Si hay una cosa que me guste son las tartaletas en todas sus versiones dulces, saladas, grandes, pequeñas, con mil rellenos, ahumados, verduras... Tengo una receta base de la masa quebrada para hacerlas que me enseñó mi madre y que aún hoy, cuando la hago en la amasadora o en la Thermomix, recuerdo lo bien que lo pasaba de niña disponiendo todos los ingredientes encima de la encimera de la cocina de mi madre y amasando con mis manitas aquella mezcla de harina, huevo, sal y mantequilla. ¡No era necesario ningún "aparatejo" para conseguir una masa rica y absolutamente maravillosa!
Pero esta vez para hacer la masa, vamos a escoger algo más sencillo y rápido, un paquete de obleas para empanadillas. Yo uso las de la marca "La Cocinera" pero si tenéis otra marca que os guste adelante.
Sólo hay que coger una bandeja de teflón de las de hornear cupcakes y forrar directamente y sin añadir ningún tipo de grasa o antiadherente, las cavidades de la bandeja con las obleas.
Tendréis que acoplarlas un poco tal y como veis en el collage que os pongo a continuación, pero es muy sencillo porque son muy maleables y se trabajan con facilidad.
Una vez forrada la bandeja, sin pincharlas ni hornearlas previamente, procedemos a rellenarlas con la combinación que más nos guste, pero respetando estos ingredientes y estas proporciones básicas para el relleno base:
RELLENO:
- 200 ml. nata para cocinar (un tetrabrick mini)
- 2 huevos (yo puse tamaño XL)
- 90-100 gr. queso rallado (emmental, maasdam, gruyere, mezcla de 4 quesos, manchego...)
A partir de ese relleno base añadid lo que más os guste. A mi me gusta añadir unos 90 gr. de jamón serrano picadito o de bacon en tiritas a modo de quiche lorraine. Pero probad a incorporar puntitas de espárragos trigueros, trozos de brócoli, salmón ahumado...Las posibilidades son enormes y quedan tan ricas!!!
Una vez rellenas, sólo nos queda hornearlas a 180º durante media hora o hasta que veamos que están cuajadas y doradas. En el horno suben mucho como si fueran un sufflé, y al sacarlas se bajarán y quedarán así de bonitas.
En media hora larga y sin armar mucho jaleo en la cocina, por no decir nada, tendremos unas tartaletas de lo más sabrosas y resultonas aptas para todos los públicos y al alcance de los cocinillas más noveles.
Como decía mi abuela: ¡¡¡El que no come bien es porque no quiere!!!
Un Beso bien bien grande, Belén.