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Espirales de hojaldre y frutos del bosque

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Sábado por la tarde, nublado y todos metidos en casa. De pronto el teléfono suena rompiendo la placentera tranquilidad de esas siestas largas que sólo los fines de semana nos podemos permitir.

La calma desaparece y los ojos comienzan a salirse de las órbitas: ¡Vienen los primos a merendar y a pasar la tarde!

¡Y no se conforman con cualquier cosa, que la cuñada es experta en delicatessens varias y te mira todo lo que haces con lupa!

¡Que no cunda el pánico! Tengo la solución que hará que quedes como una reina en pocos minutos y sin ensuciar la cocina ni manchar cacharros ni menaje.




Necesitamos sólo un par de láminas de hojaldre refrigerado (plancha rectangular), mermelada de frutos del bosque, azúcar glass y 20 minutos!!!

Sacamos el hojaldre y extendemos por encima generosamente la mermelada de frutos del bosuqe o la que más os guste.

Tapamos con una segunda tapa de hojaldre y cortamos de arriba a abajo 12 tiras. Para que te salgan rectas, ayúdate de una regla o de una guía.




Retuerce cada tira formando un tirabuzón, y enrolla encima de la bandeja del horno forrada con papel de horno como si fuera una ensaimada.

Mientras terminamos de formar todas las espirales, precalentamos el horno a 180º.

Espolvoreamos con azúcar blanquilla y horneamos unos 20 minutos o hasta que veamos las espirales bien doraditas.

Sacamos del horno y dejamos enfriar los hojaldres sobre una rejilla. Espolvoreamos abundantemente con azúcar glass y corremos a acicalarnos para que la cuñada nos vea "divinas de la muerte" y rabie. ¡Juas, juas, juas!




A la hora de comerlos, una que es de todo menos comedida, gusta de ponerles por encima un "extra" de mermelada para que los hojaldres queden más jugosos y ricos aún.




¡Cafés, tés y unos chocolates para los críos y merienda solucionada!

Rápido, rico, vistoso y sin complicaciones.

Un beso gordo, Belén.

P.D. Y si tenéis ganas y tiempo, siempre os podéis animar a hacer vosotros el hojaldre. Date una vuelta por el blog del "profe" de Pastelería de La Tallerería y aprende.

Brownie 2.0

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Hay dulces de los que nunca tienes bastantes recetas. Puede que hayas probado cinco o seis recetas, o que ya tengas alguna publicada en tu blog(AQUÍ), pero sigues en la búsqueda de la receta perfecta.

Y al menos a mí con el brownie me sucede así, nunca tengo bastantes recetas, ni nunca son demasiadas las pruebas.

El de hoy es un brownie potente, intenso, brutal... Sólo apto para adeptos al chocolate. Además es una de esas recetas que llegan de mano en mano, de las que te dan porque las llevan haciendo en sus casas desde siempre: no son de ningún otro blog, revista, libro o `publicación, y a mi compartir esas recetas con vosotros ¡me encanta!

Por cierto... ¡GRACIAS, Julia!


INGREDIENTES (bandeja de hornear rectangular de 20 x 30 cms.)


  • 1 pastilla de mantequilla de 250 gr.
  • 2 cups de azúcar
  • 1 cup y 1/2 de cacao en polvo sin azúcar
  • tres huevos L
  • 1 tsp de sal
  • 2 tsp de impulsor químico tipo "Royal"
  • chorrito vainilla
  • 1 cup y 1/2 de harina (9 gr. proteínas)
  • nueces y azúcar glass para decorar

Los que me seguís ya sabéis de lo poco que me gusta complicarme a mí en cuestiones de recetas y elaboraciones. Y esta receta no va a ser una excepción.


Preparamos los ingredientes y precalentamos el horno a 180º. Fundimos la mantequilla y dejamos templar. Mezclamos la mantequilla con el cacao, la vainilla, la harina y el azúcar, el impulsor químico y el pellizco de sal. Añadimos los huevos e integramos bien con ayuda de una espátula. 


Vertemos la mezcla en un molde engrasado y enharinado y alisamos la superficie para que quede uniforme. Decoramos con nueces y ¡al horno!

Sin duda una elaboración rápida y fácil. El único truco del brownie es sin duda acertar con el tiempo de horneado, para conseguir que quede con su característica textura y no nos quede seco en exceso.

¡En mi horno a 180º con 30 minutos queda perfecto!

Espolvoreamos con azúcar glass y marcamos las porciones para empezar cuanto antes a degustarlo y a disfrutar. Aunque al día siguiente si aún os queda, está más rico si cabe.




¿Excusas para no hacerlo? ¡No las tienes!

¡Ya estás tardando!

Un beso enorme, 

                  Belén.

Macarons de azahar.

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¿Hay algo que huela más a primavera que el azahar?

Las calles de un montón de ciudades se llenan estos días de su aroma, los naranjos que decoran avenidas lucen maravillosos repletos de sus flores: Valencia, Málaga, Sevilla... qué sería de ellas sin sus naranjos en flor.

Desde niña su olor me ha acompañado. Mis más tiernos recuerdos de infancia se inundan y entremezclan con el inconfundible aroma del azahar: cuando mi madre me hacía pulseras y collares pasando el azahar a través de un hilo para que yo me disfrazara y jugara, o cuando mi padre me "aupaba" para coger las ramitas florecidas y después correr juntos a regalárselas a mi madre.

Recuerdos imborrables que después de un frío y duro invierno siguen indelebles en mi memoria y que esta primavera, tras tanto ansiarla cobran vida con más fuerza que nunca. Porque la primavera siempre llega...sólo hay que resistir al invierno y esperarla.

Y este año quería recibirla a lo grande, como se merece, con alegría, con fuerzas renovadas y como no ¡con azahar!






MACARONS DE AZAHAR:

Para la receta de macarons de azahar he seguido tal cual ESTA receta, pero he cambiado el colorante rojo por el verde limón de la marca "Fratello" que me encanta.

Con el tema de los colorantes en los macarons recordad que menos es más. De hecho yo siempre que puedo me decanto por colores naturales: los que proporciona la misma almendra, el cacao, las especias... Y si tengo que usar colorantes, lo hago muy discretamente, sin abusar.

Además le he añadido a la masa de macaron un poco de ralladura de naranja bien fina. ¿Por qué usar aromas cuando así quedan taaaaaan ricos?


TRUQUI

Ralla una naranja mediana muy muy fina con la ayuda de ESTA maravilla de rallador que yo utilizo. Después dale un golpe de microondas a la ralladura para quitarle humedad y una vez fría integra al principio del macaronage con la masa de macaron.

Escudilla tus macarons como acostumbras y déjalos secar bien antes de hornearlos. Recuerda que como tiempo y temperatura aproximados deberás hacerlo a unos 150º durante 12 minutos para un tamaño de macaron de unos 4 cms. de diámetro.

¡Ya tenemos lo difícil! Pero ahora lo sencillo cuadra la receta.


RELLENO DE CREMA DE AZAHAR 

  • 30 gr. azúcar
  • 60 gr. agua
  • 90 gr. de mantequilla pomada
  • agua de azahar (yo uso de la marca TENA)

Hacemos un almíbar con el agua y el azúcar. Lo ponemos al fuego y cuando ya no se distinga el azúcar retiramos y dejamos que se enfríe por completo.

Una vez frío el almíbar, comenzamos a cremar la mantequilla con la ayuda de unas varillas o de nuestro robot de cocina y vamos incorporando poco a poco el almíbar. Es importante que la mantequilla esté a temperatura ambienteb y el almíbar frío.

Como es poca cantidad, a mí los robots tipo KA o Thermomix se me quedan grandes para tan poca crema, por lo que prefiero hacer la crema con una simple minipimer.

Una vez incorporado todo el almíbar, es el momento de añadir el agua de azahar. Con la ayuda de un cuentagotas iremos añadiendo la cantidad que se adapte a nuestros gustos y preferencias. ¡Debe quedar sutil, no parecerse a una colonia!

Con esta cantidad de crema tenemos para rellenar unas tres docenas de macarons aproximadamente.

¡Si os gusta la naranja y el aroma de azahar estos son vuestros macarons!






La primavera siempre llega, aunque el invierno haya sido triste, frío y desolador. Llega de pronto sin avisar, cuando ya casi habías tirado la toalla, cuando pensabas que no volverían a acariciarte los rayos de sol en la gélida piel. Sólo hay que resistir al invierno y esperarla.


Un beso enorme, Belén.




                                                       Macarons de azahar, fresa, avellana y cacahuete



Y si te has quedado con ganas de más macarons, o si todavía no te atreves a hacerlos tú solo, recuerda que en La Tallerería te enseño a hacerlos, en mis talleres online de macarons. 

Un mes entero donde aprender todo lo que nadie te cuenta y aprender sí o sí a hacer macarons.

Toda la INFO y plazas en http://cursos.latallereria.com/product/macarons-avanzado-le-must

¡En pocas semanas empezamos!

Cómo hacer la mejor granola casera

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Yaaaaaa, ya sé que he tardado más de lo previsto en publicar la receta de mi granola preferida, pero acudir a todo es complicado incluso para las superwomen ;;;)))

Llevo haciendo esta misma receta de granola al menos dos años, y no es que la haga pocas veces, no. La hago dos veces a la semana y tenemos que ser comedidos y "controlarnos" o, a parte de que tendría que hacerla más a menudo estaríamos redondos como balones. No es una receta light precisamente, sana sí, ligera... va a ser que no.

Así que además de traeros la receta quiero compartir los trucos que mejor me funcionan para conseguir que quede rica, equilibrada y perfecta.





