínimo y añadiremos SIN parar de remover con nuestras varillas la mezcla de yemas, Maizena y el poquito de leche fría que habíamos separado. Trabajad la mezcla a fuego suave hasta que ligue (un par de minutos) y reservad.

Podemos hacer la crema pastelera el día antes, la guardaremos tapada con un papel film puesto tocando la superficie de la crema para que al enfriarse no se haga una costra y por supuesto en la nevera. Así a la hora de montar la tarta sólo tenemos que sacar de la nevera y disponer nuestra crema por encima del bizcocho.

MONTAJE DE LA TARTA

Con todo ya preparado (fruta lavada y troceada incluída), comenzamos el montaje.

Yo he usado el bizcocho del revés. El molde que he usado es de estos moldes que si les das la vuelta quedan con una especie de escaloncito que te permite rellenarlo y es lo que he hecho. ¿Lo apreciáis en la foto?



Con nuestro bizcocho frío y desmoldado y puesto o no del revés, disponemos por encima la crema pastelera, yo he usado una boquilla redonda y lisa y he ido poniendo "montoncitos" de crema por toda la superficie del bizcocho.
Colocamos armoniosamente (esto a veces no resulta del todo sencillo aunque lo parezca, de hecho a mi es lo que más me ha costado ¡jajajajaja!) la fruta escogida y unas ramitas de romero fresco dispuestas estratégicamente para la foto y VOILÁ!!!!

 TRUCOS Y NOTAS

*Si no tenéis harina leudante o "bizcochona" que es harina con agente impulsor incorporado, usad harina y la cantidad de levadura tipo "Royal" que el fabricante indique para esa cantidad de harina. Por lo general suelen ser unos 15 gr. aproximadamente para 400 gr. de harina. Así que para nuestra receta con medio sobrecito de Royal o algo menos tendremos más que suficiente.

Si no hay niños que vayan a comer la tarta, una buena idea es emborrachar el bizcocho con vuestro almíbar y licor favorito.

Espolvoreadla con azúcar glass o servidla con un poco de nata montada, aunque así tal cual ya veréis lo rica que queda.




Espero que la hagáis, que la disfrutéis y que si la compartís en Facebook o en Instagram os animéis a etiquetarla con el #summercakeSensei y así las podremos ver todas juntas.

Un beso grande y ánimo con el calor, que ya no queda NÁ!!!!!  (esto es para darnos ánimos, claro!!!)

                                                                 Belén.


Trufas: de cómo chuparse los dedos con fruición.

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Casi cuatro años de vida de este mi modesto blog y nunca se me había pasado por la cabeza compartir esta receta con vosotros.

Por lo general y siguiendo la línea editorial del blog, suelo tener una lista de recetas que voy aumentando vertiginosamente esperando a ser probadas, vueltas a probar, requeteprobadas y si todo funciona como yo quiero publicarlas. Recetas que suelo encontrar en los libros de recetas de mi madre, de su madrina, de las madres de mis amigos a los que pregunto "cansinamente" por sus recetas preferidas, vecinas, clientas de mi misma peluquería...Cualquier sitio es bueno para embeberse de recetas nuevas y luego poder hacerlas con vosotros. 

Pese a que me gusta que las recetas sean originales, aunque no voy a ser yo ahora la que descubra nada nuevo en cuanto a cocina y repostería se refiere, algunas veces me inspiro en blogs de referencia, en recetas de libros que suelo modificar y adaptar a mis gustos, recortes de revistas que arranco allá dónde voy, Pinterest...

¡Y justo esta receta tan sencilla y tan de casa se me había pasado, trufas!


Mi madre la lleva haciendo desde que tengo uso de razón, de hecho uno de mis primeros recuerdos es trastear en la cocina ayudando a mi madre a darle forma a las bolitas de trufa. Lo de "ayudar" habría que matizarlo un poco: por lo que mi memoria de pez me permite recordar, de cada dos bolitas que mis regordetas manitas de niña formaban torpemente me comía otras dos...Así que la mayoría de las veces y viendo que las dos docenas de trufas previstas mermaban a tal velocidad, la cosa solía terminar con un "¡Déjame que ya las termino yo!"de mi santa madre. 

