Ya, ya sé que dentro de nada entraremos en época de calabazas, guisos y pucheros, que el verano ya está dando sus últimos coletazos y que, al menos hoy, ya he tenido que taparme un poco porque comienza a hacer "fresquito".
Pero también es verdad que septiembre es mes de buenos propósitos, de querer quitarnos los kilos ganados durante los "cerveceos", las tapas y los atardeceres con mojitos del verano, y por eso esta receta nos puede venir genial.
El carpaccio es básicamente una preparación en la que presentamos la carne o el pescado crudos, marinados y cortados en finísimas láminas, pero al cobijo de la palabra carpaccio y de ese laminado ultrafino aparecen nuevas ideas y la de hoy con calabacín es prueba de ello.
Comenzamos cortando el calabacín en láminas finísimas con la ayuda de la mandolina o de un pelador de verduras que corte muy bien.
¡Y ya! ¿Yaaaaaaaaa? ¡Ya!
Espero que lo hagáis y que por supuesto os guste, todo lo que os traigo es con esa ilusión.
Un beso grande, Belén.
Pero también es verdad que septiembre es mes de buenos propósitos, de querer quitarnos los kilos ganados durante los "cerveceos", las tapas y los atardeceres con mojitos del verano, y por eso esta receta nos puede venir genial.
El carpaccio es básicamente una preparación en la que presentamos la carne o el pescado crudos, marinados y cortados en finísimas láminas, pero al cobijo de la palabra carpaccio y de ese laminado ultrafino aparecen nuevas ideas y la de hoy con calabacín es prueba de ello.
CARPACCIO DE CALABACÍN (para dos personas)
- 1 calabacín mediano bien limpio sin cortar
- 8-10 tomates secos
- Aceite de oliva virgen extra-AOVE
- piñones (crudos o tostaditos en la sartén)
- lascas de parmesano
- zumo de 1 limón
- sal y pimienta
Comenzamos cortando el calabacín en láminas finísimas con la ayuda de la mandolina o de un pelador de verduras que corte muy bien.
El mundo mandolina es variado y extenso con un montón de modelos y diseños y os puedo asegurar que nunca había tenido la necesidad de comprar una, sobre todo porque no son baratas y menos si son de buena calidad. Pero estoy feliz con la que me he comprado y es que la uso a diario y ahorro en tiempo y en accidentes caseros. Es muy segura y lo más importante a mí me resulta cómoda de limpiar. Podéis echarle un ojo AQUÍ.
Comenzamos poniendo a remojo con agua calentita los tomates secos para que se rehidraten y después añadirlos al aliño.
El calabacín no lo pelamos, sólo lo limpiamos bien y le quitamos los extremos.
Disponemos los calabacines bien extendidos sobre la fuente o plato en el que vayamos a preparar la receta y rociamos más que generosamente con el zumo de limón. No escatiméis en zumo: la receta pone que añadáis el zumo de un limón, pero si es pequeño o con poco zumo ponedle dos. El limón, su acidez es lo que jugará a nuestro favor en esta ensalada quitando parte del característico amargo del calabacín. Reservamos.
Mientras el calabacín se macera un poco preparamos el aliño: en un poco de AOVE (a gustos según las calorías que queramos ahorrar y los kilos que nos sobren...) añadimos sal y los tomates rehidratados cortados en trozos pequeños y emulsionamos un poquito. Podéis añadir también un poco de pimienta molida y aceto balsámico, pero os lo dejo un poco "a gusto del consumidor".
Por encima del carpaccio disponemos unos cuantos piñones, el aliño de AOVE con los tomates y para rematar el carpaccio unas lascas de queso parmesano (¡sin pasarse que estamos a dieta, oiga usted!).
¡Y ya! ¿Yaaaaaaaaa? ¡Ya!
Como siempre digo comer rico no tiene que ser sinónimo de elaboraciones largas y costosas. Y sin duda el carpaccio de calabacín es la prueba perfecta de ello. Ya sé que muchos podéis tener cierta reticencia a comer el calabacín crudo, pero bien marinado con el limón queda riquísimi y el contraste de sabores y texturas de todos los ingredientes os aseguro que os va a encantar.
Y como una imagen vale más que mil palabras... ¡dentro vídeo!
Espero que lo hagáis y que por supuesto os guste, todo lo que os traigo es con esa ilusión.
Un beso grande, Belén.