INGREDIENTES:


Distinguiremos los ingredientes que VAN AL HORNO
  • 200 gr. copos de avena
  • 75 gr. semillas variadas (lino, girasol, amapola, calabaza...). Yo compro unas mezclas que vienen ya hechas.
  • 50 gr. aceite de oliva (lo prefiero suave)
  • pizca de sal
  • 60 gr. azúcar moreno
  • media cucharadita de postre de canela en polvo
  • 120 gr. miel (me gusta la de naranjo, pero podéis poner la que más os guste a vosotros)
  • un puñadito de cubitos de almendra cruda (lo venden en "Mercadon")

Y los ingredientes que añadimos DESPUÉS DE HORNEAR
  • 100 gr. avellanas tostadas
  • 150 gr. fruta variada deshidratada (plátano, pasas, ciruelas, arándanos, orejones...)
  • 60 gr. de cubitos de coco deshidratado





Lo primero que hacemos es mezclar en un bol todos los ingredientes que sí que vamos a hornear e integrar bien con la ayuda de una espátula.

Una vez que tenemos todo bien integrado, disponemos la mezcla sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear, repartimos uniformemente por toda la superficie de la bandeja y metemos al horno precalentado a 180º durante unos 15 minutos, o hasta que veamos que adquiere ese precioso tono dorado. ¡Ojo, que no se os dore demasiado!

Es conveniente darle un par de "meneos" para que la granola se dore por igual por todos los lados. yo abro el horno un par de veces cada 5 minutos y la muevo con la ayuda de una rasqueta.






Una vez tenemos la granola dorada, la sacamos del horno y es entonces cuando añadimos el resto de ingredientes: coco, frutas deshidratadas, avellanas...

Truco:

¿Por qué mezclo los ingredientes en dos veces? Porque de lo contrario los frutos secos y la fruta deshidratado se hacen de más en el horno y pierden textura y aroma, llegando a veces incluso a quemarse.

Puedes hacer la granola como prefieras lo único que es importante para mí es respetar  las cantidades de los ingredientes que no van al horno y luego ya, podemos echar la imaginación a volar e ir variando los otros ingredientes según lo que nos apetezca o lo que tengamos por casa.






De los cubitos de almendra podemos prescindir, pero a mi el toque de la almendra me gusta. Lo que para mí es imprescindible para que tengamos un sabor fantástico es el coco y las avellanas.






Probad con mango deshidratado, jengibre... y por supuesto a la hora de comerla que no os falten las mezclas con fruta fresca: fresas, trocitos de melocotón, manzana...






¿Mi forma preferida de tomarla? Sin dudarlo con fresas frescas y yogurt.






Pero con leche fresca o poniendo un par de cucharaditas de granola en el café o en el té con leche es una de mis meriendas preferidas.

Espero que os animéis a hacerla y que me contéis cuáles son vuestras mezclas preferidas.

Un beso enoooorme, Belén.


Pan de yuca y queso- Pâo de queijo

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¡Venga nena que me lo quitan de las manos! ¡Jajajajajaja!

Ya sabéis que el tiempo es un bien muy preciado que no sobra por mi casa, por eso soy muy fan de las recetas que quedan ricas con poco esfuerzo y que dejan poco que limpiar después de elaborarlas. Entre la casa, las fotos para colaboraciones y trabajos, La Tallerería y su cada vez más amplia gama de talleres online, los críos... no puedo entretenerme demasiado, la verdad.

No tengo nada en contra de las recetas muy elaboradas y llenas de pasos y tiempos de espera, de hecho ahora estoy en fase #panarra y de los tiempos de levado no me libro ni queriendo. Pero donde se ponga una receta sin complicaciones y con resultados óptimos que se quiten las "trabajeras".

He de confesaros que hasta hace una semana no había oído hablar del pan de yuca y queso brasileño. Fue mi amiga Julia (gracias desde ya, Julia de mis amores), la que me habló del pan de queso y de lo rico que quedaba.






Así que la receta me llega de una amiga suya brasileña afincada aquí en Valencia.

El pan de yuca y queso es un pan de gran tradición en países como Brasil, Colombia, Ecuador... donde se le conoce también como "chipa".

Buceando por la red he visto muchas recetas, y casi todas muy similares. En lo que hay más diferencia es en el tipo de queso empleado en su elaboración: en Brasil, receta que os traigo hoy, el queso que utilizan es un queso llamado "costeño" y que, evidentemente, es algo complicado de encontrar aquí. Pero encontramos recetas con manchego, emmental, gruyere, mozzarella o parmesano.

En la receta que vamos a elaborar yo he usado mozzarella rallada (también puede ser fresca), aunque la combinación que más me gusta es la de mozzarella y parmesano a partes iguales. ¡Riquísimo!



INGREDIENTES (para unos 10 panecillos de 50 gr. cada uno)

  • 100 gr. harina de yuca.
  • 160 gr. de mozzarella rallada o 80 gr. de mozzarella y 80 gr. de parmesano.
  • 2 huevos .
  • 60 gr. de mantequilla en pomada (bien blandita para integrarla con facilidad).
  • sal (si el pan es solo de mozzarella añadiremos a nuestro gusto un poco más de sal que si optamos por mitad parmesano y mitad mozzarella).
  • un par de cucharaditas de leche si vemos que la masa nos queda poco hidratada.
  • 1 tsp de impulsor químico tipo levadura "Royal".



Nada más sencillo que poner todos los ingredientes en un bol e integrar amasando un poco hasta formar una bola de masa consistente y algo pegajosa.

Una vez hecha la masa (podemos hacerlo en nuestro robot de cocina preferido, pero a mano no te llevará ni 5 minutos), dividimos en porciones formando bolitas de unos 50 gr. cada una. Si la masa se te pega mucho a las manos puedes ponerte un poquito de aceite para ayudarte en el formado.

Disponemos las bolitas en una bandeja de horno sobre la que pondremos una lámina de papel de hornear o teflón y meteremos en el horno (previamente precalentado) a 180º durante unos 20 minutos.

No tenéis que poner las bolitas muy separadas entre sí porque prácticamente no crecen al hornearlas.

Pasados los 20 minutos y como nuestros panes de queso aún estarán blanquitos, podemos poner la opción grill y darles 5 minutos más para que queden algo doraditos. No se deben dorar mucho.

Recién hechos son un vicio: ¡ábrelos por la mitad y escucha cómo el queso fundido te está llamando!

Aunque suelen comerse solos, prueba a rellenarlos de jamón, de más queso o cualquier otra opción que te  guste. ¡Lo que le pongas le va a quedar de fábula!

Una vez fríos tienden a quedarse un poco duros... Pero nada que no se arregle con un golpe de microondas. Quedarán riquísimos y tiernos como recién hechos en pocos segundos.






¿Qué me dices? ¿No estás ya deseando hacerlos?

Un beso enorme, Belén.




P.D. Y de nuevo gracias a mi querida Julia, que es una excelente cocinera y que poco a poco me va descubriendo su recetario.

 ¡Y encima me regala flores! Flores de San José.





New York Cheesecake!!!

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Me encantan las tartas de queso o si nos ponemos en modo "american way of life"las cheesecakes. Rara es la vez en la que veo en la carta de postres de un restaurante una tarta de queso y no la pido. Recetas he probado muchas, pero muchas...pero no daba con la que yo quería.

No me gustan las texturas "blandengues", las espumas, ni las gelatinas y muchas de las recetas que he ido probando pecan de alguna de estas tres cosas.
Tampoco me gusta el queso, así que si el sabor es muy potente ¡desechada!

Con lo melindres que es una podréis imaginar que encontrar mi tarta de queso favorita ha sido una ardua tarea. ¡Pero aquí está!

Y llega a mis manos de la forma más tonta, sin buscarla, sin preguntar: Vivi de "Petit Dolce"compartió en su cuenta de Instagram (@petit_dolce) una receta de cheesecake y me llamó la atención porque usaba ricotta.

Ni corta ni perezosa me puse manos a la obra y el resultado ha sido...¡ummmmmm! Un culo aún más gordo si cabe, un vaquero menos que ponerme y una delicia que desde ya se convierte en fondo de armario, quiero decir de recetario!!!


INGREDIENTES 

Para un molde de 15 cms. de diámetro (mejor si es de broche, de los desmontables) necesitaremos:

  • 450 gr. de queso ricotta*
  • la ralladura de un limón
  • 100 gr. de azúcar
  • 20 gr. de harina
  • 2 huevos M y un huevo L**
  • una pizca de sal
  • 1 cucharada de vainilla

Mezclamos con unas varillas o en nuestra batidora o procesador el queso y el azúcar junto con la ralladura de limón. Si tienes un rallador Microplane no hay tarea más sencilla que rallar cualquier cítrico y queda muy, muy fino. Su cuchilla tiene un filo increíble que nos permitirá rallar con facilidad cualquier alimento duro consiguiendo una ralladura finísima. Es ideal para quesos duros como el parmesano, cítricos, chocolate, frutos secos y vegetales como el ajo y lacebolla.

*Como no encontré ricotta le puse requesón. Además como solo tenía 400 gr. de requesón le añadí los 50 gr. que faltan para completar la receta de queso crema tipo "Philadelphia".

Cuando tengamos todo bien integrado y cremoso agregamos la harina tamizada, los huevos, la sal y la vainilla y terminamos de mezclar todo con movimientos suaves y la ayuda de una espátula.

**Como yo no tenía más que huevos L y además rondaban por la nevera dos yemas "viudas" de hacer macarons, le puse un huevo L y las dos yemas, una que es una rebelde!

Encamisa y prepara el molde y hornea en horno precalentado a 160º SIN baño María hasta que esté cuajado por completo. Yo lo he tenido una hora y veinte minutos. Después dale un golpe de grill si quieres que te quede doradito por arriba y deja enfriar por completo dentro del horno ya sin temperatura.

Lo ideal, tal y como aconseja Vivi es dejarlo en la nevera de un día para otro y esperar para comerlo...si puedes!

Para servirlo yo he optado por mermelada de fresa que tenía hecha y que podéis hacer vosotros mismos consultando esta sencilla receta, y unas fresas naturales para rematar y convertir la deliciosa tarta en light. ¿Lleva fruta? ¡Pues es light!