Recetas de trufas las hay y a cientos, la mía no será la mejor, pero para mi es la que evoca tardes de cumpleaños, postres de comidas de Navidad y celebraciones varias, recuerdos y sabores felices en todo caso.


INGREDIENTES (para unas dos docenas según tamaño) 

  • 300 gr. chocolate negro de cobertura (yo he usado del 65% de cacao). No escatiméis en la calidad del chocolate, porque el resultado final va a depender de ella muchísimo.
  • 200 ml. de nata para montar.
  • 50 gr. mantequilla sin sal.
  • 25 ml. de ron, admite algo más si os apetece "más alegría"...
  • Y el truco de la casa: un sobre entero de Capuccino de "Nescafé". En su defecto un toque de café bien cargadito. El café realza el sabor del cacao, y les da a las trufas un inconfundible y maravilloso toque.



Para hacerlas es muy sencillo: ponemos en un cazo a fuego suave la nata y la mantequilla. Una vez esté caliente y sin dejar que rompa el hervor, retiramos del fuego e incorporamos el chocolate troceado y el sobre de café. Integramos con ayuda de unas varillas o de una espátula todo muy bien y rematamos la receta con el toque de ron. Por supuesto si no hay ron por casa, opciones como cognac, whisky, Cointreau...serán bienvenidas. Añadidle más o menos cantidad de alcohol teniendo en cuenta vuestras preferencias y si vais a comerlas con niños o sólo adultos. Con la cantidad que yo os he dado los niños no les van a "hacer ascos" y prometo que nadie terminará la comida cantando "Asturias patria querida".


Una vez hecha la mezcla la dispondremos en un tupper o recipiente similar y la dejaremos reposar en la nevera unas 5 o 6 horas. Si tenéis mucha prisa podéis acortar tiempo poniendo la mezcla en el congelador y si no hay prisas la opción ideal es dejarla reposar toda la noche en la nevera.

Una vez coja la consistencia adecuada para formar las trufas sólo queda armarse de paciencia y conseguir un pinche algo más honrado de lo que yo lo era con mi madre y entretenerse un rato formándolas: a mano, con guantes si no os queréis pringar demasiado, con dos cucharitas, con un formador de bolitas para fruta...la opción de formado que más cómoda os resulte.


Una vez formadas pasadlas por cacao en polvo como hago yo, por fideos de chocolate, virutas, azúcar glass... ¡Van a quedar ricas de cualquier manera!

Conservadlas tapadas en la nevera y si queréis también se pueden congelar y así tener nuestra pequeña provisión de trufas para agasajar a cualquier invitado que se presente por sorpresa.

Espero que las hagáis y las disfrutéis tanto como nosotros en casa y no dudéis en contarme qué os ha parecido la receta.

Un beso enorme, Belén.

                                                  
                                                                                      ¡Esa manita!

Sepia con cebolla, más sencillo imposible!!

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Hacía tiempo que no escribía una entrada para la sección #cocinaparatorpes, y hoy os traigo esta joyita sencilla y sabrosa que se prepara en un abrir y cerrar de ojos y que podemos hacerla aunque no hayamos entrado en la cocina en nuestra vida, porque comer rico y bien no es tan difícil.



INGREDIENTES (4 raciones hermosas)

  • Una sepia grande, tamaño cefalópodo a lo "20.000 leguas de viaje submarino".
  • Un puñado generoso de piñones. Y sí, ya sé que están a precio de oro, pero le dan un toque que al menos a mí me merece la pena.
  • Una hoja de laurel.
  • 4 o 5 cebollas (yo uso de las dulces, porque me resultan más tiernas y suaves, pero cualquier cebolla nos vale).
  • Aceite de oliva si es virgen extra enriquecerá aún más nuestro plato. Yo lo añado "a ojo", unas 5 o 6 cucharadas soperas para que cubra bien el fondo de la cazuela que vayamos a emplear.
  • Sal. ¡Ojo! La añadiremos al final de la preparación, cuando la sepia esté hecha y ya con la cazuela retirada del fuego, o de lo contario corremos el peligro de que la sepia quede más dura que una piedra.
  • Pimentón dulce y si os gusta el punto picante ¿por qué no dárselo con pimentón picante?
Tan sencillo como limpiar y trocear la sepia (esta es la parte que menos me gusta evidentemente), añadir en la cazuela todos los ingredientes excepto la sal. 


Cocinar a fuego lento hasta que el agua que suelta la sepia al cocer se evapore y nos quede una salsa ligada y reducida, Algo así, mirad!!!


Una vez cocinada la sepia, retiradla del fuego y añadir la sal, Es un guiso que tiende a quedar dulce por la cebolla, así que id añadiendo sal poco a poco y probando y rectificando.

En plato, mojando con pan o en un tremendo bocadillo como a mí me gusta es sin duda una delicia. 



¿Quién se apunta? ¡Yo ya tengo cena para mañana viernes!

Un besazo, Belén. Poruqe no sólo de dulce vive el hombre...





Taller online de Macarons al milímetro: nueva edición.

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Volvemos de nuevo con otra edición del curso online de Macarons al milímetro!!

¿Cuándo? Pues del 12 de octubre al 8 de noviembre.

Y volvemos llenos de ilusión porque vosotros nos lo seguís pidiendo después de más de diez ediciones.



Un taller para todos, para aprender desde cero con recetas muy sencillas de merengue francés. ¿Por qué empezar con el merengue francés y no lanzarse de golpe con el merengue italiano? Por su rapidez, por su sencillez a la hora de elaborarlo, por sus buenos resultados y porque es una forma de introducirse en el #mundomacaron sin desesperarse y tirar la toalla. Y la verdad es que creo que es un acierto a la vista de los resultados de tantos y tantos alumnos que ya han hecho el taller. ¿Queréis ver algunos de sus trabajos?



Sí, lo sé...espectaculares!! Y en cada edición me siguen sorprendiendo los resultados una y otra vez.

La pregunta que me repetís a la hora de lanzaros a apuntaros al taller es la misma: ¿conseguiré al finalizar el taller hacer macarons tan bonitos? El trabajo de cada alumno, la dedicación que se le presta al taller, y las herramientas que uséis van a determinar vuestros resultados finales. 

No es lo mismo apuntarse al taller y participar activamente en el mismo, que apuntarse, hornear dos veces y no volver a hacer acto de presencia hasta el último día. 

Tampoco será lo mismo si hacéis macarons tres veces o veinte, ya que cuanto más horneéis más os corregiré y más aprenderéis y sabréis que está fallando.

Un horno rebelde, que no mantiene la temperatura de forma constante, un horno déspota o un horno de gas nos complican algo más nuestro objetivo, pero con esfuerzo se consigue solventar estos problemas también.

Lo que si es seguro es que una vez finalizado el taller la información que vais a tener va a ser enorme, porque aquí queremos que los alumnos aprendan y no nos guardamos nada, nada y nada!!! Todo lo que sabemos de macarons lo compartimos con vosotros y eso se nota y marca la diferencia.

Los grupos son limitados y con un número reducido de alumnos, porque si algo nos caracteriza en todos los talleres de la plataforma de La Tallerería es la atención diaria, continua y personalizada de cada alumno y tratamos con mucho mimo y especial atención este aspecto.

De verdad queremos que el alumno se sienta especial, creando incluso  vínculos afectivos que hacen que el taller tenga ese ambiente tan característico de amistad y camadarería que se respira edición tras edición.

Otra pregunta que soléis hacer es acerca de la diferencia entre un taller online y un presencial y sus virtudes. Lo bueno que tienen los talleres online es que cada uno se enfrenta con sus herramientas en su cocina y debe progresar y aprender a controlorlas con la ayuda, claro está del profesor. Mientras que en un presencial te controlan los ingredientes, el horno no es el tuyo, el profesor hace mucha parte del trabajo...