Ya os digo desde ya que se va a convertir en vuestra cheesecake preferida si os gustan las consistencias con más cuerpo y más densas.

Por cierto, yo estaba perezosa y no le puse base de galletas, pero si queréis hacerla con base de galletas ¡apuntad!

  • 100 gr. de tus galletas preferidas
  • 50 ml. de mantequilla derretida
Molemos las galletas y mezclamos con la mantequilla hasta obtener una masa con la que forraremos la base y las paredes de nuestro molde. Horneamos 10 minutos a 180º y dejamos enfriar mientras preparamos el relleno.

Luego echaremos la crema de relleno sobre la base de galleta y hornearemos como hemos visto antes.




¡Ah! Y no te olvides de seguir a Vivi también en su Facebook.

Un beso enoooorme, Belén.

Mermelada de tomate y vainilla

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Sin duda, desde que superé mi reticencia inicial (porque de niña no veía yo muy claro eso de que mermelada "pegara" con tomate...) es una de mis mermeladas preferidas y suelo hacerla tres o cuatro veces al año. Aprovecho para regalar algún bote a amigos o a familiares y, por supuesto me quedo yo con el más grande, que con las cosas de comer no se juega ¡oiga usted!

Hace unos meses me invitaron a un curso de "conservas" en la Escuela de cocina Eneldo aquí en Valencia. Era un curso de dos días y me comprometí a ir sólo el primero porque si hay algo que no me sobra es tiempo, y he de reconocer que no iba yo muy motivada que digamos...¡IBA! Porque fue conocer a la chef Laura Muñoz (la chef que impartía el curso), sentir su energía, su capacidad de transmitir la pasión por lo que hace y verla en acción y caer rendida a los pies de Laura y del maravilloso mundo de las conservas: alubias, mermeladas y confituras, escabeches de pescado y pollo, alcachofas, salsas de tomate, tomates confitados a baja temperatura... ¡Lo que disfruté y lo que aprendí no tiene precio!

Y una de las recetas que hicimos fue mermelada de tomate, un básico resultón e imprescindible si quieres empezar a enamorarte del mundo duuuulce de las mermeladas y confituras.





INGREDIENTES (para unos 3 botes tamaño estándar de mermelada)


  • 2,5 kg de tomates tipo "pera" pelados y sin las semillas (al final se quedarán en aproximadamente 1 kg. de tomates limpios que es lo que necesitamos para nuestra receta).
  • 600 gr. de azúcar
  • 1 vaina de vainilla
  • zumo de un limón


Escaldamos, pelamos y retiramos las semillas de los tomates hasta obtener 1 kg. de tomates limpios. Ponemos los tomates en una cazuela junto con el azúcar y el zumo del limón y si tenemos tiempo dejamos reposar unas horitas (podemos incluso hacer todo esto la noche antes), así la fruta irá soltando agua y se irá integrando junto con el azúcar. Si hacemos mermelada de frutas más duras es muy interesante hacerlo de este modo.

Ponemos la cazuela a fuego suave y comenzamos a cocer. Si os gusta que la mermelada quede muy fina, a mitad cocción podemos triturar todo para que quede una mermelada sin tropezones. Después de triturar la mermelada, añadimos el interior de la vaina de vainilla y seguimos cociendo hasta que nuestra mermelada esté lista.

Lo único que debemos hacer es vigilar de vez en cuando para que no se nos agarre y vigilar que no se caramelice demasiado. 

Tened en cuenta que la mermelada una vez fría espesará, así que no busquéis un punto demasiado denso al cocerla o se os quedará un poco "cataplasma".

Si tenemos termómetro de caramelo, podemos ir controlando la temperatura hasta que llegue a los 105º C, que es cuando estará en su punto.

Si no tenemos termómetro o no nos apetece estar pendientes de temperaturas, o simplemente sois unos rebeldes como yo y preferís hacer las cosas "a ojímetro", lo único que debéis ir haciendo es sacar de vez en cuando con una cucharita un poco de mermelada y ponerla sobre un platito frío para ver qué textura coge al enfriarse. ¡Cuando al enfriarse sobre el plato adquiera la textura que buscamos ya la tenemos!

Yo como la consumo muy rápido en apenas dos semanas, no esterilizo botes, simplemente los relleno y los guardo en la nevera. Pero recordad que si queréis que se conserve sin riesgos durante meses y meses debéis hacerlo.

Yo en temas de mermeladas cuando tengo alguna duda lo tengo claro y me doy un "garbeo" por el blog de Bikísimas. Allí Gaby os explica cómo debéis esterilizar los botes para conserva con todo lujo de detalles.




Sobre unas tostadas para el desayuno, en un montadito al horno con queso de cabra, como ingrediente de una vinagreta para vuestras ensaladas... ¡Hacer mermelada es sencillo y el resultado nunca defrauda!

¿Quién se anima?

Un beso enorme,
          Belén.



Clafoutis

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Tiempo de jacarandas en flor, tiempo de albaricoques y brevas, tiempo de arreglar armarios, de buenos propósitos que ya está el verano a la vuelta de la esquina y ¡tiempo de cerezas!

El mes de junio es uno de mis meses preferidos, un mes cálido y lleno de luz que me trae año tras año a mis recuerdos de niña y a la ilusión con la que esperaba el final de curso.

Y en uno de esos recuerdos de mi infancia... las cerezas. Cuando mi madre traía a casa el primer montón de cerezas de la temporada. Al volver del colegio a la hora de comer yo me abalanzaba sobre la bolsa de la fruta para devorarlas y mi ella me frenaba en seco con un firme "primero hay que lavarlas".

Las enjuagaba debajo del grifo de la cocina y las ponía en el frutero de cristal de la abuela Natalia. Una vez limpias y llenas de refrescantes gotitas de agua empezábamos a comerlas y a disfrutarlas.

Me gustan solas, en mermelada y en cualquier elaboración que las incluya, y esta receta no es una excepción.






El clafoutis es un típico dulce francés originario de la región de Limousin. Una sencilla receta hecha desde siempre con cerezas frescas (luego surgieron diferentes variantes con distintos tipos de frutas) y una masa similar a la de los crêpes de leche o nata, harina, huevos y azúcar.

Las cerezas podemos deshuesarlas, pero los más puristas dicen que la tarta queda más sabrosa con los huesos, y yo que no es que vaya sobrada de tiempo prefiero dejar los huesos "puestos".

Si bien el clafoutis #detodalavidadedios lleva sólo cerezas, podemos encontrar recetas con un montón de frutas diferentes, y yo he optado por una mezcla de fresas, cerezas y un trozo de ruibarbo que tenía "viudo" por la nevera.










INGREDIENTES 

Para un molde de unos 20 cm. de diámetro.

  • 100 gr. harina
  • 100 gr. azúcar más una cucharada para el molde.
  • vainilla
  • 4 huevos
  • 50 gr. mantequilla fundida y templada
  • 100 ml. nata líquida
  • Cerezas, fresas y ruibarbo. Toda la fruta limpia, y el ruibarbo y las fresas troceados. Las cerezas con o sin hueso, según queráis.

Engrasamos el molde y distribuimos la cucharada de azúcar por la base. Disponemos la fruta por toda la base del molde bien "apretadita" porque queremos que lleve mucha fruta.

Mezclamos en un bol la harina, la sal, la vainilla y el azúcar. Incorporamos los huevos de uno en uno y la nata líquida, y terminamos con la mantequilla fundida y ya templada.

Echamos la crema obtenida por encima de la fruta y metemos en el horno precalentado a 180º hasta que esté bien doradita (unos 30-40 minutos).

Servir la tarta espolvoreada generosamente con azúcar glass y consumir caliente, templada o fría. ¡Va a estar rica a cualquier temperatura!

¿Quién se animaaaa?

Un beso enorme, Belén.





Magdalenas y crème fraîche

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Que las magdalenas me gustan es un secreto a voces: magdalenas con copete, sin copete, cupcakes, muffins, financiers... ¡Me chiflan las masas batidas!

El otro día mi hijo se equivocó y en vez de subirme nata para montar me trajo del supermercado un tarro de crème fraîche. A veces la uso para cremas, o la añado en pegotes en mi pizza "diávolo", pero aún así tenía mucha cantidad y no quería tirarla, porque ¡aquí no se tira NÁ!

Empecé a buscar recetas de magdalenas que incluyeran este ingrediente y la verdad es que no encontré muchas, así que pronto decidí que haría ÉSTA.

Lo único que no me gustaba de la receta es que llevaba poca crema y que además me iban a salir un montón, así que empecé a "tunear" la receta, y quedó así:



INGREDIENTES (para 12 magdalenas)

  • 175 gr. de harina bizcochona (la que ya lleva el impulsor o levadura química incorporada).
  • 125 gr. de azúcar
  • 125 gr. aceite de oliva suave o de girasol
  • 150 gr. crême fraîche
  • 3 huevos L
  • ralladura de limón
  • vainilla (líquida o una vaina raspadita por dentro)






Comenzamos batiendo los huevos con el azúcar hasta que aumenten y blanqueen. Añadimos el aceite y le crema y batimos un poco más.






En otro bol tamizamos la harina y la sal y la añadimos a la preparación anterior junto con la ralladura de limón y la vainilla. Integramos la masa hasta obtener una masa homogénea y reservamos.





Podemos lanzarnos de cabeza a hornear nuestras magdalenas, de hecho es lo que yo suelo hacer, pero si tapamos la masa con film y la dejamos reposar en la nevera unas horas, las malas lenguas dicen que salen muuuucho más buenas. Así que si podéis esperar a hornearlas, dadles ese reposo mágico en la nevera.

Rellenamos las cápsulas para magdalenas y espolvoreamos con azúcar para conseguir esa costrita que a mí me vuelve loca y horneamos a 200º unos 15 minutos, o hasta que estén doraditas.

Dejamos reposar las magdalenas 5 minutos en la bandeja donde las hemos horneado. ¡Esta bandeja de Le Creuset en Claudia&Julia me ha enamorado!