El apoyo y la tutorización constante del alumno que sube sus trabajos a un foro abierto en el que todos pueden participar, su trabajo, la exhaustiva documentación que os aportamos, los vídeos exclusivos y el montón de trucos y consejos que diariamente compartimos con los alumnos,  hacen del taller de Macarons al milímetro un taller perfecto para todos los que queréis empezar con el deporte de riesgo del "Macaroning", y también para los que estáis a punto de tirar la toalla.

En cualquiera de los casos te esperamos para enseñarte, compartir y disfrutar durante todo un mes en nuestra plataforma online y conseguir que quedes tan satisfecho como tantos y tantos antiguos alumnos.



Consigue YA tu plaza AQUÍ , te estamos esperando!!!





Tartitas de manzana, nata y almendra.

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Si hay alguna fruta que creo que es la reina en la repostería es la manzana: compotas, rellenos, buñuelos, tartas, crumbles, tartas de queso...con todo, absolutamente con todo quedan buenas.

Aquí en el blog la manzana es un ingrediente recurrente, pero es que está taaaan rica y me gusta tanto!!

Además de rica, ya decían las abuelas lo de "una manzana al día y del médico te librarías", y es que está llena de propiedades y vitaminas.



                                                                    Fuente de la imagen http://www.botanical-online.com/

Así que de nuevo y porque de lo bueno no podemos cansarnos receta con manzanas. Una receta delicada, sencilla y con una presentación en tartitas individuales coqueta y de lo más apetecible.



INGREDIENTES (para unas 5 tartitas según tamaño del molde)

  • 2 manzanas hermosas (yo he usado "Golden")
  • 2 huevos enteros L
  • 3 cucharadas soperas de azúcar + 1 cucharada para la crema
  • una cucharadita de postre colmada (tsp) de Maizena (almidón)
  • un pellizco de canela molida
  • 30 gr. mantequilla
  • 200 ml. nata líquida (tetrabrick mini)
  • almendras laminadas y azúcar glass para espolvorear.
Pelamos las manzanas y las cortamos en daditos. En un cazo o sartén ponemos la mantequilla a derretir y cuando esté derretida incorporamos las 3 cucharadas soperas de azúcar, la canela y los daditos de manzana.


Una vez tengamos las manzanas blanditas y el caramelo fundido e integrado, retiramos del fuego y repartimos en los moldes que hayamos elegido para hornear nuestras tartitas.


A parte mezclamos los huevos, la nata, la maizena y una cucharada sopera de azúcar y repartimos por encima de las manzanas. Ponemos por encima almendras fileteadas y al horno con ellas!!!


180º y unos 35 minutos son suficientes para obrar el milagro. UUUUUMMMM!!! ¿Os llega el olorcito?


Podéis desmoldarlas y servirlas espolvoreadas de azúcar glass, pero yo prefiero servirlas y comerlas en los mismos moldes de horneado, porque son "puñeterillas" de desmoldar.

Es un bocado delicado, ligero y con el sabor de la manzana y de la canela y la untuosidad que siempre aporta la mantequilla. 



Yo desde YA os aviso...no os podéis perder esta receta.

Un beso grande y gracias por estar ahí entrada tras entrada leyéndome y acompañándome.

                                                             Belén.

Arroz caldoso con pollo

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Si es que como siempre digo comer bien y barato, invirtiendo poco tiempo y sin apenas tener conocimientos culinarios es posible ¡Vaya si es posible!

En la zona de Valencia, comer arroz es casi como comer pan. Es verdad que nosotros los valencianos rara es la semana en que no lo consumimos, es más, lo solemos consumir varias veces a la semana lo mismo que hacen los italianos con la pasta, y lo preparamos de las más diversas formas y por lo general como plato único.

Caldoso, seco, meloso, con pollo, acelgas, con verduras variadas, con pescado, negro, con costra, al horno, con costillas, boletus y foie, por supuesto en paella...El universo arroz es tan amplio que si me pusiera a ello tendría entradas para un par de años. 

No es cuestión ahora de empacharnos a base de recetas de arroz, pero creo que sí es un buen momento para dentro de nuestra sección de #cocinaparatorpes compartir esta receta de arroz de las más básicas de la gastronomía valenciana.

En mi casa la como desde que tengo memoria y la receta es la de mi madre, la de casa, la de toda la vida.

Apta para todos las edades, gusta a los pequeños y sienta bien y reconforta a los más mayores, así que no hay excusa para no hacerla y no disfrutar de ella.

Ingredientes sencillos y una elaboración rápida y sin complicaciones contribuyen a hacer de este plato uno de los que casi nunca faltan en casa semanalmente.



INGREDIENTES: para unas 4 raciones "hermosas"


  • 400 gr. pollo. Yo suelo poner partes de pollo con hueso, muslos o contramuslos ya que dan más sabor al caldo y resultan más agradables que la pechuga que suele quedar algo seca.
  • 200-250 gr. verdura congelada para paella. Por supuesto puede ser fresca. Aquí en Valencia usamos tres verduras para hacer la paella y este arroz: tavella, garrofó y bajoqueta. En castellano serían judía verde plana, judía blanca y una especie de judión blanco más grande y cremoso.
  • 320 gr. de arroz. Unos 80 gr. por comensal.
  • 4 alcachofas limpias y troceadas.
  • aceite, 3 dientes de ajo enteros y tomate (fresco ralladito o frito)
  • Sal, pimentón dulce, colorante alimentario o unas hebras de azafrán, romero fresco o seco y agua.

En una cazuela ponemos unas 4 cucharadas soperas de aceite y los ajos enteros sin pelar ni nada. Limpiamos, troceamos y salamos el pollo y añadimos a la cazuela. Sofreímos bien el pollo hasta que quede bien dorado (éste es sin duda uno de los secretos del arroz con pollo).


Añadimos un poco de tomate natural ralladito o frito que es más rápido y cómodo y removemos. Y también una pastillita de concentrado de pollo tipo "Avecrem" (opcional).

Echamos las verduras (congeladas o no), les damos unas vueltecitas rápidas y añadimos una cucharadita de pimentón dulce. Ahora sí que toca correr un poco: una vez le demos dos vueltas al pimentón añadimos enseguida el agua o de lo contrario se quemará y amargará.

¿Cuánta agua? Yo lleno la cazuela a tope (unos dos litros y medio, casi tres). Como ese caldo va a estar un tiempo cociendo y se va a reducir, prefiero poner agua de sobra. Luego antes de echar el arroz retiro caldo y lo reservo, y así tengo caldo listo por si me hace falta añadir más líquido durante la cocción del arroz.

Añadimos la sal, el romero (si es una ramita de romero fresco aún mejor), el colorante (si añadimos unas hebras de azafrán tostadas será el "acabose") y mi madre le añade una pizca de un preparado para paella que venden en Mercadona, pero no os preocupéis que si no lo tenéis a mano va a salir igual de rico.

Dejamos cocer ese caldo casi mágico unos 40 minutos a fuego medio y ya tenemos la comida lista.

Yo lo que hago es hacer el caldo la noche antes o de buena mañana, y cuando vamos a comer sólo tengo que esperar los 20 minutos que tarda el arroz en hacerse.

Antes de echar el arroz (siempre con el caldo hirviendo) retiro algo de caldo por si me hace falta añadir durante la cocción. Cuando hierva el caldo sólo nos queda añadir el arroz, las alcachofas troceadas y esperar unos 20 minutos a que nuestro arroz con pollo esté listo.


¡Ojo! El arroz debe quedar al dente, no pasado. Si esperamos a retirarlo del fuego cuando lo notemos blandito, mientras los servimos se quedará con el reposo lo que aquí llamamos "empastrado", vamos que estará blando y pasado de cocción.