Espolvoreamos con abundante azúcar glass y dejamos que terminen de enfriar sobre una rejilla.

¿El desayuno perfecto? Yo lo tengo clarísimo, tiene que incluir magdalenas caseras.






Se hacen en un periquete, y el resultado...sobran las palabras ¿verdad?

Un beso enoooorme y magdalenero,

                                 Belén.

Ceviche de langostinos

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El ceviche es un plato típico de muchos países latinoamericanos de la costa del Pacífico. Lo encontramos en Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras... pero es en Perú donde sin lugar a dudas es su plato más reconocido y yo diría que patrimonio gastronómico y cultural.

Parece que aunque hay bastantes teorías acerca del origen etimológico de la palabreja en cuestión, el nombre "seviche" viene de la palabra quechua siwichi, que significaría pescado fresco.

Así que ya os podéis ir haciendo una idea de cual es su ingrediente principal: pescado crudo que suele marinarse con gajos de cebolla y lima o limón, además de alguna especia picante como el ají o el chile y distintas verduras según las recetas y el país de origen.

En verano es una delicia comerlo o cenarlo bien fresquito, y si bien los pescados que suelen emplearse son el lenguado y el mero, también podemos hacerlo de otras variedades de pescado, de pulpo o de langostinos como voy a hacer yo hoy.


INGREDIENTES(para unas 4 personas)


  • unas 6-8 piezas de langostinos por persona limpios y crudos (o no)
  • medio pimiento rojo
  • medio pimiento verde
  • 1 cebolla morada
  • 3 tomates maduros (yo uso de los de pera)
  • 1 aguacate
  • 3limas
  • sal y aceite de oliva virgen extra
  • ají picante o en su defecto guindillita o pimienta roja
  • cilantro





Elaborarlo no puede ser más sencillo. Lo ideal es hacerlo por la mañana y dejarlo marinar hasta la hora de comer.

Limpiamos los langostinos y los ponemos en un bol cubiertos con el zumo de las limas, la ralladura de una de ellas, la cebolla en gajos o ruedas finas, el cilantro bien picadito al gusto y el ají.

Como a veces puede no resultarnos sencillo encontrar ají peruano, podemos sustituirlo por guindillas o como yo suelo hacer por pimienta roja molida para darle un toque picante muy suave.

Los langostinos con el ácido cítrico de las limas irán quedándose duritos y como si estuvieran hechos, aunque para los escrupulositos (como yo) se puede dar a los langostinos un hervor corto sin pelar, y luego pelarlos y seguir con la receta como veremos.

Dejamos que marinen en la nevera. 





Cuando vayamos a comer o un poquito antes (yo la mayoría de las veces pongo todos los ingredientes al mismo tiempo y dejo que todos marinen en la nevera durante la mañana), añadimos el resto de ingredientes, rectificamos de sal y añadimos un chorro generoso de aceite de oliva para rematar esta delicia de plato.

Removemos bien para que se integren todos los ingredientes y disfrutamos con un plato sencillo y muy sabroso.

IMPORTANTE:¡El jugo que obtenemos de la maceración no se desecha! Se le conoce como leche de tigre y no sé si será de buena educación o no, pero en casa nos lo tomamos a sorbos y nos peleamos por él.

¿Queréis ver un vídeo de los ingredientes que vamos a usar y de lo sencillo que es preparar un delicioso ceviche?







Sencillo, fresquito, rápido, sano y sabroso. #nosepué pedir más.

Un beso grande, Belén.


Mousse de ricotta y lima

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En verdad el título de esta entrada debería ser algo más largo para describir exactamente de qué va la receta de hoy. Algo parecido a "mousse de ricotta y lima con mermelada de cerezas casera y crumble de canela".

Pero puede que os cansarais de leer solo con empezar por el título y por eso lo he acortado sustancialmente.

Que hace calor es obvio, lo estamos sufriendo media España, y ya sé que no apetece encender el horno, pero la realidad es que seguimos queriendo aprender a hacer cosas ricas y si son fresquitas y ligeras con las que agasajar a los nuestros estos días de calor, mejor que mejor.

Así que la receta de hoy no puede fallar en vuestro recetario de postres de verano: sencilla, suave, resultona... es verdad que lleva varios pasos para elaborarla, pero si lo tenemos previsto y lo vamos haciendo todo por partes, luego el montaje es una tontería, y además el resultado final lo merece.

¡Vamos a ver los ingredientes de cada parte y luego comenzamos con el paso a paso del postre!



MOUSSE DE RICOTTA Y LIMA


  • 200 gr. de queso ricotta o requesón.
  • 50 gr. azúcar
  • 60 gr. nata para montar
  • 20 gr. zumo de lima (aproximadamente el zumo de una lima)
  • ralladura de la lima entera
  • 1 clara de huevo
  • 1 y 1/2 hoja de gelatina (yo he usado de la marca "Vahiné")


CRUMBLE DE CANELA


  • 100 gr. de harina 
  • 50 gr. harina integral de trigo
  • 75 gr. mantequilla a temperatura ambiente
  • 40 gr. icing sugar (azúcar glas)
  • 25 gr. azúcar moreno
  • una cucharadita de canela en polvo 


MERMELADA DE CEREZAS


Para hacer la mermelada podéis hacerla sustituyendo las fresas de esta receta por cerezas, consiguiendo mermelada en pocos minutos tal y como os explico en esa entrada del blog. Si optáis por el chup-chup a fuego lento tradicional, sólo hay que coger cerezas (500gr. es una buena cantidad) y deshuesarlas, las mezclamos con la mitad de su peso ya sin hueso de azúcar, y un chorrito de limón, y ponemos al fuego durante aproximadamente media hora con cuidado de remover de vez en cuando para que no se agarre. Recordad que la mermelada coge su textura definitiva al enfriar.







Yo os recomiendo tener ya la mermelada preparada de algún día anterior e incluso el crumble listo y guardado en un bote hermético que es lo que yo suelo hacer.

Para hacer el crumble mezclamos en un bol las dos harinas, el azúcar moreno y la mantequilla y vamos integrando con las manos hasta que tengamos una especie de masa con apariencia de miguitas de pan.








Añadimos el azúcar glas y la canela, terminamos de integrar sin que la masa del crumble pierda ese aspecto de migas y disponemos sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear o teflón a 180º unos 20-30 minutos, o hasta que lo veamos doradito. De vez en cuando es conveniente abrir con cuidado el horno y mover un poco el crumble para que no se apelmace y quede suelto.

Dejamos enfriar y una vez bien frío podemos almacenarlo como si de galletas se tratara para ir usándolo a medida que nos haga falta. Por eso yo siempre hago mas cantidad, así ya lo tengo listo para usar en cualquier receta.








¡Ya lo tenemos todo preparado! ¡Vamos con la mousse y el montaje y postre listo!

Para hacer la mousse de ricotta mezclamos el queso, la mitad del azúcar, la ralladura de lima y la nata para montar. Batimos bien hasta conseguir una mezcla lisa y homogénea y reservamos.

En el zumo de lima disolveremos las hojas de gelatina previamente hidratads en agua. Para que se disuelvan correctamente podemos calentar el zumo en un cacillo, pero como es tan poca cantidad yo prefiero darle un golpe de microondas para calentarlo, recordando que la gelatina funde a unos 37º C,  y que si hierve pierde su poder gelificante.

Añadimos el zumo de lima con la gelatina bien disuelta a la mezcla de queso y nata, y por último incorporaremos con movimientos suaves y envolventes la clara de huevo que habremos montado con la mitad restante del azúcar a punto de nieve.

Para montar el postre disponemos un poco de mermelada de cerezas en el fondo del vaso o copa que queramos usar para presentarlo, vertemos la mousse y enfriamos en la nevera al menos durante 4 horas antes de consumir.

Rematamos el postre con el crumble de canela por encima de la mousse y... ¡A disfutar se ha dicho!

Es verdad que es una receta con más pasos que otras que suelo compartir, pero ya veréis como este trabajo extra vale la pena: suave, aromático y fresquito, os aseguro que va a ser un imprescindible para los más golosos este verano.

¿Quién es el primero en animarse?

Un beso enoooorme,
             
                          Belén.




Macarons de té chai y chocolate. Trucos y consejos para hacer macarons perfectos.

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Muchos ya sabéis (yo creo que la mayoría) que además del blog dirijo la plataforma de talleres online La Tallerería.

En La Tallerería además de  tartas, modelado, repostería, fotografía... imparto mis talleres de macarons que tantas y tantas satisfacciones me han brindado y a tantos y tantos alumnos hemos enseñado. 

Mis talleres de macarons están llenos de recetas que voy haciendo y probando, las que más me gustan y las que más éxito suelen tener entre los catadores, y eso evidentemente corre en detrimento de las entradas de macarons que publico aquí en el blog, ya que no estaría bien publicar el mismo contenido en el blog que el que comparto en los talleres y por los que tantos alumnos pagan.

Pero he estado pensando que también me debo a vosotros, a mis seguidores, muchos conmigo desde el principio, otros ya amigos... y por eso hoy os traigo una maravillosa receta de macarons, porque lo merecéis y porque me apetece compartir mucho y muy bueno con todos vosotros.

Macarons de té chai y chocolate. Una absoluta delicia con un contraste de sabores riquísimos y muuuuuy suaves. De todos los que hago en casa, estos sin duda son de mis preferidos y no hay cumpleaños o fiestorro familiar en que no caigan al menos un par de docenillas...







INGREDIENTES

Para unas 40 coquilles-20 macarons

  • 75 gr. almendra molida, yo uso de la variedad "marcona"
  • 75 gr. de azúcar glass (no es necesario que sea icing sugar)
  • 27 gr. clara de huevo (fresca o pasteurizada)

  • 75 gr. azúcar
  • 25 gr. agua
  • 27 gr. clara (para el merengue yo prefiero que sean frescas)
  • 3 gr. cacao (como una cucharadita de postre)
  • 3 gr. de preparado Chai latte de Hornimans)







Para el relleno


  • 100 gr. chocolate sin leche
  • 60 gr. queso crema tip Philadelphia
  • otro sobrecito de 3 gr. de Chai latte.




Muchos ya sabéis hacer macarons, pero ¿qué os parece un vídeo para recordarlo?

¡Dentro vídeo!







Como veis comenzamos preparando lo que llamamos TPT-tant pour tant mezclando la almendra y el azúcar glass con las claras de huevo hasta obtener una pasta bastante densa y lo más lisa posible.

Recordad que un buen tamizado previo de la almendra y del glass es fundamental para el éxito de la receta: si tenéis Thermomix o procesador similar, dadle a la mezcla de TPT unos golpes y dejadlo bien fino. Si no tenéis ¡no queda otra...! Hay que tamizar con un tamiz bien finito para conseguir una mezcla lo más lisa posible.

Reservamos la masa de TPT y claras y pasamos a preparar el merengue italiano.

No tiene misterios, solo hay que hacerlo dos o tres veces para cogerle el truco y todo irá sobre ruedas.

Lo primero es tener todos los ingredientes que vamos a usar pesados y preparados para tenerlo todo a mano. 

Comenzamos poniendo en un cacillo el azúcar y el agua y llevándolo a ebullición. Debe alcanzar el punto de bola blanda (una temperatura entre 115ºC-118ºC). Como podéis ver en el vídeo yo uso un cacillo muy pequeño (más bien es una taza de esas de camping). ¿Por qué? Porque como estamos trabajando con cantidades pequeñas de ir por casa, el cazo pequeño me facilita la labor a la hora de leer la temperatura del almíbar con el termómetro y conseguir una lectura correcta.

¿Cómo? ¿Qué no tenéis termómetro? ¡Que no cunda el pánico!

Si bien es verdad que si no estás muy suelto en lo del merengue italiano tener termómetro facilita mucho la cosa. podemos un poco a ojo de buen cubero conseguir un almíbar correcto para nuestros macarons.

Yo pongo el cazo con el azúcar y el agua a fuego medio como se ve en el vídeo durante unos cuatro minutos. Me fijo mucho en el burbujeo: al principio las burbujas son pequeñas y borbotean rápido, a medida que nos vamos acercando al punto de bola blanda, el borboteo es más lento y el tamaño de las burbujas mayor. El almíbar NO debe cambiar de color, no debe dorarse o de lo contrario ya nos habremos pasado de temperatura.

Y con las claras ¿Qué hacemos? Cuando el almíbar lleve al fuego unos dos minutos o esté en torno a los 100ºC-110ºC las empezaremos a montar a velocidad alta en nuestra Kitchen Aid o robot similar.

No deben quedar demasiado montadas, así que si veis que cuando el almíbar está para añadir ya están muy montadas, pues empezad a montarlas más tarde la próxima vez (del mismo modo si cuando el almíbar esté en su punto las claras están poco montadas, empezad a montarlas un poco antes en un próximo intento).

En los macarons como yo siempre digo a mis alumnos lo más importante es entrenar el ojo y olvidarse de tiempos, batidos y temperaturas exactas. ¡Hay quien cuenta incluso los movimientos que hace para integrar el TPT y el merengue en el macaronage!

¡Almíbar listo! Pues lo retiramos del fuego, bajamos la velocidad de montado de las claras (a velocidad baja-media) y lo añadimos despacito  ;;;))) por el lateral del bol donde tenemos las claras sin parar de montarlas.

Una vez incorporado todo el almíbar volvemos a aumentar la velocidad de montado de las claras y montamos como si no hubiera mañana hasta que éstas estén a unos 40ºC. ¡Vaya, olvidé otra vez que muchos estáis sin termómetro! Pues sólo tenemos que tocar el bol donde estamos haciendo el merengue con las manos, y cuando lo notemos templado el merengue estará listo.

No es un merengue especialmente duro: forma una especie de pico de pato "mustio", pero ése es el merengue que necesitamos para nuestros macarons.






¡Es más largo escribirlo que hacerlos! #ofú

Ahora toca hacer el macaronage que no es otra cosa que mezclar las dos elaboraciones que hemos hecho: la masa del TPT con las claras  o mazapán y el merengue italiano.

A mí me gusta añadir primero un poco de merengue al TPT. Suelo añadir el merengue que queda atrapado en las varillas y con esa pequeña cantidad aflojo un poco la masa para que no me cueste tanto trabajar la masa que es algo dura.

Una vez integro esa pequeña cantidad de merengue, añado el resto de merengue y sin prisa pero sin pausa, sin miedo pero con mucho ojo voy integrando todo con movimientos envolventes. A diferencia del merengue francés, el italiano es mucho más estable, por lo que podemos ser bastante enérgicos a la hora de realizar un macaronage correcto.

Añadimos el cacao y el té en este momento y seguimos preparando nuestra masa de macarons.

Y ¿cuándo paramos? Pues veréis que la masa comienza a brillar y que si levantamos la masa con la espátula (me gustan las espátulas no demasiado blandas) se forma replegándose una cinta que cae continua pero lentamente.  Es el llamado punto de cinta o rubban, y es el punto que buscamos.

Si hemos acertado con el punto de la masa, nuestros macarons no perderán la forma al escudillarlos, quedarán lisos y sin picos de masa y, si los miramos de perfil, tendrán relieve (como una montañita) y no estarán planos ni desparramados.

Yo formo mis macarons con una boquilla nº 12 de wilton y no, no golpeo cual posesa las bandejas a no ser que me haya quedado la masa algo densa.

Ahora toca lo más aburrido, dejarlos que sequen y que formen la costra o hagan el croûtage, que será lo que nos asegure que salga el tan esperado pie y que no revienten nuestros macarons, así que ¡paciencia!







¿Ya están secos? Aseguraos de la mejor forma que hay: ¡tocándolos! Notaréis que aunque están blandos se ha formado una capa o película y además los macarons están más mate.

Precalentamos el horno a 150º (como pauta, a modo de orientación) y horneamos nuestros macarons durante unos 12 minutos con calor arriba y abajo. Aunque con aire podemos hornearlos igualmente.

Lo del horneado de los macarons es un tema que debéis controlar y aprender a trabajar con vuestro horno, porque si siempre es cierto eso de que cada horno es un mundo en el tema de los macarons es más cierto todavía.

Sacad los macarons del horno cuando notéis las coquilles firmes y las bases estén casi selladas, se terminarán de sellar ya fuera del horno al enfriarse sobre la bandeja con el calor residual, y no intentéis despegarlos del papel o teflón (sin duda yo aconsejo hornear sobre lámina de teflón) hasta que la bandeja ya no queme, de lo contrario es más que probable que se os agarren al intentar despegarlos.

Antes de rellenarlos os aconsejo dejarlos reposar en un tupper en la nevera al menos 24 horas, o si vamos con prisa podemos darles un golpe de congelador durante un par de horitas.

Para el relleno fundiremos el chocolate y esperaremos a que se temple un poco antes de añadirle el queso. Integramos, añadimos el sobrecito de té chai y dejamos enfriar para que coja cuerpo y podamos rellenar nuestros macarons.

¿Se me olvida algo? ¡Seguro que sí! Primero porque no suelo escribir entradas taaaan largas y segundo porque en el tema macarons nunca se escribe o se cuenta demasiado.

Pero si te han quedado dudas o ganas de saber más... Te espero en alguno de mis talleres online, nivel básico, avanzado o Pro. Te aseguro que ahí si que no me quedará nada por contarte.

Un beso enooooomre, como esta entrada...

               Belén.

Mermelada de higos rápida

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Una vez más volvemos a empezar curso, y es que como siempre digo por estas fechas, para mí el comienzo de año es más ahora que en enero.

Antes la vuelta al cole y ahora a la "facu"... que el tiempo pasa y los peques ya no lo son tanto, pero los nervios y la ilusión de la nueva temporada nos sigue inundando a todos.

Atrás han quedado los largos días de verano, las puestas de sol en pareo mojito en mano, el relax y el sosiego que el verano y las vacaciones que siempre saben a poco nos dejaron. ¡Así que de nuevo en marcha que no estamos para dormirnos en los laureles y hay que seguir trabajando!

Hoy os traigo una mermelada de esas rápidas que tanto gustan en casa y que no puede ser más de temporada: mermelada de higos.

Sólo necesitamos higos, azúcar gelificante y unos minutos para hacer una conserva maravillosa con la que endulzarnos los desayunos cuando el recuerdo del verano ya esté muy lejos.






INGREDIENTES para unos 4 botes de mermelada


  • 1'5 kg de higos 
  • 500 gr. de azúcar gelificante 

Sólo tenemos que quitarles el rabito a los higos y lavarlos bien. Los partimos por la mitad y los metemos en una cazuela. ¿Con piel? ¡Con piel!

Añadimos el azúcar gelificante y llevamos al fuego (fuego medio) sin parar de remover durante unos 20 minutos.

¿Y si no tenéis azúcar gelificante? No pasa nada, tendréis que poner algo más de azúcar y la cocción se alargará un poco más, pero el resultado será riquísimo igualmente.

Si el azúcar empleado NO es gelificante, recordad que la cantidad de azúcar que se suele recomendar para hacer mermeladas es la misma que pongamos de fruta, pero según la acidez de la fruta, su estado de maduración y vuestras preferencias personales puede oscilar entre un 50% y un 65%.

Yo compro este azúcar en concreto, pero el de la marca Dr. Oetker también va de perlas para este tipo de elaboraciones.





Me gusta usar este azúcar porque me permite aligerar la carga de azúcar en las mermeladas y además acelera el proceso: la fruta está menos tiempo cociendo, conservando así mejor sus propiedades e incluso el color.

Recordad que la mermelada una vez fría espesa un poco más, por lo que aunque la veáis con una consistencia algo más líquida de lo que os gusta, al enfriarse "engordará" y quedará perfecta.