¿Que si está rico...?



A buen entendedor pocas palabras bastan!!!!

Un beso enorme y a #arrocear se ha dicho!!
   
                                           Belén.

Monkey bread

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Después de dos pruebas (ya sabéis que yo antes de publicar una receta la pruebo y repruebo) por fin os traigo el Monkey bread. En muchos libros de recetas americanos y blogs también lo llaman pinch-me cake o African coffee cake. 

El nombre de monkey bread o el de pinch-me cake es de lo más explícito porque se come pellizcando las bolitas que se desprenden con facilidad, igual que hacen los monos cogiendo con sus manitas pequeñas porciones de fruta.

Buscando recetas y perezosa que es una a la hora de transformar cups, oz...en nuestras medidas acabé en uno de mis blogs españoles de referencia, Food and cook by Trotamundos y decidí después del primer intento no cambiarle ni una coma, porque cuando algo funciona no vale la pena calentarse la cabeza, y vaya si funciona!!!





Pese a todo os voy a dar mis trucos y los problemillas que me he encontrado a la hora de elaborarlo y un par de variantes que os pueden encantar. Así que os recomiendo que primero leáis la receta original de Trotamundos y después mis recomendaciones.

Lo primero que os cuento es que es una masa que me ha recordado mucho a la de los rollitos de canela, es una masa que requiere un amasado largo e intenso, hasta que nos quede bien elástica y manejable y es muy agradable trabajar con ella. 



Una vez lista nuestra masa tal y como Trotamundos explica, la dejaremos levar una hora y media odos, yo lo que hago es meterla en el horno a unos 30º y acelero un poquito ese tiempo de levado.

Levada la masa yo soy como siempre algo más práctica y menos ordenada, y me dedico a pellizcar la masa "a lo bruto" y formar bolitas del tamaño de una bola de ping pong, aunque tampoco importa demasiado si las porciones no salen todas de igual tamaño.

Cogemos el molde de corona o tipo bundt escogido y comenzamos a rebozar las bolitas en la mezcla de mantequilla derretida, azúcar y canela. Os aconsejo que seáis muy generosos en el proceso de rebozado, ya que de este sencillo paso va a depender en gran medida el resultado final de nuestro monkey bread.

Untad el molde con aceite, con mantequilla o como yo ponedle una fina capa de spray especial para desmoldados y comenzad a disponer las bolitas sin demasiados miramientos.

Mi molde tiene una capacidad de 2000 ml. por lo que al poner la primera vez todas las bolitas que me salían en el molde me quedaron hasta justo el borde...


Y ¿por qué os digo esto? Porque durante el segundo levado aquello creció aún más y durante el horneado ni os cuento y las bolitas iban cayendo y desmontándose del pastel. Así que si vuestro molde es del tamaño del mío, ajustad con una sencilla regla de tres los ingredientes para 400 gr. de harina en vez de para los 600 gr. de la receta original.




Una vez desmoldado, lo hace sin dificultad si está bien engrasado previamente, podemos rematarlo con un sencillo glaseado. En mi caso 100 gr. de azúcar glas, y un par de cucharadas soperas de leche templadita, según lo denso que queráis que os quede el glaseado.


El resultado de la primera prueba pese a todo fue tan espectacular que decidí repetirla, depurar los defectillos e imcorporar un toque de manzana que tanto y tanto me gusta y que tan bien le va a esta receta. ¿Os lo cuento?

Preparad unas manzanas caramelizadas: manzanas, azúcar moreno, especias y si queréis un toque de brandy. Rellenad las bolitas de este relleno de manzana o disponed entre las bolitas "como caiga" la compota obtenida...y no digo más! ¿Y con calabaza asada y especiada?


¡Pellizca compulsivamente las bolitas y si puedes para de comer el maravilloso pan de mono antes de que sin darte cuenta te lo hayas zampado de una sentada!

AVISO IMPORTANTE: receta altamente adictiva #elqueavisanoestraidor, no digáis que no os avisé.

Un beso, Belén.

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