CONSEJOS


Yo la devoro en el desayuno con las tostadas, en tostas junto al foie o con un poco queso de cabra, y si preparáis una vinagreta con un par de cucharadas de mermelada de higos las ensaladas que aliñéis se volverán en casa una delicia irresistible.

Podéis entreneros en pelar los higos, de hecho encontramos muchas recetas en la web en las que se especifica que debemos quitarles la piel. Pero la piel queda blanda y tierna y la mermelada queda mucho más sabrosa, por no hablar del tiempo que vamos a ahorrar pelando los dichosos higos...





¿Queréis alargar un poco más el verano? ¡Pues venga, a hacer mermelada de higos!

Un beso enorme, Belén.

Carpaccio de calabacín

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Ya, ya sé que dentro de nada entraremos en época de calabazas, guisos y pucheros, que el verano ya está dando sus últimos coletazos y que, al menos hoy, ya he tenido que taparme un poco porque comienza a hacer "fresquito".

Pero también es verdad que septiembre es mes de buenos propósitos, de querer quitarnos los kilos ganados durante los "cerveceos", las tapas y los atardeceres con mojitos del verano, y por eso esta receta nos puede venir genial.

El carpaccio es básicamente una preparación en la que presentamos la carne o el pescado crudos, marinados y cortados en finísimas láminas, pero al cobijo de la palabra carpaccio y de ese laminado ultrafino aparecen nuevas ideas y la de hoy con calabacín es prueba de ello.


CARPACCIO DE CALABACÍN (para dos personas)


  • 1 calabacín mediano bien limpio sin cortar
  • 8-10 tomates secos
  • Aceite de oliva virgen extra-AOVE
  • piñones (crudos o tostaditos en la sartén)
  • lascas de parmesano
  • zumo de 1 limón
  • sal y pimienta





Comenzamos cortando el calabacín en láminas finísimas con la ayuda de la mandolina o de un pelador de verduras que corte muy bien.

El mundo mandolina es variado y extenso con un montón de modelos y diseños y os puedo asegurar que nunca había tenido la necesidad de comprar una, sobre todo porque no son baratas y menos si son de buena calidad. Pero estoy feliz con la que me he comprado y es que la uso a diario y ahorro en tiempo y en accidentes caseros. Es muy segura y lo más importante a mí me resulta cómoda de limpiar. Podéis echarle un ojo AQUÍ.

Comenzamos poniendo a remojo con agua calentita los tomates secos para que se rehidraten y después añadirlos al aliño.

El calabacín no lo pelamos, sólo lo limpiamos bien y le quitamos los extremos.

Disponemos los calabacines bien extendidos sobre la fuente o plato en el que vayamos a preparar la receta y rociamos más que generosamente con el zumo de limón. No escatiméis en zumo: la receta pone que añadáis el zumo de un limón, pero si es pequeño o con poco zumo ponedle dos. El limón, su acidez es lo que jugará a nuestro favor en esta ensalada quitando parte del característico amargo del calabacín. Reservamos.

Mientras el calabacín se macera un poco preparamos el aliño: en un poco de AOVE (a gustos según las calorías que queramos ahorrar y los kilos que nos sobren...) añadimos sal y los tomates rehidratados cortados en trozos pequeños y emulsionamos un poquito. Podéis añadir también un poco de pimienta molida y aceto balsámico, pero os lo dejo un poco "a gusto del consumidor".

Por encima del carpaccio disponemos unos cuantos piñones, el aliño de AOVE con los tomates y para rematar el carpaccio unas lascas de queso parmesano (¡sin pasarse que estamos a dieta, oiga usted!).





¡Y ya! ¿Yaaaaaaaaa? ¡Ya!

Como siempre digo comer rico no tiene que ser sinónimo de elaboraciones largas y costosas. Y sin duda el carpaccio de calabacín es la prueba perfecta de ello. Ya sé que muchos podéis tener cierta reticencia a comer el calabacín crudo, pero bien marinado con el limón queda riquísimi y el contraste de sabores y texturas de todos los ingredientes os aseguro que os va a encantar.

Y como una imagen vale más que mil palabras... ¡dentro vídeo!








Espero que lo hagáis y que por supuesto os guste, todo lo que os traigo es con esa ilusión.

Un beso grande, Belén.




Macarons unicornio

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Lo se, no me pega nada de nada el #rollocuquiunicornio... pero os aseguro que el motivo lo merece, y hasta aquí puedo leer. 

Una personita maravillosa será feliz durante unos instantes, conseguiré borrarle algo del dolor que la persigue desde que nació y mis macarons unicornio seguro que harán de su tercer cumpleaños un cumple muy especial.






No más tristezas... ¡Los unicornios han saltado de los libros de mitología y lo han inundado todo, hasta los macarons!

Y aquí va mi propuesta esta vez en forma de videotutorial para que veáis paso a paso cómo he hecho yo mis unicornios.

Si queréis plantilla, aunque no es necesaria, AQUÍ os podéis descargar la que se ve en el vídeo, aunque la forma es tan sencilla que si tenéis un poco de maña no os hará falta ni siquiera plantilla.

La receta es una receta básica de macarons de vainilla: a mi receta preferida le he añadido una vaina de vainilla raspadita y el relleno es una crema frangipane de lo más tradicional.

Podéis hacer los macarons con merengue francés o con merengue italiano, en el blog tenéis recetas y paso a paso de cómo hacer unos macarons deliciosos. Y repasar entradas como ÉSTA o ESTA OTRA os ayudará a conseguir unos macarons muy ricos si andáis algo despistados en el tema.

Si no andas despistado, vaya que andas "pez total", consulta esta entrada de AQUÍ, o directamente apúntate a alguno de mis talleres online y ¡engánchate de una vez por todas a la locura de los macarons!

Y una vez soltado el rollo, vamos a lo que interesa: ¡dentro vídeo!







Os vais a animar, ¿verdad?

Un beso enorme y espero que os guste, Belén.



Tarta Sara o "Mascota"

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La tarta Sara o "Mascota" como se le llama también, es sin duda uno de esos sabores que me acompaña desde siempre: mi padre era un enamorado de todo lo que llevara almendra, y raro era el domingo que en la bandeja de pasteles que comprábamos en la pastelería "Rhoa" no había una porción de tarta Sara. Eran porciones individuales, redonditas, y mi padre las cortaba en cuatro trocitos para que nadie se quedara sin probarlas...

La almendra laminada y tostada por fuera, la crema suave casi etérea del relleno y el ligero bizcocho bien emborrachado siguen volviéndome loca y no dudo en pedirla y en disfrutarla si la veo en el expositor de alguna pastelería, con algo de remordimientos calóricos, eso sí!

Así que andaba yo detrás de hacer un día de estos la receta a mi manera, claro está, y el 17 cumpleaños de mi hijo Ale ha sido la excusa perfecta para hacerla.


tarta sara



INGREDIENTES:


BIZCOCHO GENOVÉS (molde de 178 mm x 76 mm)

  • 150 gr de azúcar
  • 4 huevos
  • 1 pellizco de sal
  • 120 gr de harina

No me andaré con rodeos que la receta es larga. Para el bizcocho genovés que cada uno use su receta preferida, la verdad es que poco varían las proporciones de una receta a otra. Yo siempre uso la misma receta, primero porque me sale el bizcocho justo hasta el borde del molde que uso, sin tener que volverme loca haciendo operaciones para calcular volúmenes y cantidades (que una es de letras puras, oiga usted!) y segundo porque hago la receta en el Thermomix y no me complico. La receta no es otra que la del blog Velocidad Cuchara. Y para verla sólo tendrás que hacer click AQUÍ.

Consulta el modus operandi en el link que lo explican muy requetebién y cambia sólo el dato que se da allí del tamaño del molde por el que os aconsejo yo.

Yo lo horneo a 175º durante unos 50 minutos o hasta que veo que al pincharlo sale el tester limpio. 

Para la tarta Sara me gusta hacerlo de un día para otro, o si voy con prisas lo hago días antes y lo congelo.


CREMA DE MANTEQUILLA

Nos va a sobrar un poquito, sobre todo si partís el bizcocho por la mitad (si sacáis tres discos no os sobrará tanto), pero más vale que sobre (y la usamos después para rellenar unos macarons) a que falte.


  • 300 gr. mantequilla en pomada
  • 100 gr. de azúcar
  • 200 gr. de agua
  • aroma de almendra o vainilla de buena calidad
Hacemos un almíbar ligero con el agua y el azúcar. Lo ponemos todo en un cazo al fuego y llevamos a ebullición durante 5 minutos, reservamos para que se enfríe por completo.
Una vez tenemos el almíbar frío (si lo añadimos caliente arruinaremos la crema), trabajamos en la batidora la mantequilla hasta que comience a blanquear, en ese momento empezamos a añadir el almíbar poco a poco. A medida que veamos que la mantequilla va aceptando el almíbar, vamos añadiendo más, muy de poco en poco hasta que lo absorba completamente por completo.

Es el momento de aromatizar nuestra crema: podemos añadirle un poco de aroma de almendra, ésta es una opción que a mí me gusta mucho, o podemos simplemente añadirle el interior de una vaina de vainilla o una cucharadita de un buen extracto.

ALMÍBAR PARA EMBORRACHAR

Con las mismas proporciones que hemos usado para hacer el almíbar de la crema, elaboraremos ahora un almíbar también ligero para emborrachar generosamente nuestro bizcocho genovés.
Yo suelo hacer almíbar de más y así lo que me sobra lo guardo en un bote en la nevera y voy tirando de él durante unas semanitas.


tarta sara





¡Venga, que ya lo tenemos todo! Ahora viene lo divertido: el montaje de la tarta.

Con ayuda de una lira cortamos el bizcocho en discos. Yo lo corto en dos, pero la altura del bizcocho nos da hasta para sacar tres discos, así que como vosotros prefiráis. Emborrachamos muy generosamente los discos de bizcocho con el almíbar reservado. Sin duda uno de los trucos para que una tarta Sara se convierta en tarta Saritísima es que quede bien empapada y no resulte seca al comerla, así que insisto: ¡sed generosos con el almíbar!

Con la ayuda de una manga pastelera y de una espátula rellenamos los discos procurando que quede el relleno repartido de una forma homogénea para que no se nos quede inclinada la tarta al montarla.

Y una vez los discos rellenos y montados cubrimos toda la tarta con una capa más o menos abundante (eso va a gustos) de más crema de mantequilla con almíbar, incidiendo en los huecos que puedan quedar entre piso y piso de la tarta y procurando que nos quede una capa lo más uniforme y perfecta posible.

Una vez tenemos la tarta completamente cubierta con la crema de mantequilla, cubrimos con mimo y mucho cuidado con almendras fileteadas: yo las compro crudas y les doy un golpe de horno a unos 180º hasta que las veo con un bonito tono dorado.

No hay truco para cubrir la tarta con almendras: maña, un poquito de paciencia y buen hacer. ;;;)))

Así ya está terminada la tarta, pero como me sobraba crema decidí estrenar mi boquilla Saint Honoré que queda muy bonita y remata  la tarta dejándola más festiva ¿No os parece?

Unos macarons como los de la foto que os enseño más abajo para decorar a nuestra Saritísima, unas flores, o el detalle que más os apetezca y os aseguro que ¡os van a hacer la ola! 


macarons



A mí ya me la han hecho, así que venga ¿a qué esperáis?

Un beso enorme,   
    
                    Belén.



tarta sara




















Galletas de avena

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De avena... y de chocolate, y de semillas, y de coco y de todo lo que quieres ponerles porque esta receta es una de esas todoterreno que lo mismo valen "para un roto que para un descosido".


galletas de avena


El otro día andaba yo cotilleando por Instagram y me llamaron la atención unas galletas de Bizcocheando. Le pregunté a Cristina por la receta y en 5 minutos me pasaba el enlace para que las hiciera y le contara mi impresión...

¿Mi impresión? Pues a primera vista he de deciros que cuando me puse a hacer la receta tuve alguna reticencia...y ¡es que la receta en cuestión lleva plátano! Que me perdonen los canarios pero no es una de mis frutas preferidas...¡vaya que no me gusta ná de ná!

Pero una que es muy de acabar lo que empieza siguió enfrascada en la receta... ¡Y lo que me alegro!

Porque a medida que las galletas se horneaban mi cara de felicidad iba en aumento, y el olorcillo que impregnaba la cocina me iba avisando de la ricura que después iba a tener la suerte de catar: unas galletas hechas de avena al 100%, con un sabor riquísimo e intenso y una textura no crujiente, más bien tiernecita, pero sin duda maravillosa.



galletas de avena


Y si con todo esto que os cuento no estáis ya salivando esperad que sigo...

Seguí la receta prácticamente al pie de la letra, pero el espíritu libre que llevo dentro siempre me hace hacer pequeñas "maldades" y alguna cosilla de cosecha propia introduje:


  • Dos cucharaditas de azúcar moreno (la receta original no lleva nada de nada de azúcar, así que más saludable imposible).
  • Un puñadito de cubitos de coco deshidratado (el toque del coco gusta mucho en casa y al chocolate le va de perlas).
  • Y como no tenía frutos secos eché mano de un puñado de mix de semillas variadas que tenía por casa.
  • También reduje un poco la cantidad de aceite, puse 75 gr. algo menos de lo que indica la receta original (aconsejada también por Cristina"Bizcocheando").

Yo como siempre lo puse todo en plan salvaje en mi Thermomix, le metí unos cuantos meneos y formé bolitas de unos 20-25 gr. que puse sobre una lámina de teflón y aplasté en plan tamaño cookies.

Como dice Cristina, que no os preocupe ponerlas bastante juntas porque no se hacen más grandes al hornear.

¡Unos 20 minutos a 175º y listas! Tal vez podría incluso haberlas horneado durante más tiempo, para que resultaran más crujientes, pero así con esos tiempos os aseguro que aquí han triunfado.

¡Ya llevo dos hornadas!

Ya había hecho más veces galletas de avena, y éstas están riquísimas también, pero lo que más me llamó la atención de la receta de Cristina es el porcentaje tan grande de avena que lleva la receta y la mínima cantidad de harina integral.


BENEFICIOS DE LA AVENA:


De entre sus muchos beneficios destacaremos:

  • Su poder depurativo gracias a la gran catnidad de aminoácidos que posee.
  • Mejora la digerstión y el tránsito intestinal.
  • Regula los niveles de azúcar en sangre.
  • Y posee gran cantidad de ácidos omega 3, yodo y vitamina B.

¿Quieres la receta original? Pues no dudes en pasarte por AQUÍ  para consultarla y hazla tal cual o con mis sugerencias, pero anímate que son de lo más saludable y enganchan y... ya sabes eso de que el que avisa no es traidor.


galletas de avena


Un besazo enorme, gracias a Cristina por facilitarme su receta y a vosotros como siempre por ESTAR.

       Belén.


En casa igual que aparecen desaparecen...¿no os lo creéis?


Nutella casera "light"

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Que las cremas de cacao con avellanas son una delicia es un hecho, y que más de uno ahogamos las penas a base de mantita, sofá y bote de Nutella en mano mientras nos caen los lagrimones es una realidad. ¡Sí, no os riáis que os estoy viendo y más de uno lo hacéis!

Pero la cara B de estas cremas de cacao y avellanas industriales no es tan graciosa...

¿Sabíais que más de la mitad del envase de Nutella es azúcar? Por no hablar de las grasas "trans", responsables de que nuestras arterias se llenen de placas de colesterol, o del aceite de palma que llevan, o de la manteca... y por no hacer ya mención a la descomunal ingesta de calorías que un bocata de crema de cacao implica "pal body".

Tampoco nos vamos a agobiar ¿eh? que de vez en cuando no hace daño y darse un capricho es recomendable y necesario.

Cocinando Sabores desde su cuenta de Instagram (date un paseo y conócela un poquito mejor) nos lanzó hace unos días un reto: hacer crema de cacao casera, mucho más sana y sabiendo lo que le ponemos, y reunir todas las ideas bajo el #estosiescremdelacrem.





¡Y aquí está mi propuesta! Evidentemente no es Nutella, pero está muy rica.

No lleva azúcar, ni leche (lo cual agradecerán los intolerantes a la lactosa), es mucho más baja en calorías y además tiene un alto contenido en fibra porque la base de la crema es... ¡de calabaza! Sólo una cucharada de aceite de girasol para los dos tarros que nos salen es la grasa que junto al cacao en polvo le vamos a meter, así que son razones más que suficientes para darle una oportunidad a esta crema de cacao y avellanas casera ¿no crees?

INGREDIENTES Nutella casera (salen dos tarros)

  • 300 gr. calabaza asada
  • 150 gr. avellanas ya tostadas y retirando la mayor cantidad de piel que podamos
  • 4 cucharadas de cacao en polvo
  • 2 cucharadas de miel (yo de mil flores)
  • 1 cucharada de aceite de girasol
  • Si la calabaza no es muy dulce añádele algún edulcorante (yo no le he añadido nada).




Tan sencillo como poner todos los ingredientes en el Thermomix o procesadora similar y tenerlo un buen ratito triturándose y emulsionándose todo junto. Si vuestro procesador no es muy potente puede que no os quede una crema tan fina como la mía, pero rica estará igual.




La textura queda perfecta nada más hacerla y no se endurece ni se queda como una piedra cuando la guardamos en la nevera. ¡Así que no hay excusas! No hay motivos para esperar ni un segundo más y poder disfrutar de una crema de cacao y avellanas casera, saludable, baja en grasas y riquísima.

Mi hijo pequeño, Ale, no es de muy buen comer, a todo le encuentra "peros" y digamos que es algo melindres, pero mi crema...¡Ha pasado su cata! Dice que está rica, que sabe mucho a avellanas y de la calabaza no se ha dado ni cuenta ¡SSSSSSSSShhhhhhh, que no se entere!






Un beso enorme y ojalá os animéis a hacerla, 

                                            Belén.

Muhammara

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El Muhammara es una pasta tipo humus originaria de la ciudad de Alepo, Siria. Aunque como siempre en esto de los orígenes nunca se acaban de aclarar. También hay Muhammara en Turquía, donde es llamado acuka, en Irak o en Líbano.


muhammara


Es básicamente una pasta, ideal para dipear con trocitos de pan pita tostados, hecha con pimientos asados y nueces. Pero desde ya os digo que también es deliciosa como salsa para carnes y pollos asados y para pescados!

Uno de los ingredientes del Muhammara es la melaza de granada, algo muy sencillo de encontrar en los países anteriormente citados, pero no tan fácil de conseguir aquí en España. Pero no hay de qué preocuparse porque hacer melaza o sirope de granada es algo nada complicado y además estamos en una época perfecta para encontrar granadas riquísimas y a buen precio.


 granadas



Ingredientes Muhammara

  • 300 gr. de pimientos (yo los uso del piquillo y los compro ya asados, pero podéis asarlos vosotros en casa)
  • 120 gr. de nueces ya peladas
  • 40 gr. de pan rallado o de pan tostado (yo suelo tostarlo)
  • 1 diente de ajo, aunque la cantidad de ajo como de las demás especias va un poco a gusto de cada uno
  • Media cucharadita de pimentón ahumado
  • El zumo de medio limón
  • Una pizca de comino molido
  • Pimienta negra
  • Un buen chorro de aceite de oliva virgen extra
  • Dos cucharadas soperas de melaza de granada
  • sal

Para la cantidad de melaza de granada que lleva esta receta (incluso sobrará un poco para volver a hacer), necesitamos dos granadas y azúcar. Desgranamos las granadas y las trituramos en nuestro procesador. Las colamos para quedarnos sólo con el zumo y desechamos todas las pieles.

Pesamos el líquido obtenido y lo ponemos en un cazo al fuego junto con la tercera parte de su
peso de azúcar. Por ejemplo, si obtenemos 150 gr. de zumo de granada, añadiremos 50 gr. de azúcar y un chorrito de limón, y pondremos a fuego suave hasta que reduzca y nos quede una textura como de miel ligera o jarabe.


granadas


¡Ojo! No esperéis a ver la melaza muy densa, porque luego al enfriar engorda y mucho.

Con la melaza preparada y templada y todos los ingredientes listos, sólo nos queda poner todos los ingredientes en nuestro procesador e integrar.


melaza de granada


Yo el aceite, la sal y el limón los añado en el último momento porque así voy viendo la textura que quiero obtener y el punto de sal y de limón que más me gusta.

Y ahora viene lo mejor: tostamos unos panes pita y a disfrutar de este plato con quien más os guste.


muhammara



Porque no sólo de hummus vive el hombre y porque comer rico, divertido y sano es muy fácil: ¡sólo hay que querer!

Si te animas a hacerlo, ya sabes... ¡cuéntamelo!

Un beso, Belén.

Tarta de peras y almendra

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Hace unos días que os estoy enseñando fotos y vídeos en mi cuenta de Instagram (@cupcakesagogo) algo de la maravillosa receta que os traigo hoy.

De hecho la he estado etiquetando con el hashtag #latartamasricadeltotoño y creo que me he quedado corta...

Las peras parece ser que son originarias de las regiones más orientales de Europa y de Asia occidental, donde su cultivo se remonta a miles de años. En España las denominaciones de origen Rincón de Soto, Lleida y Jumilla son claros exponentes de lo arraigado que está su cultivo en nuestro país y de su altísima calidad.


pera


Sabrosas, aromáticas, saludables y con una gran versatilidad a la hora de integrarlas en nuestros platos son sin duda una opción ganadora en cualquier receta ya sea dulce o salada.

La receta de hoy consta de una base de bizcocho de peras y almendra marcona, un almíbar básico, una crema de mantequilla aromatizada con un chorro generoso de Calvados y una decoración de peras caramelizadas al horno que seguro no os va a dejar indiferentes.

¿Empezamos?


INGREDIENTES (para dos moldes de unos 20 cm. de diámetro)

  • 250 gr. de huevos batidos
  • 320 gr. de azúcar blanquilla
  • 320 gr. harina bizcochona o leudante
  • 200 gr. nata líquida
  • 80 gr. almendra
  • dos peras "conferencia" hermosas (unos 350-400 gr. ya pelada y troceada)
  • pellizquito de sal
  • canela o especias al gusto

Es un bizcocho muy húmedo y muy sencillo de hacer. Comenzaremos batiendo un poco los huevos con el azúcar y la sal. Añadimos la almendra molida y tamizamos la harina antes de incorporarla a la mezcla que ya tenemos.

Echamos la nata que estará a temperatura ambiente como el resto de los ingredientes y con la ayuda de unas simples varillas de mano terminamos de integrar la masa. No es necesario batir mucho. Incorporamos la pera troceada con o sin piel, como más os guste, y la canela  o las especias que prefiráis añadir a este delicioso bizcocho.

Con las cantidades que os he dado tenéis para dos moldes de unos 20 cm. de diámetro, así que forrad los moldes y repartid la masa entre los dos, de modo que queden con una cantidad similar de masa cada uno.

Precalentamos el horno a unos 165-170º con calor arriba y abajo y horneamos durante unos 35 o 40 minutos, o como ya sabéis... hasta que al pinchar los bizcochos con una aguja o brocheta, ésta salga limpia.

Me gusta hacer los bizcochos de esta receta con bastante antelación: o los hago el día de antes al montaje de la tarta, o incluso los preparo la semana antes y los congelo. me da la sensación de que así reposados, están más ricos todavía.

Por cierto... ¡habemus video!







ALMÍBAR PARA CALAR

  • 100 gr. de azúcar
  • 200 gr. de agua
Con estas cantidades elaboraremos ahora un almíbar ligero para emborrachar generosamente nuestros bizcochos.
Yo suelo hacer almíbar de más y así lo que me sobra lo guardo en un bote en la nevera y voy tirando de él durante unas semanitas.
Sólo tenemos que poner en un cazo al fuego azúcar y agua (añadidle si os gusta una ramita de canela y un poco de corteza de limón), y tenerlo al fuego unos 5 minutos a partir de cuando empiece a hervir. Reservamos hasta que se atempere.


CREMA DE MANTEQUILLA Y MERENGUE SUIZO

  • 100 gr. claras
  • 200 gr. azúcar
  • 300 gr. mantequilla a temperatura ambiente
  • Un buen chorro de Calvados (licor de peras o brandy)

Para los que nunca habéis hecho una crema de mantequilla y merengue suizo (SMBC) os diré que es uno de los rellenos más sedosos que hay, aguanta bien el peso de los pisos de los bizcochos y es muy socorrido, ya que admite montones de variables al irle incorporando ingredientes diferentes (cacao, café, ganaches, frutas, siropes, licores, pastas concentradas...).

Comenzamos poniendo en un bol al baño maría las claras y el azúcar. Con unas varillas vamos removiendo poco a poco, hasta que el azúcar se disuelva por completo y al coger un poco de claras entre los dedos ya no notemos el granito del azúcar. Si tenéis termómetro de azúcar esto ocurrirá a los 60º más o menos, pero si no tenéis, ya sabéis que lo único que debéis conseguir es que se disuelva por completo el azúcar en las claras.



peras


Con las claras y el azúcar calientes, las pasamos a nuestra batidora y comenzamos a batir con las varillas. No vamos a conseguir un merengue de la consistencia del italiano, es más blandito, pero esperad a que añadamos la mantequilla y veréis qué textura!!!

Seguimos batiendo hasta que el merengue esté frío por completo, si no lo hacemos, al incorporar la mantequilla, ésta se derretirá y puede que se nos corte la crema. 


Para enfriar el merengue tenemos varias opciones:


  • Esperar (sí, y funciona!!!)
  • Poner el bol donde tenemos el merengue en otro bol más grande con agua fría e incluso con cubitos de hielo. A esta técnica se la conoce como baño maría inverso y no es otra cosa que, a diferencia del baño maría tradicional, utilizar agua fría y hielo para enfriar ciertas preparaciones.
  • Meter el merengue en la nevera (la menos aconsejable, si bien la más rápida).

Yo simplemente prefiero seguir batiendo el merengue hasta que al tocar el bol con las manos lo noto ya a mi temperatura corporal.

Una vez tenemos el merengue frío, comenzamos a añadir poco a poco la mantequilla a temperatura ambiente. Generalmente se aconseja para este paso cambiar el accesorio de las varillas por el de la pala (evidentemente, si vuestra única arma de trabajo son unas varillas, no hay opción) pero yo sigo con las varillas y el resultado es perfecto siempre.


Terminamos de integrar toda la mantequilla y continuamos batiendo. A medida que sigamos, veremos como la crema va "engordando" (igualita que yo, oiga usted!!) hasta quedar con una textura que a mi me recuerda al helado. a veces en el proceso de añadir la mantequilla puede parecer que la crema se nos corta...¡Que no cunda el pánico! Seguid batiendo con fe y se obrará el milagro!!!

¿Ya lo tenemos todooooooo? ¡Casi todo!

Añadid poco a poco la cantidad de Calvados o de licor para aromatizar nuestra crema. Yo le he puesto unos cinco taponcitos, para que no quede muy fuerte pero que se note!!!

¡Vamos con las peras caramelizadas que nos servirán para decorar la tarta y aportarán un toque crujiente escandaloso.

Con una mandolina cortamos en rodajitas bien finas dos peras (lavadas y peladas) tranversalmente, de arriba a abajo, para que se vean las semillitas por dentro y la forma original de la s peras. Pasamos las rodajas de pera por azúcar, y las disponemos en una bandeja de horno forrada con teflón o papel de hornear.

Horneamos a unos 120º hasta que estén con un preciosos color dorado y el caramelo se haya fundido por completo.



peras caramelizadas


Es el momento que hemos esperado durante todos estos párrafos interminables: el montaje de la tarta... #latartamasricadelotoño.

Cogemos cada bizcocho y lo desmoldamos, deben hacerlo sin dificultad porque los habéis forrado y engrasado muy requetebién. ¡Además si usáis esta maravilla de moldes que uso yo el éxito en el horneado y desmoldado del bizcocho está asegurado!

Yo he dividido cada bizcocho en dos discos con ayuda de una lira y un poquito de maña y paciencia.

Calamos generosamente todos los discos con el almíbar y vamos rellenando con la crema y montando pisos.

Llegados a este punto y si sois muy amantes de las peras y muy "dulceros", además de la crema podéis poner un poco de compota de peras casera o de peras caramelizads entre disco y disco mezcladas con la crema. Yo ya lo he visto excesivo y me he cortado un pelín ;;;)))

Una vez montados los cuatros pisos, terminamos de cubrir toda la tarta con la crema de mantequilla y rematamos nuestra tarta decorando los laterales con las chips de peritas caramelizadas.

Ni más ni menos... ¡Os debe quedar algo así!



tarta de peras y almendra



Rústica, elegante, otoñal, bonita, llena de sabores, matices y texturas... ¿Es o no es #latartamasricadelotoño?

El bocado es delicioso, con el toque untuoso de la crema y la chispa del Calvados. Uno de los trucos sin duda de la tarta es un buen almibarado, sed más que generosos y que quede bien emborrachada. Y para mi gusto no abuséis demasiado de la crema entre capa y capa: debe ser bizcocho con crema y no crema con algo de bizcocho.



tarta de peras y almendra



Disfrutadla comiéndola y elaborándola, y si además os gusta la fotografía disfrutad también sacándole fotos ¡No se puede ser más fotogénica! 

Espero que os guste la receta y si la hacéis compartidla en las RRSS con #latartamasricadelotoño y llenemos todo de tartas bonitas...

Un beso enorme, 

         Belén
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